¿Alguna vez habéis sentido curiosidad por leer una carta
dirigida a otra persona? Seguro que alguna vez, aunque si sois jóvenes
tendríamos que sustituir la palabra “carta” por la palabra “e-mail”. Pues bien,
ahora os voy a dar ese gustazo y os voy a dejar leer una carta privada y muy
personal, dirigida por uno de los protagonistas de la novela
"Castidad y rock and roll"
https://amzn.to/3PyfLOH a su mujer:
Querida Elisa:
Ante
todo quiero pedirte perdón por mi silencio de estos días en que sólo has
recibido un mísero SMS. Te pido que sigas leyendo hasta el final y que trates
de comprenderme porque lo que te voy a contar es algo que se sale por completo
de lo normal pero es algo que yo necesitaba que debía hacer. Te pido también,
que sólo lo comentes con Marta, y que ni tú ni ella digáis una palabra a nadie.
¿De acuerdo? Pues empiezo, y todo empieza en que ya estoy jubilado y echo de
menos la ajetreada vida de viajes, reuniones, prisas, etc. que llevaba antes. Y
sucedió que encontré a una persona... (a un amigo, no pienses mal, que no estoy
con ningún lío de faldas, que ya sabes que siempre te he sido fiel y lo sigo
siendo) que necesitaba mi ayuda para que lo hiciese desaparecer del mapa porque
lo estaban acosando constantemente los periodistas (ya sabes cómo es la prensa
rosa y cómo no dejan vivir y las persecuciones que hacen a los famosos). Este
amigo –que es una persona bastante famosa- sólo quería desaparecer unas
semanas, irse a un lugar tranquilo a descansar y yo me ofrecí a ayudarlo. Le
preparé una campaña de publicidad que denominé la “Campaña de anonimato” en
donde el objetivo no era vender un producto sino darle el anonimato. Se trataba
de hacer justo lo contrario que hacemos todos los creativos: siempre buscando
la notoriedad de nuestra marca y ahora debía hacer todo lo contrario.
Comprenderás que a mí que siempre me han gustado los retos, este era uno que no
podía desaprovechar y sobre todo ahora cuando el aburrimiento y la monotonía de
mi vida iban trazando círculos sobre mi cabeza como los buitres... y yo aún
estoy vivo y quiero imaginar cosas y crear hasta lo imposible.
Pero cometí un error y
así me lo han hecho ver hoy. Te mentí sobre mis intenciones y sé que mi
silencio te ha podido causar daño. No estoy en Sevilla, ni mi antigua agencia
va a abrir allí ninguna sucursal, ni me han pedido ayuda, ni estoy
entrevistando candidatos a creativo... Todo eso fue una excusa simple y tonta
para no decirte qué era lo que pasaba y también porque no quería preocuparte ni
involucrarte en esto. Pero ¡hemos pasado tantas cosas buenas juntos! Ahora
comprendo que no tenía derecho a marginarte y que el simple hecho de hacerlo te
habrá dolido. Por eso ahora quiero confesarte todo... todo lo que tienes que
comprender que puedo revelar porque lo único que no te voy a decir es dónde
estoy y con quien estoy, aunque te repito que es un amigo.
Me lo he llevado a un
sitio escondido en donde nadie lo pueda encontrar. Voy a estar con él cuatro
días más y luego regresaré y podré entonces darte más detalles, pero nunca
antes de haberlo dejado a salvo del acoso a que se veía sometido.
No podía llamarte por
teléfono porque hubieras sabido que no te llamaba desde Sevilla y no quería
dejar pistas. Sólo era eso. Espero que me perdones, y que perdones esta pequeña
locura... ya sabes que mi imaginación nunca está quieta... Pero también estoy
aprendiendo que te quiero más que lo que yo era consciente hasta ahora (y era
mucho) y nada deseo más que volver muy pronto junto a ti. Dentro de cuatro días
estaré de regreso. Si quieres decirme algo antes, puedes contestarme por
e-mail. Mi móvil lo he dejado desconectado y no lo utilizaré hasta mi regreso.
No sé si podré acceder a Internet a diario aunque algún día antes de volver te
prometo que buscaré algún ordenador desde donde conectarme y contactar contigo
otra vez. ¿Tan importante es lo que estoy haciendo? te preguntarás. Pues sí,
para mí es muy importante ayudar a este amigo porque con eso me ayudo también a
mí mismo y esto me está abriendo los ojos a una realidad que tenía ahí a mi
lado y no la veía: que lo importante somos nosotros, no lo que tenemos; que lo
importante... eres tú.
Te quiero.
Marcos.
PD.- En la imagen, el rincón desde donde fue escrita la carta por uno de los protagonistas de esta novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario