jueves, 31 de octubre de 2024

El reparto de tu sueño

Al igual que en una película hay eso que se llama “reparto”, es decir, la relación de actores que intervienen en la misma, y hay también toda una serie de escenarios y decorados, también en los sueños los hay.
 
Los escenarios y decorados se construyen con retazos de escenas y vivencias que has tenido durante el día (estos constituyen la mayor parte de los escenarios y decorados del sueño que tendrás esa noche), pero también con elementos anteriores, de hace más tiempo… e incluso de vidas pasadas. En cuanto a los “actores” te encontrarás con personas que han tenido presencia ese día o los días precedentes, pero también puede haber “actores invitados” tales como familiares y/o amigos fallecidos, anfitriones espirituales, maestros cósmicos, seres angélicos, etc.
 
Si tú te adentras –aunque sólo sea levemente- en el conocimiento de los sueños (tal como estás haciendo ahora mismo) todo te resultará más familiar y podrás tomar tú mismo el papel de “director” y dirigir el sueño en la dirección que desees, porque con mucha frecuencia te darás cuenta de que estás soñando (serás consciente de que estás durmiendo y estás soñando) y en ese `preciso momento tendrás la facultad de tomar las riendas del sueño.
 
En algunas ocasiones, esos sueños te parecerán más reales que la propia vida; estarás alcanzando un nivel superior para pasar a disfrutar de un sueño místico. En ellos experimentarás una indescriptible sensación de bienestar interior, paz espiritual, paz profunda e incluso comunión espiritual con el todo.
 

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miércoles, 30 de octubre de 2024

Las pesadillas sólo están en ti

 
Hablando como estamos hablando de los sueños e incluso de los viajes astrales a mundos maravillosos, parece que nos olvidamos que también existen las “pesadillas”. “Así que no todo es tan bonito, también el mal está por ahí”, me dirás. Pero resulta que el mal, ese que dices, es una ínfima parte del universo y esa parte que te puede asaltar alguna noche está más en ti que fuera de ti. Me explicaré: Aunque todas las personas podemos padecer pesadillas (una mala digestión es con frecuencia causa de eso) quienes las padecen con más frecuencia son aquellas personas proclives a ello, es decir, aquellas que a lo largo del día se muestran permeables a las influencias negativas que circulan por el exterior. Esas personas que no son capaces de “blindarse” ante noticias negativas de la televisión, mensajes negativos de las redes sociales, presencia o convivencia con personas negativas y/o desagradables, etc. quedan “heridas” por esas vibraciones negativas y esto repercute negativamente en su salud psíquica y al llegar la noche se convierten en material idóneo para pesadillas. Por el contrario, si logras abstraerte, no dejarte influenciar por ese negativo que hay en el exterior y procuras por el contrario rodearte de positivo, mejorará tu vida psíquica y disfrutarás de sueños placenteros por las noches.
 
Según cuentan, el alma se eleva por las noches hacia otras regiones y entra en contacto con otras dimensiones y según sea la pureza de este alma, pasará de largo las “regiones del astral bajo” y alcanzará las “regiones sagradas”.
Toda la energía positiva que seas capaz de acumular durante el día, como si fueses una pila que se recarga, te dará la fuerza necesaria para superar esas barreras y alcanzar tus metas tanto durante la vigilia como también durante tus sueños.
 
Las enseñanzas que podemos sacar de esto son bien claras:
1-      Procura ver en televisión sólo los programas positivos, aquellos que te generen bienestar. De los demás… para eso está el zapping.
2-      Relaciónate en redes sociales con personas afines que tengan el mismo espíritu positivo que tú; a las demás, bloquéalas.
3-      En tu círculo de familiares y amistades, convive sólo con los que te hagan sentirte bien; a los otros, evítalos siempre que sea posible, y cuando no sea posible, ponte la “coraza” para que su negativismo no te afecte.
4-      Cuando ese negativismo suceda en un ambiente que no puedes evitar, como por ejemplo en el trabajo, ponte la “coraza” y cumple con tus obligaciones de la mejor manera posible sin “entrar al trapo” ni caer en complacencias. ¡Sé fuerte! ¡Mantén tu personalidad!
5-      Cuando te sucedan cosas negativas y/o desagradables (a todos nos pasa de vez en cuando) busca siempre el lado positivo y, si a pesar de buscarlo no lo encuentras, piensa en todas las cosas positivas que hay en tu vida, busca tantas como sean necesarias para inclinar la balanza a tu favor.
6-      Concentra tu esfuerzo en hacer todas aquellas cosas que te generen bienestar físico y espiritual, y rodéate de las personas adecuadas.
 

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martes, 29 de octubre de 2024

Cuestión de metafísica

A la hora de intentar analizar, comprender o interpretar un sueño ¿a qué especialidad de las ciencias debemos acudir? A la neurología, por supuesto que no.
 
La neurología es la especialidad médica que se ocupa del estudio del sistema nervioso, y de las enfermedades del cerebro, la médula, los nervios periféricos y los músculos, es decir, una especialidad clínica por excelencia.
 
Por lo tanto, como los sueños trascienden el mundo de lo físico, no tiene utilidad alguna. Habrá que recurrir entonces a otra ciencia: la metafísica.
 
La metafísica es la rama de la filosofía que estudia la estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad, es decir, la clarificación e investigación de algunas de las nociones fundamentales con las que comprendemos el mundo, como entidad, ser, existencia, objeto, propiedad, relación, causalidad, tiempo y espacio. Es decir, es una ciencia filosófica que tiene rigor lógico y teórico y va más allá de lo físico en el estudio de las causas y los orígenes.
 
Y es que los sueños se nutren de la misma fuente que la meditación: el subconsciente, y no olvidemos que el subconsciente es parte integral de la Consciencia universal; por eso está dotado de un conocimiento ilimitado y un poder que trasciende nuestros limitados cinco sentidos físicos.
 
Como tú mismo habrás comprobado en múltiples ocasiones, los sueños se nutren del subconsciente, el lugar en donde se almacenan los recuerdos y vivencias del pasado, del presente y del futuro, por eso los sueños pueden sacar a la luz episodios que tenías completamente olvidados así como episodios de algo que te sucederá en el futuro (lo que llamamos “sueño premonitorio” en los que vives en sueños algo que te va a suceder después).
 
Si el sueño sólo fuese algo físico, no podría utilizar vivencias olvidadas ni vivencias futuras.
 

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lunes, 28 de octubre de 2024

Lo que se ve en una ECM

Aquellas personas que han pasado por una experiencia cercana a la muerte, eso que se conoce como ECM, han contado después lo que vieron y sintieron. En tales casos, ¿de qué sentidos se valieron para percibir aquello y luego contarlo? Porque nos relatan cosas que sucedieron en el lugar donde “murieron” y resulta que en esas condiciones de muerte clínica, sin funcionamiento del corazón, sin respiración y sin actividad cerebral, sus sentidos no podían funcionar, y sin embargo lo vieron y oyeron todo. Pero es que también nos relatan cosas que realmente sucedieron en aquél momento pero en otros lugares distantes que era imposible que pudieran verlo o siquiera conocerlo… y lo cuentan de forma detallada como si hubieran estado presentes.
 
Y esto nos lleva a reconocer que la consciencia subconsciente sobrevive a la muerte, va unida a nuestro ser espiritual, y por lo tanto dispone de sentidos de percepción diferentes a los cinco sentidos físicos y que son de carácter o esencia enteramente psíquica o espiritual. La pena es que aquí en la Tierra, en esta vida material que llevamos, no somos capaces de conocer ni de utilizar esos sentidos, y sólo podemos utilizarlos de forma consciente cuando pasamos al otro lado… aunque sea de forma momentánea y provisional como sucede en las experiencias ECM en que después de aquella muerte clínica el paciente vuelve milagrosamente a la vida.
 

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domingo, 27 de octubre de 2024

El material de los sueños

Todas las impresiones sensoriales que se van almacenando en nuestro cerebro, constituyen el material con el que fabricamos los sueños. Pero sólo son eso, ladrillos que utilizamos para su construcción. No tienen otra función, ni utilidad, ni significado. En cualquier edificio que contemplemos, un simple ladrillo no es más que eso, un simple ladrillo, sin embargo si contemplamos la obra en sus conjunto descubriremos que se trata de una imponente catedral, o de un original edificio de viviendas.
 
Al intentar interpretar los sueños, al intentar descubrir qué significado hay detrás de ellos, no hay que finarse en los ladrillos sino en el conjunto, en el significado que ese conjunto nos ofrece.
 

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sábado, 26 de octubre de 2024

La consciencia de nosotros mismos

 
El ser humano es consciente de sí mismo, de su propia existencia como ser único e individual, y lo hace, por así decirlo, ascendiendo a través de tres niveles: físico, emotivo y mental.
 
A los 4 meses de edad, el niño se da cuenta que no es lo mismo morder un juguete que morderse un dedo. Aprende por experiencia  que su cuerpo es diferente de las cosas de su entorno. Es lo que se llama en psicología, el nacimiento del “yo físico”.
 
Entre los 15 y 24 meses, el niño toma consciencia de los estados emotivos y diferencia a unos seres humanos de otros y unos estados de ánimo de otros, reconociendo igualmente sus propios estados de ánimo (contento, hambriento, cansado, con miedo, etc.).
 
De los 2 a los 14 años, se produce el desarrollo mental. Comienza por reconocer objetos, dar un nombre a cada uno de ellos y clasificarlos por categorías; después, empieza a establecer relaciones entre los objetos, los acontecimientos y sus causas. Poco a poco se va dando cuenta de que tiene la capacidad de pensar y razonar.
 
A partir de los 14 años, más o menos, se va alcanzando la madurez mental y se toma plena consciencia de “sí mismo”.
 
Y después de esta etapa ¿qué nos queda? ¿Es esa la última etapa, la de la madurez mental y el reconocimiento del “sí mismo”? Pues no, hay otra etapa más pero sólo algunas personas pueden llegar a alcanzarla y pueden hacerlo en plena Juventus, en la edad adulta, en la madurez o en la senescencia… aquí no influye la edad física sino la edad mental, el nivel intelectual, la educación recibida y el entorno cultural y social en que esa persona se haya desarrollado a lo largo de su vida. Esa última etapa es la identificación con nuestro “yo divino”, es darse cuenta de que nuestra alma es en realidad una parte integral, unida, al alma universal.
 

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viernes, 25 de octubre de 2024

La consciencia objetiva

La consciencia objetiva, a través de los sentidos físicos, nos permite conocer nuestro entorno y envía esa información a nuestra memoria, lo que nos perite ejecutar la reflexión y activar la imaginación. Es algo así como la base de nuestro proceso cognitivo. La consciencia objetiva está regida por el cerebro y, por lo tanto, también la poseen los animales, pero ¿cómo funciona?
 
Toda la materia es vibración y esas vibraciones son las que llegan a nuestros sentidos. Los sentidos transforman esas vibraciones en impulsos nervios que llegan hasta nuestro cerebro y es aquí donde son transformados en imágenes o sensaciones.
 
El proceso es el mismo en seres humanos y animales, pero mientras que en los animales este proceso es muy rudimentario, en los ser humanos la interpretación que hace el cerebro de esos impulsos nerviosos recibidos es mucho más amplia y sofisticada, y depende mucho del nivel intelectual de la persona, de la educación que haya recibido, así como del entorno cultural y social en el que esté inmersa dicha persona.
 

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jueves, 24 de octubre de 2024

La consciencia subjetiva

La consciencia subjetiva está ligada a nuestra actividad intelectual y es la que diferencia a los seres humanos de los animales. Los animales perciben el mundo exterior pero son incapaces de reflexionar sobre esas percepciones. Su campo de experimentación está limitado a reacciones primarias frente a su entorno. Por el contrario, los seres humanos, además de percibir nuestro entorno, podemos reflexionar e incluso analizar nuestras propias reflexiones. Eso requiere un nivel de abstracción que a nivel biológico se ha establecido que sucede entre los doce y quince años, que es cuando se adquiere la suficiente madurez neurológica para alcanzar ese nivel de abstracción.
 
La consciencia subjetiva está dispone de tres facultades principales: la reflexión, la memoria y la imaginación. Como las tres están inter relacionadas, eso nos permite recordar el pasado, actuar en el presente y planificar el futuro. Gracias a la memoria disponemos de un valioso archivo de conocimientos y experiencias que nos han ido llegando tanto a través de nuestros sentidos físicos como de los pensamientos y procesos intelectuales que pusimos en funcionamiento cuando experimentamos aquello, y este archivo constituye la base documental que utilizamos para la reflexión y el conocimiento del momento presente.
 
La reflexión es el enlace que une la memoria con la imaginación, facultad esta última que nos sirve para prever el futuro.
 
Si la conciencia subjetiva, de la que hablamos anteriormente forma parte de nuestra identidad espiritual y es inmortal como nosotros, la consciencia subconsciente depende del funcionamiento de nuestro cerebro y por lo tanto desaparece tras la muerte cerebral.
 

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miércoles, 23 de octubre de 2024

La llave al mundo espiritual

Podríamos considerar al subconsciente como la llave que nos permite acceder (de una forma limitada, claro) al mundo espiritual. Aunque estemos presos en unos cuerpos materiales y seamos esclavos de cinco sentidos físicos, también poseemos otros sentidos espirituales y poseemos un espíritu que pervive a nuestro cuerpo.
 
El subconsciente nos da esa fuerza espiritual necesaria para entrar en contacto con la Consciencia universal. A través de la meditación, por ejemplo, somos capaces de olvidarnos de todo nuestro entorno físico (incluido nuestro cuerpo) y así, al despojarnos mentalmente de todas las ataduras materiales, dejamos fluir nuestro espíritu para que entre en sintonía con la esencia espiritual universal.
 
Como nuestro subconsciente no es físico, sino espiritual, tiene muchas más capacidades que las limitadas de nuestro cuerpo material. Así, es capaz de guardar en su memoria todos los recuerdos de nuestra vida pasada, incluidos los de nuestra infancia… e incluso también los de vidas pasadas. Esto explica por qué en algunos sueños nos viene información de cosas de nuestro pasado que teníamos completamente olvidadas.
 

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martes, 22 de octubre de 2024

El subconsciente y el plano psíquico

Si ya hemos visto cómo el subconsciente tiene un papel fundamental en nuestra vida y es imprescindible para que nuestro cuerpo siga vivo, pero el subconsciente también ejerce un papel significativo en el plano psíquico. Por ejemplo, en el plano `psíquico, el subconsciente es el responsable de todas esas formas de percepción extrasensorial, tales como la premonición, la clarividencia, la telepatía, etc., es decir, sentidos que no son perceptibles por ninguno de nuestros cinco sentidos habituales o sentidos físicos (tacto, olfato, gusto, oído o vista) sino por nuestra parte espiritual.
 
Esto quiere decir que si nuestro subconsciente utiliza otros sentidos diferentes a los cinco habituales, nosotros tenemos más sentidos de esos cinco, sólo que no sabemos utilizarlos… en realidad, ni siquiera sabemos que los tenemos.
 
De vez en cuando, de forma muy esporádica, saltan chispazos a nuestra consciencia que nos deberían demostrar que sí poseemos otros sentidos de carácter psíquico. Por ejemplo, suena el teléfono y antes de cogerlo presentimos que es tal la persona que nos está llamando, aunque no sea una llamada esperada. Otras veces pensamos en alguien y luego nos enteramos que se alguien estuvo pensando en nosotros ese mismo día a esa misma hora. Sin embargo, estos chispazos que deberían ponernos en alerta de que existe algo más allá, los descartamos y los catalogamos como una simple coincidencia, una casualidad sin importancia.
 
