Jon Symonds era un
joven y prometedor economista que fue nombrado director financiero del gran
grupo farmacéutico multinacional británico Zéneca y después, del tercer
laboratorio farmacéutico más importante del mundo, AstraZéneca. Aunque ya
pasaba de los 40 años era el más joven, con diferencia, de todo el cuadro
directivo. La primera vez que coincidí con él fue en la presentación de los
resultados económicos de la compañía en Londres, a donde acudí con un grupo de
periodistas españoles. Tras la correspondiente rueda de prensa se celebró a
continuación un cóctel en donde me lo presentaron y pude comprobar que era
igual de “accesible y normal” (algo extremadamente raro de encontrar entre los
grandes directivos de las grandes compañías) que los demás miembros de su
equipo. Con todo, lo que más nos llamó la atención cuando estuvimos conversando
con él no fue su juventud ni su trato afable y cercano, sino... su corbata de
cerditos. Para tal acontecimiento (el más importante de la compañía de cuantos
se celebraban con los medios de comunicación) eligió una alegre corbata llena
de sonrosados cerditos similares al famoso Porky. El propio director ejecutivo,
Tom McKillop se unió al grupo y bromeó respecto a tal corbata. Pero ¿qué tiene
de especial que un gran directivo se ponga para tal acontecimiento una corbata
completamente alegre e infantil? Pues tiene de especial precisamente eso, que
no es lo habitual encontrar personas con un alto cargo y más alto sueldo aún,
que disfruten de la compañía y conversación de gente normal. Por eso traigo
aquí este pequeño relato, con la esperanza de que su ejemplo sirva para que más
gente “importante” se de cuenta que lo más importante es –curiosamente- todo lo
contrario: la normalidad.
sábado, 31 de diciembre de 2016
viernes, 30 de diciembre de 2016
Cómo distinguir a un buen político de uno malo
Los hechos nos han venido demostrando que quienes ostentan
el poder o son ladrones o son ineptos. Encontrar un buen político resulta una
tarea realmente difícil, por lo que os voy a ofrecer una sencilla guía que os
permitirá distinguir a buen político (si es que tal cosa existe).
En la
siguiente tabla se reflejan las diferencias más evidentes entre un mal político
y uno bueno.
Tú mismo puedes analizar, en base a esta tabla, en qué lado se
sitúa ese político concreto en el que ahora estás pensando:
El MAL político...
|
El BUEN político...
|
Prohíbe
|
Incentiva
|
Impone
|
Busca acuerdos
|
Pone parches
|
Previene
|
Busca el bien de sus afines
|
Busca el bien de la mayoría
|
Se cree autosuficiente
|
Se documenta
|
Se rodea de quienes le adulan
|
Se rodea de expertos independientes
|
Se esconde y echa la culpa a otros
|
Da la cara
|
Se aferra al sillón
|
Dimite si es necesario
|
jueves, 29 de diciembre de 2016
Restricciones a la inteligencia en el Ayuntamiento de Madrid
Las medidas de restricción al tráfico por alta contaminación
en Madrid (días pares matrículas pares, días impares matrículas impares) parecen haber sido redactadas, supervisadas y aprobadas por
auténticos incompetentes. Pondré unos cuantos ejemplos:
Si un turista con coche de matrícula par ha venido a Madrid
a pasar unos días y debe regresar mañana, sólo podrá hacerlo antes de las 6:30
h. de la madrugada o depués de las 9 de la noche. Si debe dejar la habitación
del hotel a las 12:00 h. tendrá que estar sentado o dando vueltas andando por
ahí hasta las nueve de la noche para poder salir de la ciudad. Vamos, ni que
estuviésemos en Alepo en plena guerra de Siria.
Si una persona (turista o no) debe salir de viaje, sólo
podrá hacerlo antes de las 6:30 de la mañana o después de las 9 de la noche.
Alucinante.
Si una persona quiere venir a Madrid desde otra ciudad, sólo
podrá hacerlo antes de las 6:30 h. o después de las 9 de la noche. Magnífica
forma de promocionar el turismo.
Si alguien que vive en un pueblo cercano a Madrid tiene que venir a trabajar en su coche, tendrá que llegar a Madrid antes de las 6:30 h., esperar a que abaran su oficina hora y media o dos horas más tarde. Y cuando termine su jornada laboral a las 18:00 h. tendrá que sentarse y esperar tres horas más para poder regresar a su casa.
Si hay que trasladar a un enfermo al hospital, no podrás
llevarlo en tu coche (según sea tu matrícula), sólo podrás llevarlo en taxi, aunque esté muy grave y tengas que esperar el taxi mientras tu coche está aparcado junto a tu portal.
Si has quedado en llevar mañana el coche a un taller,
tendrás que avisar para cancelar la cita. Y si has quedado en ir a recogerlo (y los talleres no se quedan con tu coche ni un día más) tendrás que recogerlo y arriesgarte a que te pillen después y te pongan una multa
Si tienes cita con el médico en un hospital de las afueras,
o viceversa, tendrás que ir o tendrán que llevarte en transporte público,
cualquiera que sea la gravedad del enfermo.
Eso sí, si van tres personas en un coche, sí que puedes
circular. Y si es taxi o vehículo de reparto, aunque contamine, pues también.
Y, por supuesto, el transporte público seguirá costando dinero en vez de
hacerlo gratuito como sucede en otras ciudades civilizadas cuando se llega a
estos extremos.
Esto solo son unos ejemplos de la incompetencia de este
Ayuntamiento. Pero me despediré con una frase que han dicho sus responsables
cuando les preguntaron qué piensan hacer si esta situación de alta
contaminación se mantiene más días, teniendo en cuenta que se aproxima la
operación salida de fin de año (y la previsión del tiempo es que seguirá todo
igual). Su respuesta ha sido: “En ese caso ya improvisaremos algo sobre la
marcha”.
PD.- Sin más comentarios.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
El día que me puse flamenco
Ya he comentado la anécdota de mi experiencia con los médicos belgas,
cuando me tocó hacer de anfitrión para darles (yo mismo porque todos los demás
se escaqueraon) unas charlas científicas y agasajarles con lo que más les gustaba:
empanada gallega y vino de Albariño.
También he comentado que para la parte “científica” les preparé una
película en video sobre la historia de la investigación y descubrimientos de
nuestro laboratorio, video que preparé en francés, porque en Bélgica hablan
francés. Pero, para complicarme aún más la vida, mis colegas belgas me dijeron
que también iban a venir aquí otros médicos cuya lengua materna no era el
francés, sino el flamenco (no el de olé, que se habla en España, sino el que se
habla en algunas zonas de Bélgica). Evidentemente, resultaba muy difícil
encontrar en Madrid un locutor que hablase flamenco (lo guitarristas y
cantantes que trabajan en Madrid en los tablaos flamencos no me valían) así que
se ofrecieron a que les enviase el vídeo y ellos harían allí el doblaje.
Total, que no me libré de hacer de anfitrión a los distintos grupos de
médicos belgas que fueron viniendo a hacer turismo en España con el pretexto de
una visita científica. Eso sí, tengo en mi haber el hecho de que una de mis películas
de video se haya doblado al flamenco. Y eso no lo pueden decir muchos.
martes, 27 de diciembre de 2016
El anfitrión de los borrachos
En su afán por agasajar a los médicos para que luego estos receten sus
productos, los laboratorios suelen invitarlos a congresos, reuniones, simposios,
mesas redondas, y todo lo que se tercie. Los laboratorios serios suelen
vestirlo de “carácter científico” para que quede bonito y “ético”, así que
suelen organizar alguna sesión científica como pretexto y alrededor montan toda
una parafernalia de agasajos, desde el viaje, a las visitas turísticas
exclusivas, pasando por copiosas comidas y cenas, buenos hoteles, distintos
detalles de agradecimiento, y muchas y constantes reverencias por parte de los
Delegados del laboratorio que los guían y acompañan.
