viernes, 30 de agosto de 2013

Un valle alpino en Madrid

A tan solo 58 kilómetros de Madrid, pasado Miraflores de la Sierra, está el puerto de Canencia (1.524 metros de altitud). Allí, un aparcamiento nos permite dejar el coche y allí, también, se quedan los domingueros que, cargados con sillas, transistores, mesas plegables, neveras portátiles, abuela y niños, se sientan junto a su coche ofreciendo una imagen más propia de campo de refugiados que de otra cosa.

Sin embargo solo es necesario caminar 500 metros por el bosque para dejar atrás el griterío y poder sentir el silencio y la belleza de la naturaleza. Y tras atravesar un tramo de bosque nos aguarda una sorpresa: un amplio valle ovalado, rodeado de pinos, en donde pastan toros y caballos arrullados con el croar de las ranas en el riachuelo que lo atraviesa y da verdor al paisaje... incluso en pleno mes de agosto.

Ni un solo dominguero llega hasta allí, tan solo algún que otro excursionista amante de la naturaleza. Tan cerca de Madrid... y tan lejos...

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