Esa frase que titula este post, “la competencia es el camino
de la excelencia” es mía. Me ha venido a la mente tras leer el libro “El efecto
Simeone (la motivación como estrategia)” en donde Diego Pablo Simeone dice que
“lo difícil es competir al máximo con gente que te lo pone complicado para que
tú puedas estar cada domingo en el once inicial”. Es decir, si hay competencia
hay lucha para tratar de mejorar y ese camino de mejora es el que nos hace
mejores a nivel individual y a nivel de grupo humano. Por el contrario, si no
existe ese estímulo por mejorarse día a día, se cae en la rutina, en el
aburrimiento... en el camino de descenso, en definitiva.
Simeone añade que “el jugador que prefiere acomodarse y
estar en un equipo pequeño en el que tenga más peso, mirará las finales por
televisión”. Sí, ese jefe de producto, ese administrativo, que desearía estar
en una empresa pequeña para lucir más y no tener que esforzarse como hacen día
a día sus compañeros, no disfrutará nunca de los grandes éxitos que una gran
compañía puede conseguir.
A nivel de fútbol se ejemplifica muy bien: el jugador que
prefiere irse a un equipo pequeño para ser titular indiscutible y jugar todos
los partidos, no podrá disfrutar de la consecución de ningún título ni de la
gloria de disputar competiciones europeas.
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