Pero no penséis que esto es exclusivo de España, que en todos los
países pasa lo mismo, y este es el caso al que me voy a referir ahora. Resulta
que la filial belga del laboratorio en donde trabajaba, quiso organizar unos
viajes turísticos con médicos belgas para que visitasen España, pero eso tiene
poco de ciencia médica, así que había que adornarlo. Para ello pensaron que una
buena idea sería organizarles una visita a la fábrica que la filial española
tenía en Galicia, cerca de Vigo, conscientes que los hoteles españoles son muy
buenos y el marisco... ¡no digamos! Se pusieron en contacto con el presidente
de mi laboratorio para pedirle ese favor y este accedió... pasándome a mi el
muerto: tendría que ocuparme yo de vestir de ciencia esa visita.
Hablé con el director de la fábrica y este, amablemente, se escaqueó;
como mucho logré sacarle que diera un saludo de bienvenida a los médicos belgas
y luego le endosase al Jefe de Fabricación la visita guiada por las
instalaciones. Toda la parte “científica” me tocó, pues, a mi.
Se me ocurrió que, como acababa de hacer un folleto corporativo
contando la historia de la compañía, podía llevar eso al cine, es decir, hacer
un audiovisual con el cual contarles la historia de investigación y
descubrimientos de mi laboratorio, y así entretenerlos. También me preparé una
presentación Powerpoint para ponerles al día de nuestros recientes lanzamientos
y de las nuevas moléculas que estábamos investigando. Con eso ya tenía una
justificación “científica” para la visita y a los responsables de la
organización del viaje les pareció perfecto... siempre que no ocupase mucho
tiempo ya que no querían pasar más de tres o cuatro horas en la fábrica puesto
que tenían un programa muy apretado de visitas a bodegas, restaurantes, monumentos
arquitectónicos, etc. Claro que yo ya me olía el percal y sabía qué era lo que
de verdad le gustaba a los médicos, así que hablé con el cocinero que llevaba
el comedor d empresa y le dije que para ese día tuviese preparada a modo de
bienvenida, unas abundantes tapas de empanada gallega (nunca he probado una
mejor que la que preparaba este cocinero) y unas cuantas (cuantas más mejor)
botellas de Albariño para acompañar.
Por fin llegó el día y aparcaron en la explanada de la fábrica dos
autocares de donde se fueron bajando 70 u 80 médicos belgas. El personal de
cocina se apostó a ambos lados ofreciéndoles la empanada y el vino. Su cara
cambió de expresión cuando comenzaron a degustar esos majares... y lejos de
continuar su camino hacia el salón donde habría de impartirles mi charlas
“científicas” se quedaban pegados como lapas a las bandejas de empanada y copas
de vino. Costó mucho trabajo apartarles de allí y conseguir que pasaran al
salón... en realidad cuando lo hicieron apenas si quedaban unas migas de
empanada en las bandejas y ni una sola gota de vino en las botellas.
Fue así como me enfrenté al grupo de médicos más contento que jamás
había visto. Primero les saludó brevemente el director de la fábrica y luego
puso pies en polvorosa y me dejó solo frente a ellos. Les hice la presentación
(no me extendí mucho porque ya se veía en el ambiente festivo que aquello les
importaba bien poco). Cuando terminé, una gran salva de aplausos atronó en la
sala. Después se proyectó el audiovisual (menos mal que sólo duraba 10 minutos)
y, al comprender que eso ya era lo último, sus aplausos resonaron más
atronadores aún. La verdad es que no llegaron a cantar el “Asturias patria
querida...”, quizás porque eran belgas, pero poco les faltó.
Después hicieron una breve visita a la fábrica, entre risas y bromas en
su idioma, y subieron de nuevo a los autobuses para ir a comer... y beber de
nuevo.
Poco después, los responsables de nuestra filial belga me dio una mala noticia:
había tenido tantísimo éxito aquella experiencia, que querían repetirla varias
veces más. Y como podéis suponer, a mi me tocó entretener y emborrachar a los
médicos belgas. Más de 400 –en distintas tandas- llegaron a vivir (y a beber)
esta experiencia.
lunes, 26 de diciembre de 2016
Me gustaría ser un caballo
No voy a hablar de la obra de teatro “Equuus” sino de una
anécdota de mi más tierna infancia, en la que se demuestra que yo estaba
predestinado a ser un gran creativo publicitario, un escritor con chispa.
Tendría unos seis años y vivía entonces en Daimiel. Paseaba
con mi padre cuando sucedió lo que suele suceder en los pueblos, que cada cinco
pasos te encuentras a un conocido (en realidad en los pueblos se conoce todo el
mundo) y te paras a hablar con él. Como podéis imaginar, aquél paseo se estaba
haciendo interminable y así, una vez más, mi padre se paró a hablar con otro
conocido mientras yo permanecía aburrido allí a su lado.
Surgió entonces mi vena creativa publicitaria. Ya sabéis que
la base primordial de la Publicidad es llamar la atención, captar la atención
del cliente potencial para después transmitirle el mensaje de persuasión sobre
nuestro producto o servicio. Estaba claro que el producto que yo quería vender
era el acabar ya aquél aburrido paseo y llegar a casa para poder jugar. Pero
sabía que si les decía eso mismo, algo así como “papá vámonos ya a casa, que
estoy cansado y aburrido”, la respuesta sería: “sí, sí, enseguida nos vamos” y
no me harían ni caso y seguirían con su cháchara. Así que opté por la
creatividad, por sorprenderles con algo inusual que los dejara perplejos,
incapaces de reaccionar, haciendo patente mi deseo.
Fue así como les dije: “Papá, me gustaría ser un caballo”.
Los dos –mi padre y su amigo- interrumpieron su conversación ante tan
sorprendente afirmación y me miraron sorprendidos sin saber a qué obedecía eso.
Me preguntaron que por qué decía eso y la respuesta fue una indirecta
directísima: “...porque los caballos no se cansan cuando están de pie”. Fue así
como comprendieron que allí había un niño que estaba muy cansado y quería irse
a su casa, y afortunadamente reaccionaron como yo deseaba y se despidieron para
que mi padre y yo pudiésemos -¡por fin!- emprender el camino de regreso a casa.
¿A qué niño se le hubiera ocurrido una cosa así? Sólo a un futuro creativo de
Publicidad y original escritor como este que suscribe estas palabras.
domingo, 25 de diciembre de 2016
Chissssst!
Mi primera actuación ante el público tuvo lugar cuando tan
sólo tenía tres años. Tan pequeño era que no me acuerdo absolutamente de nada y
si no fuese porque mis familiares me lo han recordado muchas veces no tendría
memoria de ello. Sucedió en una reunión familiar. Al llegar la sobremesa, me
dijeron que les contase un chiste y... les conté el único que me sabía a tan
corta edad.
