Por supuesto que el autoritarismo no conduce a nada bueno,
pero de ahí a seguir a ciegas a los demás hay un abismo. La opinión de los
demás es importante y hay que saber escuchar, sobre todo a los que saben, pero
eso no te exime de responsabilidad porque al final debes ser tú quien tome las
decisiones de todo cuanto afecte a tu vida y a tu parcela de trabajo.
Viene esto a cuento de unas palabras de Diego pablo Simeone
en su libro “El efecto Simeone (la motivación como estrategia)”; dice: “En
ocasiones hay que dejar de lado todo lo que te digan los demás. Hay que
escuchar todos los puntos de vista pero luego tú debes hacer una criba y
decidir lo que realmente puede resultar interesante para tu trabajo”.
Y por lo que se refiere a los líderes de un equipo, conviene
tener en cuenta también sus palabras cuando dice: “Yo puedo proponer algo, pero
si no hay aceptación por parte del equipo, no vale para nada”.
Todo se resume, pues, en escuchar, analizar y decidir, y una
vez asumido y aceptado el asunto es cuando puede llevarse a cabo con la certeza
de estar en el camino correcto. Aunque las ideas sean de otro, sin tu
aceptación, sin tu decisión de aceptarlas, no son nada; de ahí la importancia
que tienen tus propias decisiones.
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