Pero hay una cosa importante que debes aprender: Si cada vez que te sucede alguno de estos chispazos, le prestas atención y al menos le atribuyes la posibilidad de que sean fruto de tus otros sentidos (los psíquicos), esos que posees y no eres consciente de ello, notarás cómo cada vez vas siendo consciente de más y más de estos chispazos e irás entrando en un nuevo conocimiento (en un nuevo descubrimiento) de tu propia existencia como ser humano… y espiritual.
 

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lunes, 21 de octubre de 2024

El subconsciente y el plano físico

En el plano físico, el subconsciente dirige todas las funciones voluntarias del cuerpo, aquellas que nos permiten realizar el acto de respirar (sin que nosotros seamos conscientes de ello), o el latir del corazón (sin que conscientemente influyamos en él), o el mantenimiento de la temperatura corporal (imprescindible, como los anteriores, para la vida), así como todos los procesos metabólicos. Sobre ninguno de esos actos ejercemos nuestra voluntad, ellos funcionan solos y nos mantienen con vida, pero quien los dirige y controla es esa parte de nuestro subconsciente que tiene bien grabados los principios vitales que nos han traído hasta aquí: conservación de la vida y de la especie.
 
Pero ese control que nuestro subconsciente ejerce sobre las funciones vitales de nuestro cuerpo, va más allá y también controla, por ejemplo, actos voluntarios tan sencillos como mover un brazo para coger algún objeto. Si bien dicho movimiento es fruto de nuestra voluntad consciente, para poder ejecutarlo se necesita la función de músculos y nervios, y para que estos funcionen precisan energía, la cual se la suministra nuestro organismo de forma automática, guiado por nuestro subconsciente. Hasta para eso, es el subconsciente nuestro guardián, el que mantiene con vida nuestro cuerpo. Nuestra voluntad ordena mover el brazo y la mano para agarrar un objeto, pero nuestra voluntad no tiene capacidad para ordenar a nuestro organismo que provea de la energía necesaria a esos nervios y músculos que han de  verse implicados en tal acción.
 

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domingo, 20 de octubre de 2024

Hablando con Dios

Hablar con Dios no es repetir machaconamente una letanía de frases escritas por otros. ¿De verdad te crees que eso es hablar? ¿Te imaginas estar con un amigo y ponerte a repetirle unas mismas frases una y otra vez, repetidas sin cesar, sin prestar la más mínima atención a lo que tu amigo quiera decirte, sin ni siquiera dejarle hablar? Pues eso es lo que hace mucha gente… y se están perdiendo la verdadera y maravillosa sensación de hablar con Dios.
 
Porque como lo han definido muchas personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte, “comunicarse con Dios es la experiencia más extraordinaria que se pueda imaginar, pero al mismo tiempo es la más natural del mundo, porque Dios está presente en todos nosotros en todo momento”.
 
Ya ves, hablar con Dios no es hablar, es… escuchar. Es ponerse en disposición de recibir sus mensajes y entrar en comunión espiritual con él; abstraerse de este mundo material y, en ese estado de concentración y pasividad receptora, dejarnos llevar para recibir sus mensajes. Y así nos comunicamos con Dios, sin palabras, sólo con el pensamiento, en una conversación que sólo da comienzo cuando somos capaces de olvidarnos de nosotros, de olvidarnos de todo y dejar el campo limpio y abierto para que pueda “aterrizar” en nuestra conciencia. Y cuando llega es cuando se experimenta esa maravillosa sensación de hablar con nuestro mejor amigo y de sentir que formamos parte de ese todo que es la creación.
 

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sábado, 19 de octubre de 2024

¿Tú crees en Dios?

Cuando te pregunten si crees en Dios, lo primero que tendrías que responder es esto: “Defíneme ‘Dios’”.
 
Porque para responder a una pregunta hay que saber qué es lo que nos están preguntando. ¿De qué Dios me hablas? ¿De un seños con barba, sentado en una nube y con bastante mal genio? Pues no, si es de ese dios del que me hablas, yo no creo en él.
 
Siempre tendemos a traer a nuestro mundo material todos los conceptos que nos presentan y no es así. Hay que poner las cosas en su contexto. Y en este caso, Dios no es una persona física sino una conciencia creadora que abarca todo lo creado, entre ello, nosotros que –por lo tanto- formamos parte de Dios.
 
Pero claro, para mentes que no quieren esforzarse resulta mucho más fácil identificar a Dios con una persona y, en consecuencia, pasar olímpicamente de él. En cambio, si intentamos aproximarnos a la comprensión de lo que es en realidad (algo que nunca conseguiremos en este plano de existencia) estaremos trabajando nuestro intelecto, nuestra razón, y esa es la misión que tenemos encomendada: trabajar, no sólo físicamente en este mundo sino también el mundo espiritual del que formamos parte. Eso también hay que trabajarlo. No lo olvides.
 

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viernes, 18 de octubre de 2024

Una forma distinta de viajar

Durante nuestra existencia en la Tierra estamos acostumbrados a viajar de una forma completamente lineal: Vamos de un sitio a otro siguiendo una línea, bien sea la que marcamos con nuestros pasos, la de la carretera, la del ferrocarril, la del barco o la del avión. Siempre vamos en línea, aunque dicha línea haga curvas de vez en cuando pero, al fin y al cabo, sigue siendo una línea. Por eso resulta difícil explicar y comprender cómo es la forma de viajar que experimentamos cuando llegamos al otro lado.
 
Lo primero que hay que decir es que en ese viaje somos seres individuales que tenemos la percepción de las cosas tal como la tenemos aquí… pero al mismo tiempo nos sentimos identificados con el universo, con el todo. Estamos aquí y allí al mismo tiempo, experimentando la unidad absoluta a pesar de ser capaces de ver detalles como los vemos aquí.
 
Y dicho esto, comienza el viaje. Entonces nos damos cuenta que no “vamos” a ningún sitio, sino que vamos “creciendo”, ampliándonos y abarcando cada vez más con nuestra conciencia.
 
En las películas de viajes espaciales vemos cómo las naves interestelares se van acercando a otros mundo y estos van pasando a nuestro lado. Aquí, en este viaje que nos espera, los vamos abarcando, nos vamos haciendo tan grandes que abarcamos cada vez más parte del universo y lo vamos integrando en nosotros mismos. Y este crecimiento no se hace tampoco en forma lineal sino que se hace al mismo tiempo en todas direcciones, como una esfera que cada vez se fuese haciendo más grande. Eso es nuestra consciencia, nuestra alma, nuestra identidad espiritual o como quieras llamarlo.
 
Pero, con todo, lo más maravilloso de este viaje, es que nos sentimos uno con el universo. Así lo explicaba el Dr. Eben Alexander tras experimentar un ECM (encuentro cercano con la muerte): “La disolución de los límites entre mi percepción y el reino que me rodeaba era a veces tan grande que me transformaba en universo entero”.
 

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jueves, 17 de octubre de 2024

Hay humor al otro lado

En algún sitio leí que el cielo es un estado diferente para cada uno, en función de lo que espera de él, y que –por ejemplo- esas beatas que se pasan el día rezando a los santos y no hacen esfuerzo por conocer las verdades sino que aceptan todo lo que se les dice, van a parar al cielo… sí, pero a un cielo aburrido.
 
Pero tú puedes elegir porque afortunadamente al otro lado sí que existe el humor, el buen humor. Puedes ver ejemplos muy claros d esto en el libro “No son coincidencias” (Vicente Fisac, Amazon), ejemplos reales que te demuestran cómo al otro lado tienen un magnífico sentido del humor.
 
Y la verdad es que eso del buen humor es lo que más me anima a la hora de ir al otro lado.
 