Con gran aplomo me situé frente a ellos, que miraban con
expectación qué chiste les iba a contar. Entonces les dije: “Chiiiiiisssss....
té!”. Y... sí, ya sé que no tiene gracia, pero hubo muchos que se rieron...
sobre todo aquellos que estaban en segunda fila. Lo que tuvo gracia (para los
de la segunda fila) fue que el “Chiiiiiiissss...” fue acompañado de una salva de
perdigones de saliva que los mojó como si del hisopo del cura se tratara.
sábado, 24 de diciembre de 2016
Palabras inefables en Navidad
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua,
“Navidad” es “la festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de
Jesucristo en el mundo cristiano”.
Según la Wikipedia (órgano con el que los poderes que gobiernan
el mundo tratan de decirnos qué debemos creer) su definición es muy similar:
“una de las festividades más importantes del cristianismo que conmemora el
nacimiento de Jesucristo”.
Como se ve, ambas fuentes de información coinciden en lo
mismo. Por eso es de extrañar que todos se apunten al carro de la Navidad aun
siendo ateos, musulmanes, budistas, etc.; bueno, en realidad se apuntan a lo
más cómodo: tiempo de reuniones familiares e intercambio de regalos, algo que
gusta a todos. Sin embargo no resulta lógico que quienes no conmemoran el
nacimiento de Jesucristo se dediquen a propagar eso de “¡Feliz Navidad!”, en
todo caso deberían decir: “¡Felices fiestas de invierno!”, que eso es en
realidad lo que significa para ellos.
Claro que si nos paramos a pensar, no es lógico que en un
país laico (como España y como muchos otros) se designen como días festivos
estas fechas; es un contrasentido porque si un país es laico ¿qué sentido tiene
celebrar una fiesta de una religión concreta cuando en ese país hay muchos
ciudadanos ateos y de diversas religiones? ¿Por qué dar preponderancia a una
religión en concreto? Lo lógico sería que todos estos días fuesen laborables y
que cada cual celebrase lo que quisiese en las fechas que quisiese: los
cristianos la Navidad en la intimidad de sus hogares y dentro de su tiempo
libre, los musulmanes lo propio, los ateos... pues eso nada, con que fuesen al
bar a tomarse unas cañas con los amigos sería suficiente. Pero la hipocresía
reina en todas partes y los ateos cogen de la Navidad lo que les interesa: las
vacaciones y los regalos.
Yo desde aquí abogo por la coherencia: que todos trabajemos
las 35 o 40 horas semanales reglamentarias y no tengamos ninguna fiesta salvo
dos días semanales de descanso. Y que cada cual celebre en la intimidad de su
hogar y su familia aquello en lo que crea o deje de creer, sin imponérselo a
los demás.
Por mi parte, como la Navidad es tiempo de amor y
fraternidad, aquí comparto con vosotros lo que más estoy disfrutando esta
Navidad. Mirando su cara puedes creer en lo que quieras, así que esta
felicitación sirve para todos vosotros, tengáis la creencia que tengáis o
incluso si no tenéis ninguna.
Desde este blog llamado “Palabras inefables” os deseo
felicidad.
viernes, 23 de diciembre de 2016
Dos matrimonios en uno
Todos conocemos qué es eso de las fusiones de empresa y muchos
de nosotros las hemos padecido, en unas ocasiones para bien y en otras para
mal; pero ¿pueden fusionarse las personas? Quizás penséis en el tema sexual y
digáis que sí puede haber fusión, que gracias a esa fusión la especie se
perpetúa y sus integrantes disfrutan, pero no es exactamente de eso de lo que
quiero hablar sino de una distinta fusión de personas que tuve ocasión de
conocer. Una fusión, por cierto, que tuvo lugar en un viaje de novios... ¿pero
no habíamos quedado en que no tenía nada que ver con la vida sexual?
Tranquilos, narremos los hechos...
Nuestros dos protagonistas trabajaban como Visitadores
médicos, él en un laboratorio y ella en otro; pro como la mayoría de los
Visitadores no eran rivales (aunque ambos compitiesen por conseguir de esos
médicos el mayor número de recetas para sus productos) sino colegas de
profesión. Por eso, entre los Visitadores, sean del laboratorio que sean, suele
existir cordialidad y compañerismo, sobre todo porque todos ellos tienen que
soportar las presiones de los jefes de sus respectivos laboratorios, las largas
horas de espera para que algunos médicos les atiendan, las duras negociaciones
con mayoristas para que hagan el mayor pedido posible de sus productos, la
insufrible burocracia a la que les obligan desde la central, el trato
indiferente o ingrato de algunos médicos, etc.
En el caso que nos ocupa, él y ella llevaron ese
compañerismo a un nivel superior y se enamoraron. La cosa fue bien y un buen
día se casaron y se fueron de viaje de novios al Caribe. Apenas llevaban allí
un par de días cuando recibieron una llamada dándoles la enhorabuena por
haberse casado por segunda vez. “¿Cómo dices?", respondieron atónitos, puesto
que aquél era su primer matrimonio y esperaban que les durase toda la vida.
Entonces, el que les llamaba desde Madrid les dio la noticia. Él trabajaba en
el laboratorio Astra y ella trabajaba en el laboratorio Zéneca, y estos dos
laboratorios acababan de anunciar su fusión. A partir de entonces nada pudo
separar esa doble unión, la del amor que los había unido en matrimonio y la del
mercado que había unido en una sola compañía aquellas dos empresas.
jueves, 22 de diciembre de 2016
Pasión en remojo
En esta historia real que os voy a contar no citaré la
ciudad donde tuvo lugar ni los nombres de los protagonistas, ni cualquier otra
indicación que os permita averiguar quiénes fueron. Sólo os diré que eran dos
Visitadores Médicos de un laboratorio, él y ella, que muy pronto comenzaron
asentirse atraídos el uno por el otro. Cada uno trabajaba en una zona diferente
y sólo se veían cada dos meses, cuando se organizaba una reunión de ciclo y
todos los Visitadores de la zona se reunían un par de días para estudiar los
nuevos folletos y argumentos que debían presentar a los médicos, al tiempo que
se revisaban la evolución de ventas y el cumplimiento de sus objetivos de
ventas. Pero todas las reuniones tienen también su parte lúdica y su tiempo
libre, propicio a crear buen ambiente y entendimiento entre los componentes del
equipo. En este caso, no obstante, ese entendimiento fue a más, y como los
contactos entre ambos eran esporádicos (ya hemos dicho que cada dos meses) cada
vez que se veían la pasión alcanzaba cotas insospechadas.
En la ocasión que viene al caso, diré que la reunión de
ciclo tuvo lugar en una ciudad con puerto de mar, y como los puertos por la
noche suelen ser lugares tranquilos y solitarios, nuestros dos ardientes
tortolitos se fueron hacia allí en el coche de uno de ellos. Amparados por la
penumbra y en el confort del interior de aquél coche, dieron rienda suelta a su
pasión... pero también dieron rienda suelta –sin querer- al freno de mano, y
como la zona en donde habían aparcado estaba en ligera cuesta, el coche comenzó
a rodar... hacia el mar. Cuando quisieron reaccionar ya era tarde, el coche se
precipitó a las frías y oscuras aguas del puerto con nuestros dos ardientes
amantes dentro del coche y no sabemos si al entrar en contacto con el agua se
escuchó ese rumor típico que sueltan los cuerpos ardientes cuando de repente se
sumergen en agua fría: fssssst!!!
