Imagínate
por un momento que eres un guionista de cine. Escribes el guión de la película,
buscas y eliges los escenarios donde se desarrollará la acción, te asignas el
papel de actor principal y eliges a los actores secundarios, te nombras a ti mismo
director de la película, director de fotografía, de montaje, de efectos
especiales, de vestuario, de sonido, de música… Todo, absolutamente todo en esa
película que has escrito lo haces tú. Después, te colocas como protagonista en
la primera secuencia de la película y a partir de ese instante, en ese momento,
olvidas todo. Ese personaje irá diciendo los diálogos que tú escribiste, hará
los movimientos que tú le indicaste, se relacionará con los sucesos, personas y
acontecimientos que tú le preparaste. Vas haciendo, paso a paso, todo lo que tú
escribiste… pero ese actor –tú- no sabe que es él mismo quien lo ha escrito y
que la película que está empezando a interpretar ya está terminada.
Algo
así es nuestra vida actual. Al venir a esta existencia fuimos nosotros mismos
quienes escogimos nuestros decorados, nuestros entornos, nuestros padres, los
incidentes de nuestra vida. Todo lo escogimos y preparamos nosotros, dejamos la
película completamente terminada… pero nos faltaba vivirla, experimentarla… y
eso es lo que estamos haciendo.
Hay otra realidad que no vemos… y está aquí al lado.
“No son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO
Hay otra realidad que no vemos… y está aquí al lado.
“No son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO
No hay comentarios:
Publicar un comentario