Dice Diego Pablo Simeone en su libro “El efecto Simeone (la
motivación como estrategia)” que “de todos los entrenadores que he tenido
siempre me he quedado con la parte que me aportaba algo y no con el lado
negativo”. Esta frase resume perfectamente una visión optimista y vitalista de
la vida que todos deberíamos aplicarnos tanto en nuestra vida personal como
profesional.
Hay gente que nos cae bien y gente a la que admiramos.
Aprender y copiar de ellos no tiene mérito. Lo difícil, lo que está menos al
alcance de cualquiera, es aprender y obtener cosas positivas y útiles para
nosotros de aquellas personas que nos caen mal, que nos desagradan. Pero si hay
que ser prácticos en este vida, conviene tener presente que siempre se puede
aprender algo bueno para nosotros de cualquier persona. Por eso hay que ir por
la vida libre de prejuicios, con la mente abierta para captar y hacer nuestro
cuanto haya de positivo en las personas que nos rodean, desechando –eso sí-
todo lo negativo.
Aunque solo sea por egoísmo, quédate con lo bueno de las personas y olvídate de lo malo. Te sentirás mejor. ¿Te parece poco?
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