Afortunadamente pudieron salir a nado, aunque hizo falta una
grúa al día siguiente para sacar el coche. Sin embargo lo peor fue llegar los
dos juntos, chorreando agua, hasta el hotel donde se alojaban todos los
compañeros de trabajo, siendo imposible pasar desapercibidos y siendo imposible
inventar ninguna excusa. Aquella pasión que habían intentado mantener en un
discreto silencio no sólo paso a ser de dominio público sino de carcajadas
públicas y bromas continuas.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
No sólo de pan vive el pato
Cuando esta pasada primavera paseaba por un parque cercano a
mi casa, contemplé un hecho insólito: una pareja de ánades reales nadaba alegra
con 11 patitos recién nacidos en una ría que recorres este parque, en realidad
es algo así como un estanque de sólo tres metros de anchura que serpentea
durante cien metros, rodeado a ambos lados por la zona de paseo de los
viandantes. Nunca se había visto algo así y muchos dudábamos que aquello
pudiera tener final feliz.
Pero para asombro y alegría, con el transcurrir de los
meses, aquellos once patitos fueron creciendo sanos y robustos y al llegar a su
mayoría de edad echaron el vuelo y se marcharon en busca de otras aguas más
grandes y tranquilas (supongo que el cercano río manzanares o el lago de la
Casa de Campo. Pensábamos que los habíamos perdido de vista para siempre pero
no, se habían ido... ¡a ligar! Y hete aquí que un buen día, paseando por el
parque descubrí que había más de 30 patos (machos y hembras) nadando alegres
por la ría. Todas las noches se marchaban volando a otro lugar y por el día
volvían aquí.
No obstante hay un hecho del que no se percataron muchas
personas y es que no sólo de pan vive el pato. Cada día era frecuente ver
entusiastas paseantes que le echaban pan a los patos como si sólo de esto
dependiese su sustento; ignoraban que la alimentación básica de los patos son
las ovas y algas que crecen en el agua así como algunos minúsculos insectos que
deambulan por la misma; el pan sólo es para ellos una golosina. Nada de esto es
de conocimiento público según parece ya que las panaderías debieron hacer un
negocio extra aquellos meses, ya no se contentaban con echarles unas migas, ya
eran barras de pan enteras. Los patos ya no nadaban en el agua sino en medio de
una masa informe de pan reblandecido que flotaba ocupando casi toda la
superficie de la ría. Pues ni por esas, la gente seguía echando pan.
Ahora que los once patos ya se han casado y tienen sus
parejas estables, sus visitas a la ría siguen siendo frecuentes aunque sólo por
algunas horas al día; sin duda prefieren nadar en aguas más limpias. Gracias a
eso, las barras de pan flotantes van disminuyendo pero ¿qué pasará si esta próxima
primavera vienen a criar aquí no una sino once parejas de patos? Por si acaso
creo que abriré una panadería junto al parque y en sólo unos meses podré retirarme
a vivir de las rentas en una isla paradisíaca.
martes, 20 de diciembre de 2016
Si el anuncio tiene letra pequeña, la publicidad es engañosa
Hoy comparto con vosotros esta sencilla regla para saber si
un anuncio nos está vendiendo un producto de forma honrada o si pretende
hacerlo de forma engañosa porque la oferta tan atractiva que ofrecen no es tan atractiva
en la realidad.
Cuando al ver un anuncio descubras un montón de letra
pequeña al pie del mismo, tan pequeña que cuesta trabajo leerla, eso significa
que te están engañando, o al menos eso es lo que intentan.
Puedes hacer la prueba con el próximo anuncio que llegue a
tus ojos... y a partir de ese momento quizás te acostumbres a pasar por alto
los anuncios de los embaucadores y prestar atención sólo a la buena Publicidad.
“La Comunicación en la industria farmacéutica”: https://amzn.to/3cShgD1
lunes, 19 de diciembre de 2016
Acabar con las cacas de perro en la calle es muy fácil
Todos estamos hartos de ver cacas de perro por las calles y
en más de una ocasión hemos pisado alguna; y no digo nada si encima esos
zapatos tenían la suela con hendiduras y hay que usar un palillo para ir
sacándola de cada una de ellas. ¿Qué hacemos? ¿Un holocausto canino y muertos
los perros se acabaron sus cacas? ¿Estado de excepción con el Ejército por las
calles para que arresten a los dueños que no recojan las cacas y los manden a
Guantánamo?... Creo que hay soluciones menos drásticas.
Los Ayuntamientos de muchas ciudades y pueblos tuvieron la
genial idea de colocar dispensadores de bolsas para que los dueños las usaran
para recoger las cacas de sus perros. La mayoría de esos dueños, personas educadas,
las utilizaron y esas ciudades y pueblos ganaron en limpieza, higiene y confort
para sus ciudadanos. Pero al cabo del tiempo volvieron a proliferar las cacas. ¿Qué pasó? Pues ni más ni menos que lo que pasa siempre: grandes ideas... que
no tienen continuidad. Los Ayuntamientos empezaron a racanear en bolsas,
reponiéndolas cada vez más tarde y cuando el dueño de un perro quería coger una
ya no quedaban y con gran dolor de su corazón allí se quedaba esa plasta en la
acera. ¿Qué iba a hacer? ¿Volver corriendo a su casa a por una bolsa de la
compra (de esas que ya no dan en los supermercados salvo que la compres) y regresar al mismo lugar para recogerla? Esa
idea de los Ayuntamientos fue la peor posible: acostumbraron a los dueños de los
perros a que tuviesen siempre a mano esas bolsas, y cuando ya se habían
acostumbrado dejaron de reponerlas con asiduidad. Hoy en día, cualquiera que se
pasee por esas ciudades y pueblos de dispensadores vacíos, verá muchas cacas
por la calle y algunos dueños de perros que portan como un tesoro un buen puñado
de bolsas ya que tuvieron que estar atentos, de madrugada, a que el empleado de
la limpieza las repusiera para lanzarse corriendo a por un buen manojo de ellas
y así lograr que al menos su perro no ensuciara la calle. Doy fe de ello. Aquí
en Madrid algunos lunes (sólo algunos) los jardineros reponen las bolsas en los
dispensadores a primera hora de la mañana... a media mañana ya no queda ni una.
Por lo tanto, acabar con esta situación es muy fácil: O bien
se da orden (y material) a los empleados de la limpieza para que repongan a
diario las bolsas en aquellos dispensadores en donde se hayan acabado, o bien
se retiran del mobiliario urbano y se sustituyen por unos letreros que digan
algo así: “La recogida de las cacas de los perros es responsabilidad de sus
dueños que deberán comprar las bolsas correspondientes en... (indicar el tipo
de establecimientos en donde se puedan encontrar)”.
Como se ve no hacen falta ni multas ni campañas de
concienciación, sino sólo un poco de coherencia.
sábado, 17 de diciembre de 2016
¿Hay alguien más dentro de nosotros?
Hoy os voy a hablar de un libro inédito que casi nadie ha
leído. No es que sea una gran obra literaria pero sí que tiene interés por el
tema que plantea y por el hecho de haber sido escrito por dos jóvenes que
apenas rebasaban los 20 años de edad. Me refiero a “El tercer yo”.
“El tercer yo” es una obra de teatro que nunca llegó a
representarse y que fue escrita en torno al año 1968 cuando sus dos autores,
Pedro Fuentes y Vicente Fisac, aún no habían cumplido los veinte años de edad,
habiendo permanecido escondida y desconocida por todos hasta este momento en
que –gracias a esta edición- ponemos a disposición de todos los lectores.
Se dice que todas las personas tenemos dos “yo”, el que
mostramos a los demás y el que guardamos para nosotros mismos. Sin embargo, en
alguna ocasión excepcional como la presente, puede aflorar un “tercer yo” que
nos hace cambiar todas nuestras expectativas ante la vida.
