Sin duda el concepto más difícil (imposible, diría yo) de
entender es el de la eternidad, el infinito. Quizás la única forma de
aproximarnos a su comprensión sea la siguiente: Para Dios jamás ha habido un
principio y cuando se habla de comienzo debe entenderse como una forma
alegórica, como un estado o condición que siempre fue.
Dios jamás planea, se propone o concibe algo, porque
sencillamente ES y todo lo que es proviene de su orden original y único.
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