Estos días se está hablando mucho (y lo que te rondaré
morena) sobre la independencia de Cataluña; por ello daré mi opinión personal.
A.- Como existe un clamor suficientemente numeroso
reclamando la independencia, se debe atender su petición de convocar un
referéndum para ver si –efectivamente- hay una mayoría de ciudadanos catalanes
que desean la independencia o son más quienes no la desean pero callan. En
cualquier caso, ningún pueblo debe verse privado de su derecho a decidir si la
mayoría de esos ciudadanos así lo manifiesta en un referéndum.
B.- A la hora de preparar la consulta, debe explicarse
suficientemente claro a los ciudadanos cuáles serán las principales
consecuencias de esa independencia, de tal manera que nadie se lleve a engaño.
Así las cosas, deberá explicarse a los catalanes con derecho
a voto que independencia significa “independencia” y por lo tanto:
1.- Nada de lo que pagan de impuestos irá a parar a España
pero también nada de lo que pagan en impuestos los españoles irá a Cataluña. Es
decir: Cataluña no recibirá ningún dinero de España desde el momento en que sea
independiente, así como tampoco pagará nada a España. ¿O acaso España le paga
algo a Portugal o a Francia o a Bélgica?
2.- Como país nuevo europeo quedará fuera de la Unión
Europea y, a partir de ahí, solicitará su ingreso en la UE si así lo desea,
teniendo claro que si uno solo de los países miembros de la UE se opusiera a su
entrada, no sería admitido (así es como está constituida la UE y así lo han
reiterado las autoridades de la UE cuando se les ha preguntado). Más claro:
antes de ingresar en la UE deberá hacerse miembro de Naciones Unidas y
conseguir el apoyo de dos terceras partes de su Consejo de Seguridad sin el
veto de ningún país.
3.- Igualmente quedará fuera del Euro y deberá crear y
acuñar su propia moneda.
4.- Como ciudadanos de un país independiente, pero no
incluido en la UE, sus ciudadanos perderán la ciudadanía europea y necesitarán
pasaporte para poder ir a España, a Francia, o a cualquier otro país, pasando
los trámites aduaneros correspondientes.
5.- Como país independiente, tendrá su propia selección de
fútbol y de los demás deportes, pero también sus propias e independientes
ligas. Por ejemplo, el Barcelona ya no jugará contra el Real Madrid, Atlético,
Sevilla, Valencia, etc. sino que disputará su propia liga catalana contra
rivales como el Espanyol, Lleida, Girona, Tarragona, San Andrés, etc. Incluso
en el “Reino Unido”, Escocia -que aún no tiene la independencia (van a hacer un
referéndum del que va a salir un “No” rotundo a la independencia)- sí que tiene
su propia liga, lo mismo que Irlanda del Norte.
6.- Las empresas catalanas serán tratadas en España como
compañías extranjeras y las ventas que de sus productos lleguen a España serán
vía exportación, igualmente lo que
adquieran de España será vía importación, con todo el laberinto de papeleos,
impuestos, costes adicionales, etc. que ello acarrea. Lo mismo ocurrirá en la
enseñanza, la convalidación de títulos académicos, etc. Los ciudadanos
catalanes que trabajen o vayan a trabajar en un país miembro de la UE tendrán
que solicitar un permiso laboral.
7.- Cualquier ciudadano catalán que resida en España, y
cualquier ciudadano español que resida en Catalunya, será tratado como
extranjero, con todas las consecuencias que ello conlleva. La frontera que hoy
hay en Gibraltar será similar a la que habrá que implantar en las principales
vías de acceso a Catalunya tanto desde España como desde Francia.
6.- El eventual Gobierno de la nueva nación deberá explicar
a sus ciudadanos de dónde va a sacar el dinero para pagar todo el montaje que
supone organizar un nuevo país.
Conclusión: Si una vez explicado todo esto a los catalanes,
aprueban por mayoría la independencia, no queda más remedio que aceptar el
deseo mayoritario y mantener con ellos unas relaciones amistosas tal como
actualmente mantenemos no sólo con Portugal, Francia, Italia, etc. sino también
con países no incluido en la UE (que sería el caso de Catalunya) tales como
Japón, India, Estados Unidos, etc.
Pero me temo que si lo que pretenden es ser independientes
para unas cosas (las buenas) pero dependientes de España para otras (seguir
recibiendo dinero del Estado, jugar en las ligas deportivas españolas,
aprovechar nuestras infraestructuras de transportes, etc.) entonces no estamos
hablando de un proceso de independencia sino de una tomadura de pelo y, visto
lo visto (la decisión de unos y la inoperancia de otros), me temo que llevan
las de ganar.
PD.- Decía en el título de este post “El viaje a ninguna
parte”, pero no es cierto, el destino está perfectamente definido: más
autogobierno, más poder y más dinero para los partidos nacionalistas. Los
ciudadanos, sean catalanes o de cualquier otro lugar, les importan un bledo y
juegan con ellos a su antojo.