Esta es una historia surrealista, como no podía ser de otra
forma estando relacionada con el gran Salvador Dalí. Este verano tuve ocasión
de visitar los tres enclaves esenciales en su vida: su casa de Port Lligat,
junto a Cadaqués; el castillo de Púbol y, finalmente (y una vez más), el Teatro
Museo de Figueras.
He disfrutado de su pintura y he conocido algunas cosas de
su compleja personalidad, pero fue al visitar su última morada, el castillo de
Púbol, cuando hice este sorprendente descubrimiento: a Dalí le gustaba mi
apellido. Y me atrevo a decir más: no solo le gustaba sino que lo degustaba.
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí a la izquierda tenéis
esta foto que lo demuestra: en la cocina del castillo de Púbol se exhibe una botella
de “Chateau Petit Figeac”, un vino elaborado en la ciudad francesa de Figeac,
cuna de mi apellido, el cual al llegar a España se transformó en “Fisac” ya que
así es como suena “Figeac” en su pronunciación francesa.
PD.- Más información sobre los orígenes del apellido Fisac
en estos enlaces:
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