Constantemente nos asaltan palabras a tomar como modelo:
sinceridad, lealtad, integridad. Pero son solo eso, palabras.
Lo que de verdad
importa son los hechos.
Las palabras hay que hacerlas realidad o, al menos, hay que intentar hacerlas realidad.
Tolerancia, respeto, comprensión, amor... No dejes en
herencia un montón de palabras; que te recuerden por tus hechos.
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