domingo, 12 de octubre de 2008

¡Que coñazo! ¡No sé que pensar!

A rajar tocan hoy sobre la dichosa frase de Rajoy. Por mi parte, me he quedado completamente descolocado y no se que pensar.
BIEN.- Dice que ir al desfile militar es un coñazo. Está en su derecho de opinar lo que quiera y de compartir las confidencias con quien le de la gana. Muchos opinamos que el desfile es un coñazo y en cambio a otros les encanta. Claro que sí. Tiene que haber gustos para todo.
MAL.- Como presidente del PP no tendría que haber dicho eso... al menos es lo que se esperaba de él.
MAL.- Es una vergüenza que nos parezca bien la mentira (que piense que es un coñazo y que diga lo contrario) y nos sorprendamos porque alguien dice lo que piensa de verdad.
MAL.- Es increíble que una persona superentrenada a actuar ante los medios de comunicación cometa ese error de libro como es hablar de algo que no quiere que se escuche. ¡Cuántas veces hemos dicho a nuestros entrenados que aunque crean que se ha cerrado el micro no digan nunca nada que no quieran ver en titulares...!
PEOR.- Para arreglarlo, va y se disculpa (¿cómo puede uno disculparse de haber dicho la verdad de lo que piensa?) y dice que eso era una conversación privada y que él se siente orgulloso de asistir al desfile y nos anima a todos a acudir? O sea: en privado piensa una cosa y en público nos miente y encima nos exige que nos creamos su mentira.
PESIMO.- Lo peor de todo es que la verdad nos escandalice y ataquemos a quien dice la verdad. Parece ser que estamos tan acostumbrados a la mentira que pedimos por favor a todos que nos sigan mintiendo. Y el que ha dicho la verdad, se ha sentido tan avergonzado que nos ha mentido de nuevo diciendo que lo que hemos oído no era para nuestros oídos, que lo que tenemos que oír es lo contrario.

Por favor, políticos: seguid mintiendo, que ni vosotros mismos ni tampoco nosotros estamos preparados para escuchar la verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con el comentario.Pero los políticos son hoy tan absolutamente impresentables que no esperamos de ellos mucho más,aunque curiosamente aún pueden cada día desilusionarme un poco,como Mariano Rajoy en este caso,y lo único que realmente esperaría de él es que se marchase a otra parte para una posible reconstrucción del Partido Popular