Construida en tres actos, y en dos momentos consecutivos (la
noche de un sábado y la tarde del domingo siguiente) se estructura en una
secuencia de escenas que van fundiendo a negro (como si de una película se
tratara).
Sobre un original argumento, la obra nos habla de la
familia, del amor, de la incomunicación entre las personas mayores y entre las
generaciones, del egoísmo y de la superficialidad con que todos nos
comportamos, y de la necesidad de comprender el sentido trascendente de la
vida.
Hay disponible suna edición digital y una edición impresa en
este enlace:
viernes, 16 de diciembre de 2016
Si te metes con los poderosos...
En el nauseabundo mundo de la política podemos ver cómo el
poder establecido no consiente que nadie le cuestione y cuando esto sucede toma
sus medidas contundentes. Ejemplos recientes hay muchos. Por ejemplo, cuando el
juez Elpidio Silva acusaba a Blesa (un gran amigo del expresidente Aznar) de
forrarse de manera ilícita, la respuesta de los poderes en la sobra fue muy
sencilla: apartar de por vida de la carrera judicial a ese juez, que ahora solo
puede ganarse la vida como un simple abogado. Otro ejemplo: en la historia
interminable (ya os diré cómo terminará) del juicio a Iñaki Urdangarín y la
infanta Cristina, el fiscal (cuya misión como la de todos los fiscales es
acusar) se ha dedicado a defender a los acusados, especialmente a la hija del
ex rey. Más ejemplos: Cuando la jueza que llevaba el caso de la cúpula del PSOE
en Andalucía (que se quedaba para ellos con el dinero que debería ir destinado
a los cursos de formación de los parados) estaba acumulando ingentes cantidades
de pruebas contra ellos, la respuesta fue igualmente sencilla y previsible: se
la apartó del caso. Y esto es tan así, que hasta en el mundo del deporte
vivimos casos similares: Cuando se destapó el escándalo de los futbolistas que
desviaban a paraísos fiscales los ingresos por sus derechos de imagen para
evitar pagar impuestos, y entre estos futbolistas estaba Cristiano Ronaldo, la
Hacienda pública dijo que los investigaría (a todos menos a él) y un juez dijo
que se prohibía seguir hablando mal de él (así es el poder del presidente del
Real Madrid).
Visto lo cual, me voy a tomar un antiemético y voy a salir a
dar un paseo con mi perro para que me despeje el aire fresquito del invierno.
(PD.- ¿Sabéis cómo acabará el juicio contra Urdangarín y
Cristina? Muy sencillo: ella inocente y él culpable pero como ya ha pasado
tanto tiempo, el delito ha prescrito y por lo tanto puede seguir choriceando
como hasta ahora).
jueves, 15 de diciembre de 2016
Acabar con las pintadas es muy fácil
A todos nos disgusta contemplar cómo las fachadas de las
casas se llenan continuamente de pintadas que son auténticas mamarrachadas. Es
cierto que hay algunos artistas urbanos que realizan en ellas auténticas obras
de arte dignas de ser preservadas, pero la mayoría son simples gamberros que no
tienen ni puñetera idea de arte. Y de igual forma vemos cómo esas pintadas
permanecen tiempo y tiempo sin que nadie las borre, hasta que un día alguien se
decide a frotar y frotar con disolventes hasta que al cabo de unas horas sólo
se aprecian unos restos pálidos de lo que pintarrajearon allí. Ni que decir
tiene que a las 48 horas como mucho ya han pintarrajeado de nuevo esa pared.
¿Cómo acabar con ellas? ¿Borrándolas todos los días? ¿Poniendo unos pit bull
atados a esas paredes por las noches para que despedacen a los intrusos?
¿Contratando guardias privados de seguridad para que vigilen todas las noches?
¿Colocando minas antipersona? Noooo. Es mucho más fácil.
Hay dos sistemas. El primero y mejor, aunque no siempre
puede aplicarse, es plantar enredaderas o yedra o cualquier otro tipo de
vegetación que tape por completo esas paredes. Al quedar completamente
cubiertas por una capa vegetal (la yedra, por ejemplo, es muy barata y crece
muy deprisa) será imposible pintar en ellas, pero es que además hace bonito y
así resulta que cualquier pared cubierta de vegetación es más bonita que sin
ella y encima ayuda a mejorar la calidad del aire que respiramos.
Ahora bien, como no siempre es posible plantar yedra u otro
tipo de vegetal que cubra esas paredes, hay otra solución: tener preparados
unos buenos botes de pintura del mismo color que la pared y cada mañana, cuando
al levantarnos veamos que han pintado algo, coger un rodillo y pintar encima
para hacerlo desaparecer. Hay que tener en cuenta que a esos gamberros lo que
les gusta es ver después sus gamberradas y mostrarlas orgullosos a sus amigos.
Si se acostumbran a comprobar cómo a la mañana siguiente bien temprano ya no
queda ni rastro de su pintada, acabarán por aburrirse y dedicarse a otra cosa o
marcharse a otro lugar. Yo incluso recomendaría poner un letrero que diga algo
así: “Queridos graffiteros: Mañana temprano borraremos todo lo que hayáis
pintado esta noche, así que si no queréis trabajar en balde y perder el tiempo,
id a otra parte”.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
Otra vez la Superluna
¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Noooo, es... ¡la "Superluna!¿Te acuerdas de todo lo que habló hace cuatro semanas de la
“Superluna”, esa imagen un 10 por ciento más grande de lo normal y con mucho
más brillo de nuestro satélite. La gente se puso como loca mirando al cielo y
muchos de ellos hicieron fotografías (bastante malas, por cierto, puesto que
para hacer una buena fotografía de la Luna hace falta una buena cámara y sobre
todo un trípode). Fotos y fotos de esa “Superluna” se compartieron en las redes
sociales. La gente se mostraba entusiasmada sobre todo porque había hecho algo insólito:
mirar al cielo (el 99% del tiempo miran a la pantalla de su iPhone y el 1%
restante a su ombligo). Estaban convencidos de haber sido testigos de un hecho
excepcional que no volvería a repetirse hasta 70 años después.
Pues bien, no era para tanto la cosa. Parece ser que no
saben que la Luna se mueve de forma uniforme, que hace cuatro semanas estuvo
en su punto más cercano, pero que hoy mismo, día 14 de diciembre, con esta
nueva luna llena, nuestro satélite sigue estando muy cerca, sólo un poquito más
lejos que hace cuatro semanas; así que hoy también tenemos superluna y todo
aquél que quiera mirarla puede hacerlo y a ver si así, de una vez, se da cuenta
que existe un apasionante mundo fuera de la pantalla de su iPhone.
martes, 13 de diciembre de 2016
La censura políticamente correcta
La creciente corriente del pensamiento “políticamente
correcto” que cada vez nos ata más a unos cánones preestablecidos, no ha
surgido por generación espontánea sino que obedece al deseo de las clases
dominantes del planeta por tener una legión de borregos que acepten sin
rechistar cuanto se les impone.
Si lo pensáis bien, esa corrección política es algo
totalmente infantil: pretende que las cosas negativas desaparezcan si les
cambiamos el nombre o simplemente las callamos. Se niega el derecho de la libre
expresión, de la disparidad de criterios, de la contraposición y debate sobre
ideas contrapuestas... Por el contrario, la corrección política nos marca qué
debemos pensar, qué debemos decir, qué debemos callar... y por si no te habías
dado cuenta, lo que es o no es políticamente correcto no nos lo indica nuestro
propio razonamiento individual sino que viene impuesto por las élites
gobernantes.
