A todos nos ha pasado tener en la cabeza la idea de hacer
algo y justo un instante antes de empezar a hacerlo cambiar de idea y realizar
algo completamente diferente o simplemente no hacer nada. ¿De dónde viene esa
decisión o, mejor dicho, ese cambio repentino de opinión? Les llamamos
“corazonadas” y son simplemente unas impresiones intuitivas que nos afectan con
tanta fuerza que son capaces de modificar nuestro comportamiento.
Bien es cierto que no siempre las seguimos y continuamos
firmes con la idea primitiva aun cuando luego reconocemos que nos hemos
equivocado. Otras veces, la mayoría, hacemos caso de esas intuiciones y
generalmente quedamos satisfechos de haber cambiado el rumbo. Pero ¿de dónde
provienen esas... llamémosle “sugerencias”?
Provienen de ese Maestro interno que siempre está a nuestro
lado, el cual nos orienta aun cuando no seamos conscientes de este hecho. Pero
sí hay una cosa cierta: cuando nos acostumbramos a seguir esas “corazonadas”
siendo conscientes de quién nos las está sirviendo en bandeja, este Maestro se
sentirá más satisfecho al ver que su trabajo da fruto y como consecuencia irá
sembrando en nuestra consciencia unos granos de sabiduría, pensamientos que nos
harán vislumbrar algunos de los grandes misterios de la vida, ideas que nos
serán útiles tanto en nuestra vida profesional como espiritual.
Recuérdalo, cuando de repente te sientas impelido a cambiar
de planes, piensa si ese sentimiento puede venir o no de tu Maestro interno.
Ten por seguro, no obstante, que si el resultado de seguir la “corazonada” fue
positivo, es que provenía del Maestro y así irás aprendiendo a distinguirlos.
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