sábado, 31 de diciembre de 2016

Una corbata de cerditos

Jon Symonds era un joven y prometedor economista que fue nombrado director financiero del gran grupo farmacéutico multinacional británico Zéneca y después, del tercer laboratorio farmacéutico más importante del mundo, AstraZéneca. Aunque ya pasaba de los 40 años era el más joven, con diferencia, de todo el cuadro directivo. La primera vez que coincidí con él fue en la presentación de los resultados económicos de la compañía en Londres, a donde acudí con un grupo de periodistas españoles. Tras la correspondiente rueda de prensa se celebró a continuación un cóctel en donde me lo presentaron y pude comprobar que era igual de “accesible y normal” (algo extremadamente raro de encontrar entre los grandes directivos de las grandes compañías) que los demás miembros de su equipo. Con todo, lo que más nos llamó la atención cuando estuvimos conversando con él no fue su juventud ni su trato afable y cercano, sino... su corbata de cerditos. Para tal acontecimiento (el más importante de la compañía de cuantos se celebraban con los medios de comunicación) eligió una alegre corbata llena de sonrosados cerditos similares al famoso Porky. El propio director ejecutivo, Tom McKillop se unió al grupo y bromeó respecto a tal corbata. Pero ¿qué tiene de especial que un gran directivo se ponga para tal acontecimiento una corbata completamente alegre e infantil? Pues tiene de especial precisamente eso, que no es lo habitual encontrar personas con un alto cargo y más alto sueldo aún, que disfruten de la compañía y conversación de gente normal. Por eso traigo aquí este pequeño relato, con la esperanza de que su ejemplo sirva para que más gente “importante” se de cuenta que lo más importante es –curiosamente- todo lo contrario: la normalidad.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Cómo distinguir a un buen político de uno malo

Los hechos nos han venido demostrando que quienes ostentan el poder o son ladrones o son ineptos. Encontrar un buen político resulta una tarea realmente difícil, por lo que os voy a ofrecer una sencilla guía que os permitirá distinguir a buen político (si es que tal cosa existe). 
En la siguiente tabla se reflejan las diferencias más evidentes entre un mal político y uno bueno. 
Tú mismo puedes analizar, en base a esta tabla, en qué lado se sitúa ese político concreto en el que ahora estás pensando:

El MAL político...
El BUEN político...
Prohíbe
Incentiva
Impone
Busca acuerdos
Pone parches
Previene
Busca el bien de sus afines
Busca el bien de la mayoría
Se cree autosuficiente
Se documenta
Se rodea de quienes le adulan
Se rodea de expertos independientes
Se esconde y echa la culpa a otros
Da la cara
Se aferra al sillón
Dimite si es necesario

jueves, 29 de diciembre de 2016

Restricciones a la inteligencia en el Ayuntamiento de Madrid

Las medidas de restricción al tráfico por alta contaminación en Madrid (días pares matrículas pares, días impares matrículas impares) parecen haber sido redactadas, supervisadas y aprobadas por auténticos incompetentes. Pondré unos cuantos ejemplos:

Si un turista con coche de matrícula par ha venido a Madrid a pasar unos días y debe regresar mañana, sólo podrá hacerlo antes de las 6:30 h. de la madrugada o depués de las 9 de la noche. Si debe dejar la habitación del hotel a las 12:00 h. tendrá que estar sentado o dando vueltas andando por ahí hasta las nueve de la noche para poder salir de la ciudad. Vamos, ni que estuviésemos en Alepo en plena guerra de Siria.

Si una persona (turista o no) debe salir de viaje, sólo podrá hacerlo antes de las 6:30 de la mañana o después de las 9 de la noche. Alucinante.

Si una persona quiere venir a Madrid desde otra ciudad, sólo podrá hacerlo antes de las 6:30 h. o después de las 9 de la noche. Magnífica forma de promocionar el turismo.