En realidad, eso que llamamos corrección política, no
resiste el más somero análisis: cada persona tiene una distinta sensibilidad y
lo que a unos escandaliza a otros no les afecta lo más mínimo... es decir, lo
ofensivo no está en el hecho o la palabra en sí sino en el receptor y sin
embargo son las élites gobernantes la que nos dictan qué es o no es
políticamente correcto. En otras palabras: nos imponen una nueva censura que,
en esta ocasión, trata de censurar nuestro libre pensamiento.
No se puede decir “negro” sino que hay que decir
“afrodescendiente” o “de color”. ¿Cambiando la palabra dejarán de ser racistas
lo que sean racistas? Pues no. No se pueden hacer chistes de tartamudos, ni de
cojos, ni... de nadie que padezca algún defecto físico. ¿Significa eso que al
censurar este tipo de chistes van a llevar una vida mejor esas personas? Pues
no. Yo diría que incluso todo lo contrario porque no hay nada mejor ni más sano
que saber reírse de uno mismo. Es la tolerancia y el respeto lo que se debería
promover, en vez de la represión.
Pero como todo esto viene de arriba, cada vez se irá
agrandando la censura... hasta que algún día –como ha sucedido en Estados
Unidos- la gente se harte y vote a su Trump de turno.
lunes, 12 de diciembre de 2016
¿Qué es lo políticamente correcto?
Eso que se llama “lo políticamente correcto” se está
adueñando de nuestra sociedad, hasta tal punto de exageración que adquiere todo
su valor esta conversación que encontré en Internet.
Le pregunta una hija a su
madre: “¿Qué significa ser políticamente correcto?”.
Y la madre le responde: “Renunciar
a tu propio criterio para conseguir la falsa aceptación de una mayoría de imbéciles”.
La próxima vez que te pregunten o te plantees qué es lo políticamente
correcto... acuérdate de esta respuesta.
domingo, 11 de diciembre de 2016
La Ley de Wien está equivocada
Según
la Ley de Wien, la energía que recibimos del Sol tiene su máximo de intensidad
en 555 nanómetros (nm), y en condiciones de baja iluminación la visión
escotópica tiene su máximo en 508 nm. Sin embargo, un estudio en el que ha participado el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ofrece una nueva teoría,
señalando que no solo depende de la energía sino que también hay que tener en
cuenta como variable la entropía de la radiación, una magnitud termodinámica
relacionada con la cantidad de información que podemos percibir del entorno.
Como
las longitudes de onda (colores)
no tienen todas la misma información, la visión humana se ha adaptado a
aquellas que le proporcionan mayor información; es decir, el ojo humano se
concentra en aquello que le reporta mayor información sobre su entorno. En
otras palabras: vemos lo que nos interesa ver. Y así es en todos los órdenes de
nuestra vida.
sábado, 10 de diciembre de 2016
Comunicar es muy fácil....jajajaja
Decía hace unos
años un directivo internacional del laboratorio AstraZéneca: “Comunicar es muy
fácil; sólo tienes que decir lo que quieres”. Afortunadamente este directivo
trabajaba en el área de producción y sus opiniones a este respecto no eran
compartidas por el máximo responsable –entonces- de la compañía, Tom McKillop,
para quien la Comunicación (con mayúscula) era un valor estratégico de la
compañía y así lo extendió e impulsó en todas las filiales alrededor del mundo.
Predicando siempre con el ejemplo (él era siempre el primero en estar
disponible para los periodistas), con una actitud proactiva hacia los medios de
comunicación, potenció los departamentos de Comunicación en la compañía en cada
uno de los países en que estaba presente la misma y les animó a trabajar unidos
y compartir experiencias para la mejora continua de su actividad. Fueron años
dorados (1999-2006) para la industria farmacéutica y aquél laboratorio, situado
como el tercero más grande del mundo, se convirtió en una empresa modelo en la
que todo el mundo quería trabajar.
De mi
experiencia en aquella empresa, en la que desarrollé la mayor parte de mi
trayectoria profesional (24 años, en concreto), viviendo adquisiciones,
escisiones, fusiones, cambios de nombre y todo cuando puede acontecer en el
devenir de una compañía comercial, hay mucho que merece ser compartido.
viernes, 9 de diciembre de 2016
Inglés para la supervivencia
Mientras tanto,
los planes iniciales de la multinacional por dividir el mundo en áreas
geográficas como unidades de negocio (una de ellas era “Iberia”) se vinieron al
traste y decidieron todo lo contrario: en vez de unidades regionales que
agrupasen a todos los negocios, harían unidades de negocio que abarcasen todos
los países. Esto significaba en la práctica la desaparición de ICI España y por
lo tanto estaba de más la figura de Alfredo Rubín. Sin embargo, no eran
aquellos tiempos de tratar a la gente como números y de despedir sin más motivo
que el capricho o la ineficacia de gestión del superior, y por ello le buscaron
un acomodo digno como presidente de ICI Farma aprovechando que el hasta
entonces director general de ese laboratorio se jubilaba.
Yo había
cumplido ya 10 años en el sector agroquímico, me había realizado en el mundo de
la comunicación general, sentía de nuevo la llamada del sector farmacéutico...
y allí tenía ahora a una persona que me conocía perfectamente. Así que ni corto
ni perezoso (era Navidad) le envié una felicitación navideña muy especial:
estaba toda ella escrita en inglés y le explicaba que me había preparado, que
ahora ya sabía hablar inglés, y que estaba dispuesto a trabajar con él si así
lo quería.
Los
acontecimientos se sucedieron entonces muy deprisa. Rubín me llamó y me dijo
que se alegraba mucho y lo tendría en cuenta. Poco después, me volvía a llamar
para decirme que en marzo de ese año el grupo ICI se dividiría en dos, por una
parte se quedaría la parte química (que se seguiría llamando ICI) y por otra se
crearía un nuevo grupo para la parte de biociencia, que se llamaría Zéneca. Era
la oportunidad ideal para contar en el sector farmacéutico con mis servicios,
pero primero tenía que hablarlo con mi actual director Enrique Portús. Así lo
hablaron y no hubo ningún problema en que yo cambiase de empresa dentro del
mismo grupo.
jueves, 8 de diciembre de 2016
De la publicidad médica a la publicidad general
Quizás venga a
cuento decir ahora cómo fue mi incorporación a Zéneca Farma. En el año 1993 y
tras 12 años trabajando como Jefe de Promoción en la industria farmacéutica,
primero en Latino Syntex y luego en Sideta, tras un breve paso por Bristol
Myers Squibb, sentía que debía ampliar mis horizontes y probar lo que daba de
sí mi creatividad en el mercado general después de tanto tiempo en un mercado
tan cerrado y regulado como era el farmacéutico. Fue así como vi un anuncio en
El País en el que ofrecían un puesto de Jefe de Publicidad en una empresa de
agroquímicos. Mandé mi currículo y comencé a pasar fases, llegué al final y me
eligieron.
La empresa en
cuestión era Zeltia Agraria, participada al 50 por ciento por el grupo español
Zeltia y el grupo británico ICI (Imperial Chemical Industries). Al poco tiempo
de llegar, cambió la dirección de la empresa pasando a ocupar ese puesto
Alfredo Rubín, un hombre “hecho a sí mismo”, que empezó como botones en esa
empresa, que a base de esfuerzo aprendió todo lo necesario para dirigir una gran
empresa e incluso con la ayuda de un curso por correspondencia aprendió a
hablar inglés con una gran soltura.