Se dice que la risa y la ironía son los medios que utiliza nuestro corazón para recordarnos que no somos prisioneros en este mundo, sino viajeros de paso. Porque la risa y el sentido del humor no son sólo herramientas para paliar el dolor y el sufrimiento sino que como dice el doctor Eben Alexander (quien vivió una experiencia cercana a la muerte) “estas cualidades representan momentos de lucidez –breves como destellos, pero esenciales- en los que reconocemos que, sean cuales sean nuestros trabajos y pesares en este mundo, no pueden llegar a tocar a los seres eternos, mucho más grandes, que somos nosotros en realidad”.
 
Estoy totalmente de acuerdo. Habiendo buen humor y risas al otro lado, el cielo sí que es un paraíso.
 

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miércoles, 16 de octubre de 2024

Yo quiero verlo

Siempre nos hablan del otro lado como de un mundo maravilloso, de paz y amor, de luz y alegría, de reencuentro con seres queridos, de dicha absoluta sin la más mínima presencia de sufrimiento… Siendo así, ¿quién no querría verlo?
 
Claro que estamos tan apegados a este mundo material que diríamos algo así como “yo quiero verlo, pero solo un ratito y luego sigo aquí”. Total, que o entras en muerte clínica y parada cerebral para volver luego a la vida y contarnos lo que has visto y vivido al otro lado, o no hay nada que hacer. ¿O sí?
 
La respuesta es que no es imprescindible el pasar por tan dramática experiencia pero sí que hay que trabajar para conseguir vislumbrar ese otro lado.
 
Para empezar puedes leer libros, asistir a conferencias sobre este tema, informarte, documentarte… y después de todo, esto, al final del día, dedicar un rato a la meditación, adéntrate en tu propia conciencia para acceder a esta realidad.
 
No piense que es una fórmula mágica, que vas a conseguirlo el primer día. Todo fruto es el resultado del trabajo, del crecimiento, y en este caso… del crecimiento espiritual de nosotros como seres humanos.
 

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martes, 15 de octubre de 2024

La comprensión en el otro lado

Cuando estemos en el otro lado ¿cómo será nuestra comprensión de todo? ¿Habrá lenguaje? ¿Hablaremos? ¿Tendremos cuerpo, cara, brazos y piernas? ¿Podremos movernos? ¿Conservaremos nuestros cinco sentidos?
 
Todo esto es muy difícil de comprender, pero no porque nadie que haya estado allí haya vuelto para contarlo (porque esto sí que ha sucedido miles de veces) sino porque no tenemos en nuestro lenguaje palabras para explicarlo.
 
En el otro lado, podemos ver, pero ver es saber, es conocimiento. NO hay distinción entre experimentar algo y comprenderlo.
 
Lo más parecido que podemos encontrar se da en nuestros sueños, cuando podemos estar en varios sitios al mismo tiempo, cuando podemos ir hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, cuando podemos tocar y sentir las cosas, cuando podemos volar y desplazarnos de forma instantánea a cualquier parte, cuando nos comunicamos sin necesidad de hablar. Cuando nos vemos a nosotros mismos y a los seres queridos con la imagen que teníamos en cualquier otra época de nuestra vida, aquella que fuese más identificable para nosotros…
 
Es un estado que no se puede definir con palabras, sólo podemos aproximarnos muy ligeramente a través de estos ejemplos…
 

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lunes, 14 de octubre de 2024

Hay otros mundos pero están en este

Estamos en un universo que vemos, pero no estamos solos, hay otros muchos universos, otros muchos estados materiales y espirituales y todos están en el mismo sitio; lo que pasa es que no somos conscientes de los otros porque no somos capaces de percibir sus vibraciones. Estamos limitados por nuestros sentidos corporales y no somos capaces de percibir esas otras dimensiones cuya existencia se ha demostrado la física cuántica.
 
Para comprender esas otras dimensiones hay que acercarse a ellas, hay que abrir la mente para intentar sintonizarnos con esa otra realidad. No se trata de salir a investigar, sino de ponerse en disposición de “escuchar” y sentir esos otros universos que están aquí mismo, íntimamente entrelazados con el nuestro. Esos otros universos no están lejos de nosotros, están aquí mismo, sólo que en unas frecuencias que no somos capaces de percibir.
 
