A lo largo de mi carrera profesional he tenido que afrontar
grandes retos literarios; en muchas ocasiones era mi obligación escribir sobre
algo concreto que desconocía o apenas si tenía una vaga idea, a lo que debía
sumar el hecho de que no se me ocurría nada en ese instante. ¿Qué hacía?
Yo sabía que siempre hay a nuestro lado un Maestro interno
que nos guía, pero él está ahí para “ayudarnos” no para “hacer nuestro
trabajo”. Por eso, lo que hacía en tales situaciones era ponerme a trabajar
buscando información sobre el asunto que debía abordar en mi escrito. Ahora
bien, recabar y recopilar una buena cantidad de información, e incluso
ordenarla de alguna manera, no es suficiente para escribir un buen artículo,
falta lo más importante: la chispa creativa. Era (y es) entonces, cuando le
“pasaba el trabajo” a mi Maestro interno y le decía “yo ya he hecho mi trabajo,
ahora te toca a ti”. Entonces, pasaba a ocuparme de otras cosas, manteniendo mi
mente completamente alejada de dicho asunto.
Al cabo de un tiempo (podían ser horas o incluso días, pero
siempre antes del plazo final) súbitamente veía en mi mente con claridad qué es
lo que debía escribir, cuál debía ser el titular del artículo y cómo debía
desarrollarlo. Inmediatamente me ponía a escribirlo y este salía como de forma
automática, tanto era así que cuando contemplaba el resultado final, apenas si
debía corregir alguna cosa.
¿Por qué cuento esto ahora? Porque he leído lo siguiente:
“Si tengo que escribir un artículo para la revista y el editor de la misma me
dice que mi artículo tiene que estar terminado para el martes por la tarde y no
tengo ninguna impresión, ni idea de lo que voy a escribir, dejo el asunto
durante unas horas o días si es necesario, y espero hasta que de repente,
cuando menos lo espero, en medio de cualquier otro trabajo, se me da
interiormente el título del artículo o el tema del mismo. El tema fluye libre y
tan rápidamente como soy capaz de escribir. Esta es la manera en que actuaréis
si estáis trabajando bajo la guía de los Maestros”.
1 comentario:
Ya lo dijo ¿Picasso?: "Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando"
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