Por su originalidad y toda la
miga que lleva, aquí os transcribo un fragmento de la novela
"Castidad y rock and roll"
-
Hoy
es un día muy especial, y más para nuestro invitado, Eloy, porque su canción
“Hoy” acaba de situarse como número uno y ya son cuatro canciones las que tiene
colocadas en el top ten. Así que, si os parece,
queridos amigos, vamos a escucharla porque sin duda nos dará ánimos para
afrontar con fuerzas y energía este nuevo día.
La
emisora comenzó a emitir esa canción, precisamente la que daba título al disco
aunque hasta hacía dos semanas no se había emitido y promocionado como single.
Era un rock pleno de ritmo y energía, con una letra que no hablaba ni de “te
quiero” ni de “hacer el amor” ni de “te dejo”... no, los mensajes de Eloy
siempre eran diferentes:
Cuando
sientas que estás sola,
llámale.
Cuando
pierdas perspectiva,
piensa
en él.
Cuando
tus fuerzas aflojen,
rescátate,
escápate,
agárrate,
con
todas tus fuerzas a la fe.
Allí
está él,
aquí
está él,
todos
nosotros somos él,
todos
nosotros somos él,
todos
nosotros somos él.
Hoy
es el día de comienzo.
Hoy
es el día que comprendo
que
todo vale la pena
si
creemos con firmeza
y
ponemos nuestro esfuerzo.
Hoy
es el día.
Hoy
es el día.
Hoy
es el día.
Manuel
Toledo no pudo resistir la curiosidad, que suponía era compartida por miles de
radio oyentes, y le preguntó a Eloy:
-
No
puedo resistirme a hacerte una pregunta sobre esta canción. Si la escuchas,
puedes pensar lo que quieras, pero si lees la letra, tal como yo estoy haciendo
en la carátula que acompaña al CD, uno se da cuenta que la palabra “él” viene
con minúscula, con lo cual nos entra la duda si te estás refiriendo a Dios o a
Jesucristo (en cuyo caso tendría que ir con mayúscula) o al chico en quien la
chica a quien diriges la canción debe agarrarse para recuperar la esperanza. ¿A
quién te refieres?
-
Buena
pregunta y, como se dice por ahí, me alegro que me hayas hecho esa pregunta
–respondió Eloy continuando con la explicación- porque siempre he dicho que yo
canto para todo el mundo, para todos aquellos que quieran escucharme,
cualesquiera que sean sus creencias religiosas, ideales políticos, situación
económica, nacionalidad, etc. Por eso he puesto “él” con minúscula, para que
cada uno pueda traducirlo como quiera. Si quien me escucha no es creyente, ese
“él” es el chico enamorado y dispuesto a ayudar a la chica. Si, por el
contrario, si quien me escucha es creyente, ese “él” es Jesús.
-
Pero
en este último supuesto sí tendría que ir con mayúscula –terció Manuel.
-
No,
ese es el error. Jesús siempre predicó la humildad, él era quien servía a sus
discípulos y siempre decía que los últimos serían los primeros y que nunca
debemos buscar asiento en un lugar de privilegio sino en el último rincón. ¿Tú
crees que a una persona así le gustaría el tratamiento de “Él” con mayúscula y
tanta reverencia y distinción. Yo creo que no, que él (con minúscula) prefiere
la humildad y el servicio antes que las distinciones y los privilegios. Por eso
–en el caso que interpretes mi “él” como referido a Jesús, debe ir con
minúscula de humildad y de servicio a los demás.
-
¡Dios
mío! –exclamó Manuel- ¡Jamás había escuchado palabras semejantes, ni una
explicación tan bonita de las cosas! Enhorabuena, Eloy, están todos en lo
cierto cuando valoran no sólo tu calidad como compositor y cantante sino
también como un ser humano tremendamente peculiar y diferente. De verdad te
deseo que tengas mucho éxito con este disco, te lo mereces.
PD.- En la imagen, uno de los lugares por donde paseó el protagonista de esta novela.
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