lunes, 23 de septiembre de 2013

Cataluña independiente: el viaje a ninguna parte

Estos días se está hablando mucho (y lo que te rondaré morena) sobre la independencia de Cataluña; por ello daré mi opinión personal.

A.- Como existe un clamor suficientemente numeroso reclamando la independencia, se debe atender su petición de convocar un referéndum para ver si –efectivamente- hay una mayoría de ciudadanos catalanes que desean la independencia o son más quienes no la desean pero callan. En cualquier caso, ningún pueblo debe verse privado de su derecho a decidir si la mayoría de esos ciudadanos así lo manifiesta en un referéndum.

B.- A la hora de preparar la consulta, debe explicarse suficientemente claro a los ciudadanos cuáles serán las principales consecuencias de esa independencia, de tal manera que nadie se lleve a engaño.

Así las cosas, deberá explicarse a los catalanes con derecho a voto que independencia significa “independencia” y por lo tanto:

1.- Nada de lo que pagan de impuestos irá a parar a España pero también nada de lo que pagan en impuestos los españoles irá a Cataluña. Es decir: Cataluña no recibirá ningún dinero de España desde el momento en que sea independiente, así como tampoco pagará nada a España. ¿O acaso España le paga algo a Portugal o a Francia o a Bélgica?

2.- Como país nuevo europeo quedará fuera de la Unión Europea y, a partir de ahí, solicitará su ingreso en la UE si así lo desea, teniendo claro que si uno solo de los países miembros de la UE se opusiera a su entrada, no sería admitido (así es como está constituida la UE y así lo han reiterado las autoridades de la UE cuando se les ha preguntado). Más claro: antes de ingresar en la UE deberá hacerse miembro de Naciones Unidas y conseguir el apoyo de dos terceras partes de su Consejo de Seguridad sin el veto de ningún país.

3.- Igualmente quedará fuera del Euro y deberá crear y acuñar su propia moneda.

4.- Como ciudadanos de un país independiente, pero no incluido en la UE, sus ciudadanos perderán la ciudadanía europea y necesitarán pasaporte para poder ir a España, a Francia, o a cualquier otro país, pasando los trámites aduaneros correspondientes.

5.- Como país independiente, tendrá su propia selección de fútbol y de los demás deportes, pero también sus propias e independientes ligas. Por ejemplo, el Barcelona ya no jugará contra el Real Madrid, Atlético, Sevilla, Valencia, etc. sino que disputará su propia liga catalana contra rivales como el Espanyol, Lleida, Girona, Tarragona, San Andrés, etc. Incluso en el “Reino Unido”, Escocia -que aún no tiene la independencia (van a hacer un referéndum del que va a salir un “No” rotundo a la independencia)- sí que tiene su propia liga, lo mismo que Irlanda del Norte.

6.- Las empresas catalanas serán tratadas en España como compañías extranjeras y las ventas que de sus productos lleguen a España serán vía exportación,  igualmente lo que adquieran de España será vía importación, con todo el laberinto de papeleos, impuestos, costes adicionales, etc. que ello acarrea. Lo mismo ocurrirá en la enseñanza, la convalidación de títulos académicos, etc. Los ciudadanos catalanes que trabajen o vayan a trabajar en un país miembro de la UE tendrán que solicitar un permiso laboral.

7.- Cualquier ciudadano catalán que resida en España, y cualquier ciudadano español que resida en Catalunya, será tratado como extranjero, con todas las consecuencias que ello conlleva. La frontera que hoy hay en Gibraltar será similar a la que habrá que implantar en las principales vías de acceso a Catalunya tanto desde España como desde Francia.

6.- El eventual Gobierno de la nueva nación deberá explicar a sus ciudadanos de dónde va a sacar el dinero para pagar todo el montaje que supone organizar un nuevo país.

Conclusión: Si una vez explicado todo esto a los catalanes, aprueban por mayoría la independencia, no queda más remedio que aceptar el deseo mayoritario y mantener con ellos unas relaciones amistosas tal como actualmente mantenemos no sólo con Portugal, Francia, Italia, etc. sino también con países no incluido en la UE (que sería el caso de Catalunya) tales como Japón, India, Estados Unidos, etc.
Pero me temo que si lo que pretenden es ser independientes para unas cosas (las buenas) pero dependientes de España para otras (seguir recibiendo dinero del Estado, jugar en las ligas deportivas españolas, aprovechar nuestras infraestructuras de transportes, etc.) entonces no estamos hablando de un proceso de independencia sino de una tomadura de pelo y, visto lo visto (la decisión de unos y la inoperancia de otros), me temo que llevan las de ganar.

PD.- Decía en el título de este post “El viaje a ninguna parte”, pero no es cierto, el destino está perfectamente definido: más autogobierno, más poder y más dinero para los partidos nacionalistas. Los ciudadanos, sean catalanes o de cualquier otro lugar, les importan un bledo y juegan con ellos a su antojo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace unos días oí decir a un periodista, que si Cataluña se independiza, y por lo tanto pierde el euro, su moneda podría llamarse "el catalino".
MC