lunes, 8 de marzo de 2021

Un cadáver exquisito (127)

Capítulo 124.- El adiós de Pili y Mili

Pedro Bareta aparcó cerca de su casa, aún no estaba seguro de subir o no, cuando de repente sonó su móvil.
- Aquí Mili, ¿eres Pili?
- Sí soy Pili. Ya tengo tu encargo.
- ¿Lo has conseguido?
- Sí, y además no ha quedado ni una sola huella, bueno sí, algunas  huellas  de  la  tarjeta  de  Jacinto,  así  que todas las sospechas recaerán en él.
-  Bueno, yo lo que quiero es el material.
-  ¿Cuándo vas a volver de Tomelloso?
-  Yo no estoy en Tomelloso, sino entrando ahora en la M-40.
-  Pues si quieres el encargo ya sabes lo que tienes que traer a cambio. Te espero aparcado dentro de mi coche frente a la cafetería “Lord Baldwin”.
-  En treinta minutos estaré allí.
Se recostó en el asiento, puso música y esperó mientras contemplaba el entrar y salir de gente en la cafetería. Se sobresaltó al ver una cara conocida, no, dos caras conocidas: eran Wilma y Valentín... y caminaban abrazados... Recordó entonces esas sabias palabras de Noel Clarasó que dicen “cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto” y en un ejercicio de humildad se aplicó también el cuento a sí mismo, aunque –después de todo lo que había sucedido- las cosas habían cambiado mucho.
 
Habían transcurrido ya 40 minutos y empezaba a impacientarse cuando un toc-toc sonó en el cristal de la ventanilla. Miró y era Kurkowsky que le hizo una señal para que pasase a su coche. Pedro salió de su coche y entró en el de Kurkowsky. Vio que llevaba un maletín.
- ¿Dónde está el material?
Pedro se inclinó y sacó de debajo de su camisa un dossier. Kurkowsky empezó a hojearlo.
- Como verás, en esta documentación viene perfectamente explicado todo el proceso de fabricación. Cualquiera que tenga este dossier puede a partir de ahora fabricar todos los derivados del etirimol tanto para uso farmacéutico como para cualquier otro fin.
Durante algunos minutos, Kurkowsky siguió revisando la documentación. Finalmente dijo:
- OK. Has cumplido y aquí tienes lo prometido.
Le  pasó  el  maletín y Pedro lo abrió: estaba lleno de billetes pequeños y usados. No había dos con una numeración correlativa. Nadie podría seguir el rastro de ese dinero... y ya no tendría necesidad de trabajar nunca más en su vida.
- Bien, creo que aquí acaba nuestra colaboración porque después de todo lo sucedido no volveré a Future Farma y porque además el futuro que le espera a Future es de lo más negro: es cuestión de semanas que expire el plazo de exclusividad de patente y a los 5 segundos de que expire podréis tener lista toda la producción a precio de genérico que queráis. Vais a ser los reyes del estreñimiento y la diarrea genéricas.
- OK, Pili. Nunca nos hemos visto.
- Por supuesto. Cuando alguien me diga algo de “Mili” les diré simplemente que hace ya muchos años que terminé la mili y salí del CIR nº 3 de Colmenar. Eso es todo.

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