Conté con su
apoyo y confianza para desarrollar mi trabajo, y conté igualmente con un
presupuesto que llegó a rebasar (y estamos hablando de los años 80) los 200
millones de pesetas. Inicialmente tenía como ayudante a Javier Cebrián y como
secretaria a Aurora, y poco después pude contratar a otra persona en una
elección a través de El País, que resultó todo un éxito tanto a nivel personal
como profesional: Carmen Iglesias.
A lo largo de 10
excelentes años pude dar rienda suelta a mi creatividad haciendo todo tipo de
campañas publicitarias utilizando todos los medios (radio, prensa, televisión,
publicidad exterior, publicidad directa, promociones, etc.). Al poco tiempo la
parte británica, ICI, compró el 100 por cien de las acciones y la empresa pasó
a llamarse “ICI Zeltia”, lo que supuso el cambio de nombre, logotipo y colores
corporativos.
Pero al
pertenecer de lleno a una multinacional, empezó a sentirse la influencia de la
central desde donde se apostaba claramente por la potenciación de la identidad
corporativa. Fruto de ello fue el ascenso de Alfredo Rubín como Director de ICI
España, que agrupaba todas las empresas del grupo ICI en nuestro país y que
supuso su traslado a Barcelona. Le sustituyó en la dirección Enrique Portús, un
antiguo compañero que trabajaba como Jefe de Producto primero y como Director
de Marketing después, a quien yo admiraba y quería. Tanto con Alfredo Rubín
como con Enrique Portús, tuve siempre abiertas las puertas de su despacho y la
confianza plena para que pudiera desarrollar mi trabajo.
Cuando yo decidí
que –además de la Publicidad- había que aprovechar a los medios de comunicación
por la vía informativa para que informaran de nuestras actividades y productos,
e implanté un Gabinete de Prensa, ellos me dieron su apoyo aun cuando
conllevaba la poco grata tarea para ellos de tener que conceder de vez en
cuando entrevistas a los medios o hacer alguna declaración a los periodistas.
Eso de dar la cara ante los medios no era lo suyo, no se sentían cómodos, pero
aceptaban que eso redundaba en beneficio de la compañía y en consecuencia se
podía contar con ellos. Como a esa faceta de Gabinete de Prensa sólo podía
dedicarle un poco de mi tiempo, puesto que mi rol era el de Jefe de Publicidad,
las solicitudes para que se enfrentasen a los periodistas sólo eran
esporádicas.
miércoles, 7 de diciembre de 2016
Epílogo de un partido único en la historia
Y ya para
terminar este serie de documentos rescatados de la hemeroteca, que comencé a
publicar el pasado 28 de noviembre, traigo aquí como colofón el Editorial que
escribí en el número 10 de la revista “Información al Día”, correspondiente al
mes de julio del año 2000, que recogió todo lo aquí reflejado. En este
Editorial se explica bien cuál fue la razón de esta sinrazón que, a fin de cuentas,
espero os haya divertido.
¿FELICES
VACACIONES? ESTE AÑO MÁS QUE NUNCA
Como siempre, al
acercarse estad fechas, es habitual desear a todos nuestros familiares y amigos
unas felices vacaciones; no en vano se arrastra el esfuerzo acumulado a lo largo
del año, del trabajo por sacar adelante la familia y los negocios, venciendo
las dificultades que, ya sean grandes o pequeñas, se van añadiendo cada día.
Este año, sin embargo, nuestro deseo de unas felices vacaciones va a tener un
alcance mucho más lejano que el de nuestro círculo habitual de familiares y
amigos.
Cuando alguien
celebra algo, dicha celebración suele constituir un agasajo egocéntrico del que
disfrutan los más directamente interesados. ¿No sería bueno que también pudiese
llegar la alegría de esa celebración a los menos afortunados, a los que padecen
las enfermedades, las catástrofes naturales o incluso las provocadas por el
hombre, como son las guerras?
AstraZéneca así
lo ha entendido, transmitiendo desde su Dirección Ejecutiva a todos los
empleados alrededor del mundo la sugerencia de celebrar el primer aniversario
de la compañía con un evento que reportase un beneficio social. Al igual que
sus fármacos llevan la salud y la calidad de vida a millones de enfermos, su
celebración de aniversario podía convertirse también en otro acto de ayuda
humanitaria.
En cada país,
las organizaciones de AstraZéneca han buscado diferentes caminos para que la
ayuda a los más necesitados sea la verdadera celebración de su misión como
compañía farmacéutica. En el caso de España, la celebración de un partido de
fútbol benéfico ha servido de punto de referencia para divulgar –apoyados en el
entusiasmo de sus empleados- la necesidad de ayuda que precisan numerosos
colectivos, representados en esta ocasión por Médicos del Mundo y su proyecto
de gestión sanitaria integral para los miles de personas que han perdido todo
en las recientes inundaciones que asolaron Mozambique.
Es también
necesario agradecer el apoyo y colaboración prestado por instituciones públicas
y privadas, proveedores, clientes y amigos de AstraZéneca, que han hecho
posible el éxito de esta iniciativa. Por eso este año, más que nunca, las
vacaciones serán más felices para todos, porque ese deseo no se ha quedado sólo
en palabras; se ha hecho realidad para miles de personas que allá en Mozambique
van a poder mejorar el estado crítico de su situación sanitaria.
martes, 6 de diciembre de 2016
Un partido de Guinness
Durante estos
últimos días hemos traído de nuevo a la actualidad, rescatándola de la
hemeroteca, la amplia crónica de un partido único en la historia, tan único que
merecería entrar con todo derecho en el libro Guinness de los récords. Y si no,
juzguen ustedes mismos:
Los espectadores
que acudieron al estadio del “Cerro del Espino” pudieron contemplar un
espectáculo que ha hecho historia. Si no, veamos algunos de sus insólitos
récords:
- Por primera
vez en la historia un partido de fútbol acabó con empate a 8-1. Sin contar los
goles (algo realmente difícil sin calculadora) el partido reflejó un empate en
simpatía, entusiasmo y solidaridad.
- Nunca en un
partido entre Selecciones había debutado un jugador tan joven: Guillermo, de
seis años (ni Pelé debutó tan joven) y encima marcó el gol del honor tras recorrer
medio campo sorteando a los contrarios.
- Jamás se había
formado una selección tan numerosa como la de AstraZéneca: 32 jugadores!!!
- Ninguna
Selección ha tenido jamás un equipo médico tan equilibrado como la de
AstraZéneca: Santiago Herranz (médico), Teresa Díaz (enfermera) y Andrés
Lafuente (¡veterinario!).
- Por primera
vez en la historia un jugador se proclama máximo goleador de su equipo,
habiendo marcado un solo gol y en propia puerta.
- Ningún jugador
que marcase en propia puerta ha sido tan largamente ovacionado por todo el
estadio como Pepe Gutiérrez, quien marcó el gol más bonito de la tarde.
- El equipo de
AstraZéneca, que se proclamó subcampeón del torneo, sólo pudo ser superado por
el equipo campeón (no había más).
(Y mañana, para
terminar esta serie, el Epílogo que explica bien la razón de esta sinrazón).
lunes, 5 de diciembre de 2016
Opiniones del árbitro
El colegiado de
Primera División, Mejía Dávila, destacó la limpieza del partido: “Ha sido un
partido no muy competido porque había una clara superioridad por parte de uno
de los equipos, pero la verdad es que he estado fenomenalmente auxiliado en las
bandas y el partido ha sido bastante limpio”
Precisamente en
una de las bandas estaba auxiliado por el juez de línea de Primera División,
Manuel Ortiz, y en la otra por quien parece querer tomar su relevo: Manuel
Ortiz, hijo. “Me ha parecido –destacó el primero- que los chicos de AstraZéneca
se nota que dedican muchas horas al trabajo y poco al entrenamiento. Se les ha
visto mucha voluntad, mucho empeño, pero poco acierto”.
(Mañana, los
increíbles hitos históricos de aquél partido).
domingo, 4 de diciembre de 2016
Opiniones de los entrenadores
Pantaleón, el
que fuera Campeón de Europa con el Real Madrid (1959-1960) en aquél equipo en
el que también jugaban Di Stéfano, Puskas y Gento, tuvo la oportunidad de
dirigir al equipo de AstraZéneca y se mostraba asombrado por la potencia del
rival: “Se nota la superioridad por parte de los médicos. Yo preguntaría si son
de verdad médicos, porque son muy buenos, como para jugar en plan profesional.
De todas formas ha sido un espectáculo muy bonito”.
El otro
entrenador de AstraZéneca, el exportero del Real Madrid, Agustín, tuvo que
recurrir a la astucia para marcar el gol del honor: “¡Son una banda! Ni
haciendo trampas éramos capaces de meter ninguno, así que tuvimos que sacar al
enano, que ha sido la mascota, el que nos ha hecho el gol”. Sin embargo lo
importante era el fin que se perseguía y ahí sí que huno empate: “Muy bonito
todo, sobre todo por el significado que tiene este acto”.
En el otro
banquillo, el exjugador del Atlético de Madrid y de la selección española,
Adelardo, se mostraba radiante: “Muy entretenido, muy bien jugado por ambas
partes, pero como yo esperaba mi equipo ha sido muy superior y prueba de ello
ha sido el resultado. Estaban más conjuntados y son más jóvenes, y eso se nota
mucho en estos partidos”.
(Mañana, las
opiniones del árbitro)
sábado, 3 de diciembre de 2016
Opiniones de los jugadores
El capitán del
equipo, el exjugador del Rayo Vallecano, José María Sánchez Escobar, estaba agotado,
“cuando yo jugaba tenia pelo, así que fíjate si hace tiempo de eso”, pero no
por la adversidad del resultado: “En realidad estábamos controlando el partido,
lo que pasa es que no nos ha acompañado la suerte”.
Para la otra
estrella del equipo, el exjugador del Racing de Santander, Gelucho, la clave
había estado en el banquillo: “Yo creo que hemos jugado un gran partido, pero
al final nos han goleado. Creo que tácticamente los entrenadores han fallado,
porque tenemos un excelente equipo. Habrá que entrenar un poco más, pero creo
que es necesario un cambio de entrenador porque Agustín ha estado francamente
mal”.
Otro jugador,
Ramón Estiarte, no pudo dar su diagnóstico favorito, el gol. En su defensa
alegó la buena educación de su equipo: “No nos hemos dejado ganar porque fuesen
médicos, pero hemos ido con cuidado con las faltas”, y añadió que “el partido
ha sido bueno, la finalidad buenísima, pero la forma nuestra un poquitín baja”.
También
recogimos las declaraciones del máximo goleador, Pepe Gutiérrez, aunque por
hacer a su nombre (Pepe) marcó en propia puerta (pp): “El gol lo he metido
porque defendía, era el único que defendía, y eso también tiene su mérito. Para
que lo metan ellos, lo marco yo. Me pueden dar el premio al gol más bonito
porque lo he dado en un escorzo y creo que merece la pena”.
(Mañana, las
opiniones de los entrenadores).
viernes, 2 de diciembre de 2016
Las opiniones de los directivos
En la crónica de
aquél partido se recogían las opiniones de los protagonistas a pie de campo,
tanto en el descanso del partidos como al final del mismo. Aquí dejamos
constancia las opiniones de los directivos:
En el descanso,
a pesar del 5-0 la confianza en el equipo era total. Para Francina Bertrán,
directora Financiera, “el disimulo de la potencia de AstraZéneca está
provocando que los médicos se confíen, para luego en la segunda parte demostrar
todo lo más que podemos dar”. También era optimista la directora de Recursos
Humanos, Valle Rodríguez, quien confiaba ciegamente en su equipo: “estamos muy
fuertes. El equipo demuestra que está motivado y va a por todas, atacando
continuamente. No nos han metido nada más que cinco. Esto es superable”. Y
desde luego que fue superable, porque en el segundo tiempo se llegó hasta los
ocho goles.
Para el
presidente de AstraZéneca, Carlos Trias, esta era una experiencia nueva: “jamás
en mi vida había aguantado un partido durante los 90 minutos”, a pesar de lo
cual se mostraba satisfecho. Cuando el director de Desarrollo de negocio,
Manuel martín, manifestó su descontento, “con este equipo no vamos a ningún
sitio, ni para desarrollar el negocio ni para nada”, Carlos Trias salió en
defensa de su equipo: “No estoy en absoluto de acuerdo con esto. Yo creo que
para el desarrollo del negocio es lo que necesitamos: cuando estamos jugando
con médicos, tenemos que saber perder”.
(Mañana, las
opiniones de los jugadores).
jueves, 1 de diciembre de 2016
La crónica del partido
El partido tuvo
dos tiempos bien distintos: mientras en la primera parte los goles caían en la
portería de la derecha, en la segunda parte lo hicieron en la de la izquierda.
La selección entrenada por Adelardo se mostraba compacta, ejerciendo un dominio
absoluto del balón, con pases certeros y triangulaciones en corto. Por el
contrario, la selección entrenada por Agustín y Pantaleón buscaba con inocencia
el domino del balón (mas bien, buscaba el balón), así como la oportunidad de
dar algún pase que –aunque fuese pensando egoístamente- no fuese dirigido al
contrario sino a alguno de sus compañeros. El equipo buscaba con generosidad la
portería contraria, pero también con generosidad entregaba
el balón al
contrario. Mientras algunos jugadores (pocos) daban muestra de su clase, otros
eran una pesadilla para el centro del campo rival (más que nada por lo que
estorbaban) y algunos eran una pesadilla incluso para ellos mismos.
En las bandas se
notó la alegría, no de la música, sino del aire que dejaban los espacios abiertos
para el ataque rival. Mientras tanto, los goles iban cayendo de todas las
facturas y nadie era capaz de auditar la situación. Sin embargo, el público
estaba volcado con su equipo y los comentaristas de excepción, Ana de Miguel y
Nacho Alegre, ponían la fiesta en las gradas.
Finalmente,
Agustín y Pantaleón tomaron una heroica decisión e hicieron debutar al jugador
más joven de la historia del fútbol mundial: Guillermo. Este joven jugador
(seis años), nieto de un Campeón de Europa (el exjugador del Real Madrid,
Pantaleón), controló el balón en el centro del campo, sorteó a uno, dos , tres
contrarios, hizo un dribling, esprintó, se escoró a la izquierda y con el
empeine de la bota derecha cruzó el balón lejos del alcance del cancerbero y
¡tui, tui! el esférico besó la malla. Un gran gol que levantó al público de sus
asientos.
Al final, tras
el resultado de empate a 8-1, otro veterano del Real Madrid, Atienza, se unió a
la entrega de trofeos para estos dos quipos que se fundieron como uno solo para festejar el triunfo de
esta iniciativa que supo transformar unos goles en ayuda humanitaria para los
más necesitados.
(Mañana, las
opiniones de los directivos).
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