En
la Grecia clásica de hace 2.600 años, se daba mucha importancia a la oratoria y
a la recitación de todo tipo de textos incluidas las poesías, de ahí que desde
pequeños se les fomentase este arte que después pondrían en práctica no solo en
este tipo de acontecimientos sino sobre todo en su vida pública y en la
actividad política.
Ya
desde pequeños los distraían y educaban con historias, leyendas y fábulas, lo
cual servía como introducción al más complicado mundo de la mitología y las
leyendas de los héroes, que ocupaban una parte importante de la educación en
los años posteriores de juventud.
De niño se
empezaba a leer y escribir recitando las letras y cuando ya aprendían a hacerlo
venía lo más difícil: la lectura; puesto que en aquella época los griegos no
separaban las palabras sino que escribían todo seguido. Una vez sabían leer les
enseñaban a escribir sobre tablillas de cera. Pero también aprendían
aritmética, geometría, física, astronomía, medicina, arte, técnica, filosofía e
incluso música, ya que la música (cuyo nombre viene de las Musas, las diosas de
la inspiración) era un signo de identidad de los hombres cultivados. Entre los instrumentos
que solían utilizar los estudiantes estaban la cítara y el aulós (flauta de dos
cuerpos) y el talento que adquirían en este arte lo ponían después de
manifiesto en fiestas de todo tipo pero sobre todo en las religiosas.
También
desde pequeños, en concreto a partir de los 12 años de edad, se les instruía en
la educación física y desarrollaban los ejercicios en la palestra, un terreno
deportivo al aire libre, cuadrado y rodeado de muros. Finalmente, a partir de
los 18 años el niño se convertía en ciudadano de pleno derecho y aprendía el
manejo de las armas.
Por
su parte, sólo las mujeres de las clases más pudientes recibían educación,
puesto que su misión era tener hijos y cuidar de la casa y del marido. En el
caso de las mujeres de clase acomodada, contaban con esclavos y sirvientes para
realizar las tareas de la casa y ellas simplemente se limitaban a
supervisarlos.
Estas y otras
cosas de la vida cotidiana en la Grecia clásica de hace 2.600 años se cuentan
en la novela de amor, aventura, amistad y honor "Deuda de vida"
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