jueves, 11 de marzo de 2021

Un cadáver exquisito (130)

Capítulo 127.- Capítulo final

La satisfacción de Jacinto es tanta que comienza a hincharse, a inflarse como una pelota de playa. Cada vez va tomando una forma más redondeada y más grande, como un globo aerostático que comenzara a elevarse. Ríe y ríe y continúa inflándose hasta que de repente “¡boooom!” explota.
 
Pero aquél ruido no era una explosión, sino el frenazo en seco de un coche para no atropellar a un gato. Pedro despertó de sus ensoñaciones y volvió a la realidad. Comprobó que allí estaba él con el maletín lleno de billetes, después de haber cumplido con éxito su misión, y dispuesto a subir a su piso para dar un vuelco definitivo a su vida.
 
Miró hacia su casa y se acordó de otra frase de Noel Clarasó: “No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma”. Y esa misma era Violeta, pero el Pedro Bareta que ahora subía por el ascensor no se parecía en nada al del pasado.
Abrió la puerta y, nada más poner un pie en su piso, tuvo un recibimiento de lo más cálido:
- Imbécil ¿qué horas son estas de llegar con todo lo que ha pasado hoy en el hospital?
- ¿Dónde están los niños? –preguntó Pedro.
Al oír su voz, Edu y Pía corrieron a abrazarle. Pedro bajó la voz y les cuchicheó al oído:
- Tengo una sorpresa para vosotros, pero ahora tengo que hablar con vuestra madre. Id a vuestro cuarto, meted en una bolsa el pijama y el cepillo de dientes y esperadme allí sin decir nada. ¿OK?
Edu y Pía asintieron y se fueron otra vez a su habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Se puede saber qué has hecho en el cuarto de baño? ¿Has  visto  cómo  está  la  casa?  –Violeta  empezó  otra  de sus retahílas de reproches, pero esta vez Pedro la cortó en seco.
- ¿Sabes cómo hice ese agujero en la puerta? ¡Con los cuernos que me regalaste!
- ¿De qué hablas?
- ¿Sabes que es esto? –dijo blandiendo el amasijo en que se había convertido la libreta de Jacinto- Jacinto ha confesado y me ha contado todo lo vuestro, pero además en esta libreta están todos los detalles - Violeta se quedó parada y empezó a perder color. Ahora sólo era malva- Aquí están detallados todos los regalos que te ha hecho, las citas clandestinas, e incluso alguna puntuación no muy favorable para ti. –Violeta perdió aún más color, ahora ya sólo estaba un poco lila- ¿Sabías que la máxima puntuación que conseguiste fue un 7,5?
- Bueno ¿y tú qué? –reaccionó Violeta, digo lila- Después de tantos años en Future Farma has seguido siendo un simple Product Manager. Mira a Jacinto cómo se ha hecho el amo y es el hombre de confianza de McKarran.
- Product Manager y a mucha honra. Así que ahora me largo de casa con los niños y te doy dos días de plazo para que te largues de aquí. Te puedes ir... por ejemplo... con Jacinto. Ya se pondrá en contacto contigo mi abogado para acordar el régimen de visitas y todos los trámites del divorcio.
-  Eso ni lo sueñes, monada. Ni te vas a llevar a los niños ni te vas a librar así de mí.
- “Página 28” –dijo Pedro abriendo y leyendo la libreta- “Cuando Violeta abrió el estuche del Bulgari que le he regalado, se quedó mirando y dijo ¿pero es bueno? Como pone que es vulgari... y le tuve que enseñar la factura para que se abriese de piernas...”. “Página 45: Esta Violeta es insaciable, no para de pedir más y más, pero eso sí, si no hay regalo no abro, dice la muy...”.  “Página 53: aprovechando que el tontolaba de Pedro está de Congreso, la invité el fin de semana a París y casi lo rechaza porque no quería ir en un vuelo regular sino en un vuelo bueno así que tuve que cambiar los billetes por otros de Business”.  ¿Quieres que haga pública toda esta información? –Violeta ya estaba completamente blanca- Pues ya lo sabes, nos vamos.
Pedro fue a recoger a los niños y salieron. Edu y Pía dijeron “chao”  a su madre que se había quedado petrificada como una estatua de sal... blanca.
- ¿A dónde vamos, papá? –preguntaron al unísono Edu y Pía.
De momento a un hotel de cinco estrellas. Mañana alquilaremos un cochazo y nos iremos a Terra Mítica y después... a donde queráis...
- ¡Yupppi! -gritaron ellos.
El coche arrancó y nadie volvió la vista atrás ni se escuchó a ningún buitre gorjear, entre otras cosas porque los buitres no gorjean, ni siquiera cuando están en celo.

Nota.- Este es el capítulo final, pero la novela aún no ha terminado. Mañana continuará...


“El dulce gorjeo del buitre en celo”, una novela escrito bajo la técnica de “cadáver exquisito” en donde el humor alcanza el estado de gracia.

https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo

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