No olvidemos que nosotros mismos y todo nuestro mundo material no es otra cosa que “vibraciones” y hasta el más sólido bloque de acero es vibración que podrían atravesarse si fuésemos capaces de “entrar” a través de sus rendijas. Es como un ventilador que está en marcha. Parece un disco sólido porque si intentamos colar un papel entre sus aspas, ese papel será inmediatamente despedido o despedazado, pero entre aspa y aspa hay un hueco y si fuésemos capaces de colar el papel entre una y otra aspa a una velocidad mayor que la velocidad de esas aspas, lo pasaríamos al otro lado sin ningún problema. Es como si pusiésemos el ventilador en cámara superlenta y nosotros actuásemos en cámara rápida.
 

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domingo, 13 de octubre de 2024

El curioso caso del efecto placebo

Todos sabemos, por todos los ensayos clínicos que se realizan con medicamentos, que un comprimido de una sustancia inerte, sin ningún efecto ni positivo ni negativo, es decir, como si se tomase una gota de agua, es capaz de curar enfermedades y eliminar síntomas de las mismas… cuando quien lo toma se cree que está tomando una medicina de verdad que va a curar esos síntomas y/o esa enfermedad. Este efecto placebo acepta habitualmente a un 10 por ciento de los pacientes, no a todos, pero en ocasiones afecta hasta un 30 por ciento de los pacientes.
 
¿Y qué hace la ciencia médica? Pues considera que esto es un “inconveniente”, una “molestia”, una “contrariedad”, y por eso se comparan todos los medicamentos con placebo y sólo cuando los medicamentos estudiados consiguen superar significativamente el efecto placebo, se considera que son útiles.
 
Esa es la mirada que la Medicina hace sobre el efecto placebo. No se les ocurre investigar por qué el poder de la mente, la fe, la creencia en que esa píldora mágica (que no es nada) es capaz de curar enfermedades y síntomas. La Medicina desprecia el poder de la fe y su capacidad de influir en nuestro estado de salud en vez de investigar sobre ello que, a fin de cuentas, tan importante es para combatir la enfermedad y sus síntomas.
 

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sábado, 12 de octubre de 2024

Las preguntas que ignoramos

Desde los albores de la Humanidad, el ser humano se ha hecho una serie de preguntas fundamentales, preguntas sobre Dios, el alma, la vida después de la muerte, la reencarnación, el libre albedrío… y sin embargo, en la época actual, está mal visto hablar de esto y cualquier intento por hacerlo, sencillamente se ignora. Cada vez que alguien saca este tema en un medio de comunicación, un tropel de tertulianos acabará ridiculizándolo y desvirtuando sin el más mínimo rigor, ignorando cuantas evidencias a favor de su existencia pudieran presentarse. Pero más normal es que ni siquiera se le dé cabida en los medios de comunicación a estos temas, salvo en contados programas dedicados al “misterio”, porque así, acotándolo en ese cajón del “misterio”, queda como una cosa secundaria que no tiene por qué influir en nuestras aborregadas vidas.
 
Hay fenómenos como la visión remota, la percepción extrasensorial, la telepatía, la precognición, la telequinesis, etc. que existen y están sobradamente demostrados; pero también estos fenómenos se meten en el cajón del “misterio” para dejarlos como asuntos menores.
 
La sociedad (los poderes que gobiernan a los ciudadanos) nos obligan a adoptar la postura del avestruz: esconder la cabeza e ignorar todo aquello que puede poner en jaque a nuestras creencias (es decir, a las creencias que nos han sido impuestas).
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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viernes, 11 de octubre de 2024

Sigue tu propio camino

"Normalmente nos consideramos a nosotros mismos como el centro del universo y pensamos que los demás deben pensar y actuar tal como lo hacemos nosotros. Y no es así; cada uno es único y diferente… y cada uno debe seguir su propio camino".


“El cine y el misterio” Vicente Fisac
Disponible en ediciones digital e impresa, en Amazon: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW