El círculo de hadas (4)
En los confines del bosque eterno, donde
la niebla teje velos entre lo real y lo soñado, yacen los círculos de las
hadas: anillos perfectos de setas que brotan no por capricho de la tierra, sino
por voluntad de los antiguos guardianes del tiempo. Portales frágiles, nacidos del
micelio primordial, que unen mundos paralelos y épocas divergentes en un nudo
de magia pura. Pisar su centro es tentar al destino; contemplarlo, un riesgo
calculado; profanarlo, una sentencia irrevocable.
Así lo sabían los ancianos de Eldenwood,
que susurraban las leyendas junto al fuego: "El círculo intacto abre y
cierra; el roto, atrapa para siempre". Pero los hombres prácticos, como
Arne el recolector, olvidan que la codicia es el filo más afilado, y que un
solo tajo puede cercenar no solo hongos, sino el hilo mismo del destino.
Esta es la historia de un otoño que
devoró milenios, de un exilio forjado en setas naranjas y sellado por el anhelo
de hogar. Un viaje a través de ríos imposibles, ciudades de lenguas mudas y
melodías que lloran por los perdidos. Donde el tiempo no es una flecha recta,
sino un laberinto de ecos, y el regreso es un milagro tan precario como el
primer brote tras la profanación.
Quien ose leer este relato, que guarde
para sí las enseñanzas por si alguna vez se encuentra con un círculo de setas. Porque
la magia no pide permiso, y el velo entre "aquí" y "allá"
—entre "ahora" y "siempre"— es más delgado de lo que
parece.
Vicente Fisac es periodista y escritor.
Todos sus libros están disponibles en Amazon:
“No son coincidencias”: https://www.amazon.es/dp/B083XVGBHZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario