miércoles, 2 de octubre de 2013

La fuerza del amor

La noticia le hizo palpitar tanto el corazón que este parecía querer salir de su pecho; su rostro enrojeció por la ira y en los ojos brotó la desesperación. Amaba a Argene y no estaba dispuesto a perderla.
-         Pero no puedes volver a verla, el rey lo ha prohibido –le advirtió Megacles.
-         Pues entonces me escaparé con ella; la rescataré y huiremos.
-         ¡Estás loco! ¿Cómo harás tal cosa?
-         No lo sé, ayúdame a idear algún plan.

Comenzaron a estudiar cuantas posibilidades pasaban por su imaginación. Si difícil era rescatarla, más aún lo sería escapar. Recordó entonces Megacles su llegada a Creta en aquél barco mercante y pensó que por una buena suma de dinero seguro que encontraban algún marino extranjero que quisiera esconderla y dejarla al otro lado del mar. Pero primero había que rescatarla.

1 comentario:

Ana dijo...

Muy bonito...
Esa novela promete.