Tras la tragedia de Lampedusa en donde han muerto varios
centenares de inmigrantes al hundirse su barcaza-patera, el Papa ha dicho que
“es una vergüenza” que Europa mire hacia otro lado cuando pasan estas cosas.
Mira que me cae bien este Papa, pero aquí ha errado y ha caído en la demagogia.
Claro que es una vergüenza que haya gente tan hambrienta y
desesperada que se lanza al mar en busca de un país en donde los cubos de
basura son auténticos supermercados llenos de deliciosos manjares, pero el
primer culpable de esta situación no es Europa sino los países de origen de
esas personas. Países donde la cúpula del poder es corrupta y millonaria,
olvidándose de su pueblo; tan corrupta que se queda con todas las ayudas que
les llegan (medicinas, alimentos, etc.) y se las reparten entre unos pocos para
comerciar con ellas y enriquecerse más.
¿Qué debería hacer Europa? ¿Acoger a todos los inmigrantes
que quieran venir? En ese caso tendríamos en muy poco tiempo muchos millones de
inmigrantes, sí, porque son muchos millones de personas las que viven en la más
absoluta pobreza e indignidad. ¿Puede acoger España, por ejemplo, cuarenta
millones (y eso es sólo una mínima parte) de inmigrantes? ¿Cómo quedarían las
calles de los países europeos? Y lo peor es que esos desesperados inmigrantes
caerían de inmediato en las redes de los explotadores (sólo hay que ver el
“comercio” existente en la actualidad en que “adjudican” semáforos a los
indigentes, en que entregan como “instrumento de trabajo” a niños sedados para
que den más lástima y recauden más dinero para esas mafias...) ¿Es este el
panorama al que nos anima el Papa con sus palabras? ¿Qué pasó cuando Zapatero
anunció el “Papeles para todos”? ¿Acaso no recordamos la avalancha de
inmigrantes que nos asaltaron y que sólo nuestra propia crisis ha conseguido
frenar?
Claro que esta situación es una vergüenza y Europa debería
hacer algo... pero ese algo no es decir “que entren todos los que quieran y
repartamos lo que tenemos entre todos”. Europa y el mundo avanzado tiene
resortes políticos y económicos suficientes para derrocar gobiernos corruptos,
para instalar empresas en esos países que creen puestos de trabajo y riqueza
para todos... El problema es que los poderosos de ambos bandos prefieren
repartirse sólo entre ellos el beneficio: sobornos abundantes para el gobierno
corrupto y expolio de las riquezas del país con salarios míseros para los
trabajadores locales. Esto es lo que hay que cambiar y que cada uno pueda vivir
feliz y próspero en su propio país.
CONCLUSIÓN: Visto todo lo anterior cabe preguntarse “¿Se ha equivocado el Papa al decir eso?”. Y la respuesta es “NO”. Y ¿sabes por qué? Pues porque todo lo que he escrito anteriormente es una reflexión basada en la noticia aparecida en un periódico, pero esa noticia no incluía su discurso completo por lo que no puedo emitir un juicio justo, máxime teniendo en cuenta lo dados que son los periodistas a sacar las frases de contexto o a poner titulares como el que yo he puesto en este blog con el único objetivo de llamar la atención. En conclusión: reflexionemos sobre este problema y no emitamos nunca juicios sin tener un profundo y completo conocimiento del asunto; es preferible decir “no lo sé, yo sólo puedo dar mi opinión pero nunca juzgar a los demás”.
CONCLUSIÓN: Visto todo lo anterior cabe preguntarse “¿Se ha equivocado el Papa al decir eso?”. Y la respuesta es “NO”. Y ¿sabes por qué? Pues porque todo lo que he escrito anteriormente es una reflexión basada en la noticia aparecida en un periódico, pero esa noticia no incluía su discurso completo por lo que no puedo emitir un juicio justo, máxime teniendo en cuenta lo dados que son los periodistas a sacar las frases de contexto o a poner titulares como el que yo he puesto en este blog con el único objetivo de llamar la atención. En conclusión: reflexionemos sobre este problema y no emitamos nunca juicios sin tener un profundo y completo conocimiento del asunto; es preferible decir “no lo sé, yo sólo puedo dar mi opinión pero nunca juzgar a los demás”.
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