Dicen que cuando más peligroso es un animal es cuando está herido, y el capitalismo –esa fiera que explota y devora a los trabajadores- se siente herido porque sus beneficios no son tan altos como esperaban. Para paliarlo, nada mejor que lanzar nuevos zarpazos contra los trabajadores y uno de esos zarpazos es –nada más ni nada menos- que obligar a los trabajadores de diversos sectores a trabajar 65 horas a la semana. Con el nuevo cómputo, los trabajadores que hagan guardias no verán contabilizadas como tiempo de trabajo sus 24 horas, sino solo el tiempo que hubiesen estado realizando trabajo efectivo dentro de ese periodo.
Para más desfachatez y cinismo, dicen que eso de las 65 horas será voluntario, mediante un acuerdo entre empresario y trabajador. ¿Voluntario? Está más claro que el agua que el trabajador que no trague con eso se irá a la p… calle. ¡Cómo si no hubiese en la cola del paro suficiente gente para encontrar alguien que acepte esas condiciones! Y si con la cola del paro no fuese suficiente, pues a hacer como con los médicos, a traerlos de fuera.
Mañana hay convocada una manifestación sindical, a nivel de todo el planeta, en una "Jornada por el trabajo decente". Por supuesto que hay que levantar la voz por la explotación que se hace de los trabajadores en el tercer mundo, pero no nos olvidemos que también hay que levantarla por nosotros mismos e impedir por todos los medios que la Jornada de 65 horas se haga realidad.
Si lo consiguen, habremos perdido de un plumazo todas las conquistas sociales y retrocederemos al siglo XIX.
La Organización Médica Colegial (OMC) ha convocado mañana a los medios de comunicación para denunciar este atropello.
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