jueves, 24 de octubre de 2024

La consciencia subjetiva

La consciencia subjetiva está ligada a nuestra actividad intelectual y es la que diferencia a los seres humanos de los animales. Los animales perciben el mundo exterior pero son incapaces de reflexionar sobre esas percepciones. Su campo de experimentación está limitado a reacciones primarias frente a su entorno. Por el contrario, los seres humanos, además de percibir nuestro entorno, podemos reflexionar e incluso analizar nuestras propias reflexiones. Eso requiere un nivel de abstracción que a nivel biológico se ha establecido que sucede entre los doce y quince años, que es cuando se adquiere la suficiente madurez neurológica para alcanzar ese nivel de abstracción.
 
La consciencia subjetiva está dispone de tres facultades principales: la reflexión, la memoria y la imaginación. Como las tres están inter relacionadas, eso nos permite recordar el pasado, actuar en el presente y planificar el futuro. Gracias a la memoria disponemos de un valioso archivo de conocimientos y experiencias que nos han ido llegando tanto a través de nuestros sentidos físicos como de los pensamientos y procesos intelectuales que pusimos en funcionamiento cuando experimentamos aquello, y este archivo constituye la base documental que utilizamos para la reflexión y el conocimiento del momento presente.
 
La reflexión es el enlace que une la memoria con la imaginación, facultad esta última que nos sirve para prever el futuro.
 
Si la conciencia subjetiva, de la que hablamos anteriormente forma parte de nuestra identidad espiritual y es inmortal como nosotros, la consciencia subconsciente depende del funcionamiento de nuestro cerebro y por lo tanto desaparece tras la muerte cerebral.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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