Cuando
dormimos, los sueños se producen en lo que llamamos Fase REM y sin embargo la
experiencia vivida que voy a relatar (por eso la llamo “experiencia vivida” en
vez de llamarla “sueño”) se produjo en fase de sueño profundo. No se trataba,
pues, de un sueño.
Yo
he oído hablar, como todo el mundo, de la física cuántica, y yo –como todo el
mundo- no llego a comprender bien qué es eso, simplemente conozco que en ese
estado no hay tiempo ni espacio, sino que todo está unido formando un todo
absoluto.
En
los 11 minutos que duró mi atípica experiencia de fase de sueño profundo,
alguien –una voz, una presencia que no supe identificar- me dijo bien
claramente que “eso es entrelazamiento cuántico”. Que conste que ni la noche
anterior ni los días precedentes había leído, visto u oído nada relacionado con
la física cuántica. Ya sabemos que los sueños acostumbran a tomar prestados
muchos elementos de nuestra actividad del día para montar a su antojo unas
historias sorprendentes; pero este no era el caso, porque ni sucedió en fase
REM (la de los sueños) ni en mi actividad reciente había estado presente nada
relacionado con la física cuántica, es más, ni siquiera sabía lo que era el
“entrelazamiento cuántico”.
Por
tanto, al despertar, tuve que poner en orden mis ideas y escribirlas cuando aún
estaban frescas para que no se olvidaran. Y aprovecho para recomendar, a todos
los que despierten con imágenes frescas de un “sueño” que sigan este proceso si
es que quieren profundizar en el mismo:
Lo
primero, al despertar y ser conscientes de que ya estamos despiertos, es
quedarse inmóvil en la cama, en la misma posición en que nos hayamos
despertado. A continuación hay que “hacer memoria” y tratar de recordar todo
eso que hemos vivido en el “sueño”. Cuando lo hayamos traído a nuestra memoria,
entonces nos podremos levantar para ir inmediatamente a escribirlo. Es la única
forma de que no se olvide, porque esos “sueños” o “experiencias” que tanto nos
han impactado son como cuando alguien está fumando y se dedica a hacer rosquillas
de humo, tan pronto se levante o haya el más mínimo movimiento, el aire diluirá
las rosquillas de humo haciéndolas invisibles. Por eso es importante la
inmovilidad y el tratar de recordar y asentar esas imágenes y sensaciones que
hemos vivido porque, si nos movemos mucho y dejamos pasar el tiempo, se
olvidarán por completo, incluso en cuestión de unos pocos minutos.
Pero
sigamos contando la experiencia vivida en fase de sueño profundo…
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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