-
No me
imaginaba que fueses así –le dijo Marta.
-
¿No te ha
gustado el pelo que me ha dejado tu padre? –le respondió bromeando.
-
No, tonto,
me refiero a que no me imaginaba que fueses tan buena persona.
-
¡Qué
tontería! Todos somos buenos, lo que pasa es que muchos se empeñan en
disimularlo.
-
Me pregunto
qué es lo que buscas tú en una chica. ¿Cómo sería para ti la chica ideal? ¿Algo
así como Marianne? –definitivamente las indirectas de Marta eran demasiado
evidentes.
-
Marianne y
yo solo somos amigos, y además muy recientes y... por si te interesa saberlo,
muy diferentes. Pero ¿sabes una cosa? Las diferencias entre las personas son
como la ropa que llevamos puesta... debajo todos somos muy parecidos... –viendo
que Marta no captaba el mensaje, continuó- ...debajo todos tenemos un alma y
ese alma no es algo aislado, es como la electricidad: pasa y hace lucir a
muchas bombillas y cada bombilla tiene su propia carga de electricidad, pero
esa electricidad individual de las bombillas está toda ella conectada. Eso
somos nosotros... almas individuales que en realidad formamos parte de una
misma y gigantesca alma que es parte de Dios.
-
...
Tendrías que escribir estas cosas... –le respondió Marta-... nunca he oído a
ningún chico hablar así.
De la novela "La fuga" de Vicente Fisac
No hay comentarios:
Publicar un comentario