Nada hay más bello que la entrega total, el darse sin
reservas a los demás, el entregar lo mejor de uno mismo por el beneficio de los
demás o el beneficio colectivo. No es sólo una cuestión religiosa o moral sino
también una premisa para el éxito empresarial.
Cuando se dirigen equipos humanos lo menos que puede exigirse
a cada uno de sus miembros es la entrega total, que cada uno de lo mejor de sí
mismo. Cuando así se hace, no importan los resultados, no importa que esos sean
buenos o malos. “El grupo nunca recibirá críticas si hay entrega y compromiso
con el club”, son palabras de Diego Pablo Simeone en su libro “El efecto
Simeone (la motivación como estrategia)” y que él aplica en su vida profesional
para la dirección y motivación de sus pupilos.
“Mi queja viene –añade Simeone- cuando veo que algún jugador
no da todo lo que tiene que dar y se guarda algo”. Tiene razón, eso es lo único
que puede reprocharse a un trabajador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario