jueves, 15 de diciembre de 2016

Acabar con las pintadas es muy fácil

A todos nos disgusta contemplar cómo las fachadas de las casas se llenan continuamente de pintadas que son auténticas mamarrachadas. Es cierto que hay algunos artistas urbanos que realizan en ellas auténticas obras de arte dignas de ser preservadas, pero la mayoría son simples gamberros que no tienen ni puñetera idea de arte. Y de igual forma vemos cómo esas pintadas permanecen tiempo y tiempo sin que nadie las borre, hasta que un día alguien se decide a frotar y frotar con disolventes hasta que al cabo de unas horas sólo se aprecian unos restos pálidos de lo que pintarrajearon allí. Ni que decir tiene que a las 48 horas como mucho ya han pintarrajeado de nuevo esa pared. ¿Cómo acabar con ellas? ¿Borrándolas todos los días? ¿Poniendo unos pit bull atados a esas paredes por las noches para que despedacen a los intrusos? ¿Contratando guardias privados de seguridad para que vigilen todas las noches? ¿Colocando minas antipersona? Noooo. Es mucho más fácil.

Hay dos sistemas. El primero y mejor, aunque no siempre puede aplicarse, es plantar enredaderas o yedra o cualquier otro tipo de vegetación que tape por completo esas paredes. Al quedar completamente cubiertas por una capa vegetal (la yedra, por ejemplo, es muy barata y crece muy deprisa) será imposible pintar en ellas, pero es que además hace bonito y así resulta que cualquier pared cubierta de vegetación es más bonita que sin ella y encima ayuda a mejorar la calidad del aire que respiramos.

Ahora bien, como no siempre es posible plantar yedra u otro tipo de vegetal que cubra esas paredes, hay otra solución: tener preparados unos buenos botes de pintura del mismo color que la pared y cada mañana, cuando al levantarnos veamos que han pintado algo, coger un rodillo y pintar encima para hacerlo desaparecer. Hay que tener en cuenta que a esos gamberros lo que les gusta es ver después sus gamberradas y mostrarlas orgullosos a sus amigos. Si se acostumbran a comprobar cómo a la mañana siguiente bien temprano ya no queda ni rastro de su pintada, acabarán por aburrirse y dedicarse a otra cosa o marcharse a otro lugar. Yo incluso recomendaría poner un letrero que diga algo así: “Queridos graffiteros: Mañana temprano borraremos todo lo que hayáis pintado esta noche, así que si no queréis trabajar en balde y perder el tiempo, id a otra parte”.

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