sábado, 4 de junio de 2022

¿Y quién fui yo?

Pero bueno, ¿y quién fui yo? Aunque a la hora de escribir esto aún sigo en este plano de existencia, en un planeta llamado “Tierra”, hubo un momento en mi vida que supuso un cambio importante, el mes de septiembre de 2007. Fue entonces cuando a mí, como a tantos otros, me invitaron a salir de AstraZéneca, la compañía  ala que había dedicado todo mi esfuerzo y creatividad superando fusiones, escisiones, adquisiciones y todo tipo de vaivenes empresariales. Cuando llegué se llamaba Zeltia Agraria, poco después pasó a llamarse ICI-Zeltia, después me pasé a la división farmacéutica cuando se llamaba ICI-Farma y al mes siguiente pasó a llamarse Zeneca Farma… y finalmente se fusionó y se llamó AstraZeneca. Veinticuatro años en total. ¡Casi nada! Pero eso sí, salí con una buena “hucha” que convirtió dicha salida en una excelente noticia, más aún cuando al mes siguiente, el 2 de octubre, comenzaba a trabajar en el Consejo General de Colegios de Médicos, también conocido como Organización Médica Colegial (OMC). Tras cuatro años allí llegó por fin la anhelada jubilación y a partir de ese momento pude escribir sin tener que ser “políticamente correcto”, es decir, pude escribir todo lo que me dio la gana.
 
Y la verdad y que las ganas fueron muchas, tantas que llevo más de 30 libros publicados en Amazon y dos blogs (“Palabras inefables” y “AZprensa”) repletos de informaciones, artículos, noticias, etc.
 
Pero como ahora estoy escribiendo en este blog, a modo de despedida de este plano de existencia (nadie está aquí eternamente), recordaré que en aquél momento decidí recoger en un libro mis mejores poesías y unos escritos autobiográficos que a través del humor y la sorpresa, nos dan la respuesta a todas esas preguntas que el ser humano se ha estado planteando desde el origen de los tiempos.
 
Llamé a ese libro “Palabras de despedida” y lo preparó una editorial a cambio de un dinero y cinco años de exclusividad. Transcurrido aquél tiempo, recuperé mis derechos sobre el citado libro y lo publiqué en Amazon, en donde ahora está disponible tanto en edición digital como en edición impresa.
 
Aquél libro lo fui entregando a todas aquellas personas por quienes había sentido un afecto especial y había podido localizarlas; hago esta puntualización porque me hubiera gustado entregarlo a más personas pero me fue imposible localizarlas. Lo más gracioso fue que con ese título “Palabras de despedida” muchas de esas personas con las que existía ese afecto mutuo, se sintieron preocupadas, pensando que escribía aquello a modo de despedida porque estaba gravemente enfermo, a punto de morir. No era, así. Es que siempre he sido muy melodramático, que es una forma de llamar la atención, tal como se debe hacer en periodismo y publicidad. Pero aquél libro, en definitiva, suponía el inicio de una nueva etapa profesional (el tramo final laboral hasta la jubilación) y con tantos y buenos contactos como había tenido hasta ese momento, ese libro era una buena despedida ya que en él revelaba eso que tanto preocupa a muchos: ¿qué hay al otro lado de la barrera de la muerte? ¿Cuál es nuestro propósito en esta vida?
 
Ya en el interior del libro, recordaba que yo había tenido una segunda oportunidad, puesto que me ahogué a los seis años y pude haberme marchado entonces, pero me tenían encomendada otra misión; así que volví a la vida y así hasta ahora. Por eso, en el libro “Palabras de despedida” y también en el libro “No son coincidencias” (en este último de una forma más amplia) doy respuesta a todas esas preguntas.
 
Ya simplemente por curiosidad, dejo a continuación ese pequeño texto que escribí en la solapa interior del libro que entregué a las personas por quienes sentí un afecto especial y pude, en aquél momento, contactar con ellas. Decía así:
 
“Vine a este mundo en Madrid el 7 de enero de 1949. A los seis años estuve a punto de irme, pero en el último instante –milagrosamente- mi padre consiguió salvarme de morir ahogado. A lo largo de estos años, el cuerpo en el que he estado encerrado ha ido envejeciendo, pero eso no ha afectado a mi alma que ha seguido siendo siempre tan joven como el primer día. La poesía ha sido su lenguaje a lo largo de estos años. Y aunque la necesidad de trabajar para poder vivir, tener una familia y un proyecto de vida, no me dejó ejercer de poeta todo el tiempo que hubiera deseado, sí que pude dejar un pequeño testimonio de ello (aquí os muestro una parte) e incluso tuve la suerte de poder dedicarme profesionalmente a escribir, aunque no fuese poesía, sino algo más prosaico como noticias, informes, artículos periodísticos, etc., pero escribir, al fin y al cabo.
 
Este libro no muestra la parte profesional, sino la personal y la más íntima, que quiero compartir contigo para dejarte un último recuerdo de mi paso por este mundo, como palabras de despedida y de... hasta pronto!”.
 
“Palabras de despedida”: http://amzn.to/3low8fS
“No son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO


 

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