Sor Lucía Caram, la monja mediática que desde los medios de comunicación
se ha hecho tan popular por su ataque a los ricos y a los corruptos y su
defensa de los pobres y necesitados, me ha decepcionado totalmente. Lucía (ya
no la llamaré “Sor”) me ha recordado –sin quererlo- aquellas palabras del
Evangelio que dicen “ven la paja en el ojo ajeno pero no ven la viga en sus
propios ojos”.
Ella, que parecía tan pura, tan incorruptible, se ha
enamorado de Artur Mas y de un partido tan corrupto como CiU. Ella veía la corrupción
del PP e incluso la del PSOE (bueno, la verdad es que habría que estar muy
cegato para no verlas) pero ha demostrado que no ve la corrupción de CiU, de
los Pujol y cía, del Palau de la Música, etc., etc.
No sabemos por qué razones (quizás sea verdad que se ha
enamorado de Artur Mas) la gente de CiU le parece muy honorable, cuando –por desgracia-
en este país se pierde la honorabilidad tan pronto se consigue la mayoría
absoluta.
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