Todos
sabemos, por todos los ensayos clínicos que se realizan con medicamentos, que
un comprimido de una sustancia inerte, sin ningún efecto ni positivo ni
negativo, es decir, como si se tomase una gota de agua, es capaz de curar
enfermedades y eliminar síntomas de las mismas… cuando quien lo toma se cree
que está tomando una medicina de verdad que va a curar esos síntomas y/o esa
enfermedad. Este efecto placebo acepta habitualmente a un 10 por ciento de los
pacientes, no a todos, pero en ocasiones afecta hasta un 30 por ciento de los
pacientes.
¿Y
qué hace la ciencia médica? Pues considera que esto es un “inconveniente”, una
“molestia”, una “contrariedad”, y por eso se comparan todos los medicamentos
con placebo y sólo cuando los medicamentos estudiados consiguen superar significativamente
el efecto placebo, se considera que son útiles.
Esa
es la mirada que la Medicina hace sobre el efecto placebo. No se les ocurre
investigar por qué el poder de la mente, la fe, la creencia en que esa píldora
mágica (que no es nada) es capaz de curar enfermedades y síntomas. La Medicina
desprecia el poder de la fe y su capacidad de influir en nuestro estado de salud
en vez de investigar sobre ello que, a fin de cuentas, tan importante es para combatir
la enfermedad y sus síntomas.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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