Si alguien que vive en un pueblo cercano a Madrid tiene que venir a trabajar en su coche, tendrá que llegar a Madrid antes de las 6:30 h., esperar a que abaran su oficina hora y media o dos horas más tarde. Y cuando termine su jornada laboral a las 18:00 h. tendrá que sentarse y esperar tres horas más para poder regresar a su casa.

Si hay que trasladar a un enfermo al hospital, no podrás llevarlo en tu coche (según sea tu matrícula), sólo podrás llevarlo en taxi, aunque esté muy grave y tengas que esperar el taxi mientras tu coche está aparcado junto a tu portal.

Si has quedado en llevar mañana el coche a un taller, tendrás que avisar para cancelar la cita. Y si has quedado en ir a recogerlo (y los talleres no se quedan con tu coche ni un día más) tendrás que recogerlo y arriesgarte a que te pillen después y te pongan una multa

Si tienes cita con el médico en un hospital de las afueras, o viceversa, tendrás que ir o tendrán que llevarte en transporte público, cualquiera que sea la gravedad del enfermo.

Eso sí, si van tres personas en un coche, sí que puedes circular. Y si es taxi o vehículo de reparto, aunque contamine, pues también. Y, por supuesto, el transporte público seguirá costando dinero en vez de hacerlo gratuito como sucede en otras ciudades civilizadas cuando se llega a estos extremos.

Esto solo son unos ejemplos de la incompetencia de este Ayuntamiento. Pero me despediré con una frase que han dicho sus responsables cuando les preguntaron qué piensan hacer si esta situación de alta contaminación se mantiene más días, teniendo en cuenta que se aproxima la operación salida de fin de año (y la previsión del tiempo es que seguirá todo igual). Su respuesta ha sido: “En ese caso ya improvisaremos algo sobre la marcha”.

PD.- Sin más comentarios.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

El día que me puse flamenco

Ya he comentado la anécdota de mi experiencia con los médicos belgas, cuando me tocó hacer de anfitrión para darles (yo mismo porque todos los demás se escaqueraon) unas charlas científicas y agasajarles con lo que más les gustaba: empanada gallega y vino de Albariño.

También he comentado que para la parte “científica” les preparé una película en video sobre la historia de la investigación y descubrimientos de nuestro laboratorio, video que preparé en francés, porque en Bélgica hablan francés. Pero, para complicarme aún más la vida, mis colegas belgas me dijeron que también iban a venir aquí otros médicos cuya lengua materna no era el francés, sino el flamenco (no el de olé, que se habla en España, sino el que se habla en algunas zonas de Bélgica). Evidentemente, resultaba muy difícil encontrar en Madrid un locutor que hablase flamenco (lo guitarristas y cantantes que trabajan en Madrid en los tablaos flamencos no me valían) así que se ofrecieron a que les enviase el vídeo y ellos harían allí el doblaje.

Total, que no me libré de hacer de anfitrión a los distintos grupos de médicos belgas que fueron viniendo a hacer turismo en España con el pretexto de una visita científica. Eso sí, tengo en mi haber el hecho de que una de mis películas de video se haya doblado al flamenco. Y eso no lo pueden decir muchos.

martes, 27 de diciembre de 2016

El anfitrión de los borrachos

En su afán por agasajar a los médicos para que luego estos receten sus productos, los laboratorios suelen invitarlos a congresos, reuniones, simposios, mesas redondas, y todo lo que se tercie. Los laboratorios serios suelen vestirlo de “carácter científico” para que quede bonito y “ético”, así que suelen organizar alguna sesión científica como pretexto y alrededor montan toda una parafernalia de agasajos, desde el viaje, a las visitas turísticas exclusivas, pasando por copiosas comidas y cenas, buenos hoteles, distintos detalles de agradecimiento, y muchas y constantes reverencias por parte de los Delegados del laboratorio que los guían y acompañan.

Pero no penséis que esto es exclusivo de España, que en todos los países pasa lo mismo, y este es el caso al que me voy a referir ahora. Resulta que la filial belga del laboratorio en donde trabajaba, quiso organizar unos viajes turísticos con médicos belgas para que visitasen España, pero eso tiene poco de ciencia médica, así que había que adornarlo. Para ello pensaron que una buena idea sería organizarles una visita a la fábrica que la filial española tenía en Galicia, cerca de Vigo, conscientes que los hoteles españoles son muy buenos y el marisco... ¡no digamos! Se pusieron en contacto con el presidente de mi laboratorio para pedirle ese favor y este accedió... pasándome a mi el muerto: tendría que ocuparme yo de vestir de ciencia esa visita.

Hablé con el director de la fábrica y este, amablemente, se escaqueó; como mucho logré sacarle que diera un saludo de bienvenida a los médicos belgas y luego le endosase al Jefe de Fabricación la visita guiada por las instalaciones. Toda la parte “científica” me tocó, pues, a mi.

Se me ocurrió que, como acababa de hacer un folleto corporativo contando la historia de la compañía, podía llevar eso al cine, es decir, hacer un audiovisual con el cual contarles la historia de investigación y descubrimientos de mi laboratorio, y así entretenerlos. También me preparé una presentación Powerpoint para ponerles al día de nuestros recientes lanzamientos y de las nuevas moléculas que estábamos investigando. Con eso ya tenía una justificación “científica” para la visita y a los responsables de la organización del viaje les pareció perfecto... siempre que no ocupase mucho tiempo ya que no querían pasar más de tres o cuatro horas en la fábrica puesto que tenían un programa muy apretado de visitas a bodegas, restaurantes, monumentos arquitectónicos, etc. Claro que yo ya me olía el percal y sabía qué era lo que de verdad le gustaba a los médicos, así que hablé con el cocinero que llevaba el comedor d empresa y le dije que para ese día tuviese preparada a modo de bienvenida, unas abundantes tapas de empanada gallega (nunca he probado una mejor que la que preparaba este cocinero) y unas cuantas (cuantas más mejor) botellas de Albariño para acompañar.

Por fin llegó el día y aparcaron en la explanada de la fábrica dos autocares de donde se fueron bajando 70 u 80 médicos belgas. El personal de cocina se apostó a ambos lados ofreciéndoles la empanada y el vino. Su cara cambió de expresión cuando comenzaron a degustar esos majares... y lejos de continuar su camino hacia el salón donde habría de impartirles mi charlas “científicas” se quedaban pegados como lapas a las bandejas de empanada y copas de vino. Costó mucho trabajo apartarles de allí y conseguir que pasaran al salón... en realidad cuando lo hicieron apenas si quedaban unas migas de empanada en las bandejas y ni una sola gota de vino en las botellas.

Fue así como me enfrenté al grupo de médicos más contento que jamás había visto. Primero les saludó brevemente el director de la fábrica y luego puso pies en polvorosa y me dejó solo frente a ellos. Les hice la presentación (no me extendí mucho porque ya se veía en el ambiente festivo que aquello les importaba bien poco). Cuando terminé, una gran salva de aplausos atronó en la sala. Después se proyectó el audiovisual (menos mal que sólo duraba 10 minutos) y, al comprender que eso ya era lo último, sus aplausos resonaron más atronadores aún. La verdad es que no llegaron a cantar el “Asturias patria querida...”, quizás porque eran belgas, pero poco les faltó.

Después hicieron una breve visita a la fábrica, entre risas y bromas en su idioma, y subieron de nuevo a los autobuses para ir a comer... y beber de nuevo.

Poco después, los responsables de nuestra filial belga me dio una mala noticia: había tenido tantísimo éxito aquella experiencia, que querían repetirla varias veces más. Y como podéis suponer, a mi me tocó entretener y emborrachar a los médicos belgas. Más de 400 –en distintas tandas- llegaron a vivir (y a beber) esta experiencia.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Me gustaría ser un caballo

No voy a hablar de la obra de teatro “Equuus” sino de una anécdota de mi más tierna infancia, en la que se demuestra que yo estaba predestinado a ser un gran creativo publicitario, un escritor con chispa.

Tendría unos seis años y vivía entonces en Daimiel. Paseaba con mi padre cuando sucedió lo que suele suceder en los pueblos, que cada cinco pasos te encuentras a un conocido (en realidad en los pueblos se conoce todo el mundo) y te paras a hablar con él. Como podéis imaginar, aquél paseo se estaba haciendo interminable y así, una vez más, mi padre se paró a hablar con otro conocido mientras yo permanecía aburrido allí a su lado.

Surgió entonces mi vena creativa publicitaria. Ya sabéis que la base primordial de la Publicidad es llamar la atención, captar la atención del cliente potencial para después transmitirle el mensaje de persuasión sobre nuestro producto o servicio. Estaba claro que el producto que yo quería vender era el acabar ya aquél aburrido paseo y llegar a casa para poder jugar. Pero sabía que si les decía eso mismo, algo así como “papá vámonos ya a casa, que estoy cansado y aburrido”, la respuesta sería: “sí, sí, enseguida nos vamos” y no me harían ni caso y seguirían con su cháchara. Así que opté por la creatividad, por sorprenderles con algo inusual que los dejara perplejos, incapaces de reaccionar, haciendo patente mi deseo.

Fue así como les dije: “Papá, me gustaría ser un caballo”. Los dos –mi padre y su amigo- interrumpieron su conversación ante tan sorprendente afirmación y me miraron sorprendidos sin saber a qué obedecía eso. Me preguntaron que por qué decía eso y la respuesta fue una indirecta directísima: “...porque los caballos no se cansan cuando están de pie”. Fue así como comprendieron que allí había un niño que estaba muy cansado y quería irse a su casa, y afortunadamente reaccionaron como yo deseaba y se despidieron para que mi padre y yo pudiésemos -¡por fin!- emprender el camino de regreso a casa. ¿A qué niño se le hubiera ocurrido una cosa así? Sólo a un futuro creativo de Publicidad y original escritor como este que suscribe estas palabras.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Chissssst!

Mi primera actuación ante el público tuvo lugar cuando tan sólo tenía tres años. Tan pequeño era que no me acuerdo absolutamente de nada y si no fuese porque mis familiares me lo han recordado muchas veces no tendría memoria de ello. Sucedió en una reunión familiar. Al llegar la sobremesa, me dijeron que les contase un chiste y... les conté el único que me sabía a tan corta edad.

Con gran aplomo me situé frente a ellos, que miraban con expectación qué chiste les iba a contar. Entonces les dije: “Chiiiiiisssss.... té!”. Y... sí, ya sé que no tiene gracia, pero hubo muchos que se rieron... sobre todo aquellos que estaban en segunda fila. Lo que tuvo gracia (para los de la segunda fila) fue que el “Chiiiiiiissss...” fue acompañado de una salva de perdigones de saliva que los mojó como si del hisopo del cura se tratara.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Palabras inefables en Navidad

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, “Navidad” es “la festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo en el mundo cristiano”.

Según la Wikipedia (órgano con el que los poderes que gobiernan el mundo tratan de decirnos qué debemos creer) su definición es muy similar: “una de las festividades más importantes del cristianismo que conmemora el nacimiento de Jesucristo”.

Como se ve, ambas fuentes de información coinciden en lo mismo. Por eso es de extrañar que todos se apunten al carro de la Navidad aun siendo ateos, musulmanes, budistas, etc.; bueno, en realidad se apuntan a lo más cómodo: tiempo de reuniones familiares e intercambio de regalos, algo que gusta a todos. Sin embargo no resulta lógico que quienes no conmemoran el nacimiento de Jesucristo se dediquen a propagar eso de “¡Feliz Navidad!”, en todo caso deberían decir: “¡Felices fiestas de invierno!”, que eso es en realidad lo que significa para ellos.

Claro que si nos paramos a pensar, no es lógico que en un país laico (como España y como muchos otros) se designen como días festivos estas fechas; es un contrasentido porque si un país es laico ¿qué sentido tiene celebrar una fiesta de una religión concreta cuando en ese país hay muchos ciudadanos ateos y de diversas religiones? ¿Por qué dar preponderancia a una religión en concreto? Lo lógico sería que todos estos días fuesen laborables y que cada cual celebrase lo que quisiese en las fechas que quisiese: los cristianos la Navidad en la intimidad de sus hogares y dentro de su tiempo libre, los musulmanes lo propio, los ateos... pues eso nada, con que fuesen al bar a tomarse unas cañas con los amigos sería suficiente. Pero la hipocresía reina en todas partes y los ateos cogen de la Navidad lo que les interesa: las vacaciones y los regalos.

Yo desde aquí abogo por la coherencia: que todos trabajemos las 35 o 40 horas semanales reglamentarias y no tengamos ninguna fiesta salvo dos días semanales de descanso. Y que cada cual celebre en la intimidad de su hogar y su familia aquello en lo que crea o deje de creer, sin imponérselo a los demás.

Por mi parte, como la Navidad es tiempo de amor y fraternidad, aquí comparto con vosotros lo que más estoy disfrutando esta Navidad. Mirando su cara puedes creer en lo que quieras, así que esta felicitación sirve para todos vosotros, tengáis la creencia que tengáis o incluso si no tenéis ninguna.

Desde este blog llamado “Palabras inefables” os deseo felicidad.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Dos matrimonios en uno

Todos conocemos qué es eso de las fusiones de empresa y muchos de nosotros las hemos padecido, en unas ocasiones para bien y en otras para mal; pero ¿pueden fusionarse las personas? Quizás penséis en el tema sexual y digáis que sí puede haber fusión, que gracias a esa fusión la especie se perpetúa y sus integrantes disfrutan, pero no es exactamente de eso de lo que quiero hablar sino de una distinta fusión de personas que tuve ocasión de conocer. Una fusión, por cierto, que tuvo lugar en un viaje de novios... ¿pero no habíamos quedado en que no tenía nada que ver con la vida sexual? Tranquilos, narremos los hechos...

Nuestros dos protagonistas trabajaban como Visitadores médicos, él en un laboratorio y ella en otro; pro como la mayoría de los Visitadores no eran rivales (aunque ambos compitiesen por conseguir de esos médicos el mayor número de recetas para sus productos) sino colegas de profesión. Por eso, entre los Visitadores, sean del laboratorio que sean, suele existir cordialidad y compañerismo, sobre todo porque todos ellos tienen que soportar las presiones de los jefes de sus respectivos laboratorios, las largas horas de espera para que algunos médicos les atiendan, las duras negociaciones con mayoristas para que hagan el mayor pedido posible de sus productos, la insufrible burocracia a la que les obligan desde la central, el trato indiferente o ingrato de algunos médicos, etc.

En el caso que nos ocupa, él y ella llevaron ese compañerismo a un nivel superior y se enamoraron. La cosa fue bien y un buen día se casaron y se fueron de viaje de novios al Caribe. Apenas llevaban allí un par de días cuando recibieron una llamada dándoles la enhorabuena por haberse casado por segunda vez. “¿Cómo dices?", respondieron atónitos, puesto que aquél era su primer matrimonio y esperaban que les durase toda la vida. Entonces, el que les llamaba desde Madrid les dio la noticia. Él trabajaba en el laboratorio Astra y ella trabajaba en el laboratorio Zéneca, y estos dos laboratorios acababan de anunciar su fusión. A partir de entonces nada pudo separar esa doble unión, la del amor que los había unido en matrimonio y la del mercado que había unido en una sola compañía aquellas dos empresas.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Pasión en remojo

En esta historia real que os voy a contar no citaré la ciudad donde tuvo lugar ni los nombres de los protagonistas, ni cualquier otra indicación que os permita averiguar quiénes fueron. Sólo os diré que eran dos Visitadores Médicos de un laboratorio, él y ella, que muy pronto comenzaron asentirse atraídos el uno por el otro. Cada uno trabajaba en una zona diferente y sólo se veían cada dos meses, cuando se organizaba una reunión de ciclo y todos los Visitadores de la zona se reunían un par de días para estudiar los nuevos folletos y argumentos que debían presentar a los médicos, al tiempo que se revisaban la evolución de ventas y el cumplimiento de sus objetivos de ventas. Pero todas las reuniones tienen también su parte lúdica y su tiempo libre, propicio a crear buen ambiente y entendimiento entre los componentes del equipo. En este caso, no obstante, ese entendimiento fue a más, y como los contactos entre ambos eran esporádicos (ya hemos dicho que cada dos meses) cada vez que se veían la pasión alcanzaba cotas insospechadas.

En la ocasión que viene al caso, diré que la reunión de ciclo tuvo lugar en una ciudad con puerto de mar, y como los puertos por la noche suelen ser lugares tranquilos y solitarios, nuestros dos ardientes tortolitos se fueron hacia allí en el coche de uno de ellos. Amparados por la penumbra y en el confort del interior de aquél coche, dieron rienda suelta a su pasión... pero también dieron rienda suelta –sin querer- al freno de mano, y como la zona en donde habían aparcado estaba en ligera cuesta, el coche comenzó a rodar... hacia el mar. Cuando quisieron reaccionar ya era tarde, el coche se precipitó a las frías y oscuras aguas del puerto con nuestros dos ardientes amantes dentro del coche y no sabemos si al entrar en contacto con el agua se escuchó ese rumor típico que sueltan los cuerpos ardientes cuando de repente se sumergen en agua fría: fssssst!!!

Afortunadamente pudieron salir a nado, aunque hizo falta una grúa al día siguiente para sacar el coche. Sin embargo lo peor fue llegar los dos juntos, chorreando agua, hasta el hotel donde se alojaban todos los compañeros de trabajo, siendo imposible pasar desapercibidos y siendo imposible inventar ninguna excusa. Aquella pasión que habían intentado mantener en un discreto silencio no sólo paso a ser de dominio público sino de carcajadas públicas y bromas continuas.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

No sólo de pan vive el pato

Cuando esta pasada primavera paseaba por un parque cercano a mi casa, contemplé un hecho insólito: una pareja de ánades reales nadaba alegra con 11 patitos recién nacidos en una ría que recorres este parque, en realidad es algo así como un estanque de sólo tres metros de anchura que serpentea durante cien metros, rodeado a ambos lados por la zona de paseo de los viandantes. Nunca se había visto algo así y muchos dudábamos que aquello pudiera tener final feliz.

Pero para asombro y alegría, con el transcurrir de los meses, aquellos once patitos fueron creciendo sanos y robustos y al llegar a su mayoría de edad echaron el vuelo y se marcharon en busca de otras aguas más grandes y tranquilas (supongo que el cercano río manzanares o el lago de la Casa de Campo. Pensábamos que los habíamos perdido de vista para siempre pero no, se habían ido... ¡a ligar! Y hete aquí que un buen día, paseando por el parque descubrí que había más de 30 patos (machos y hembras) nadando alegres por la ría. Todas las noches se marchaban volando a otro lugar y por el día volvían aquí.

No obstante hay un hecho del que no se percataron muchas personas y es que no sólo de pan vive el pato. Cada día era frecuente ver entusiastas paseantes que le echaban pan a los patos como si sólo de esto dependiese su sustento; ignoraban que la alimentación básica de los patos son las ovas y algas que crecen en el agua así como algunos minúsculos insectos que deambulan por la misma; el pan sólo es para ellos una golosina. Nada de esto es de conocimiento público según parece ya que las panaderías debieron hacer un negocio extra aquellos meses, ya no se contentaban con echarles unas migas, ya eran barras de pan enteras. Los patos ya no nadaban en el agua sino en medio de una masa informe de pan reblandecido que flotaba ocupando casi toda la superficie de la ría. Pues ni por esas, la gente seguía echando pan.

Ahora que los once patos ya se han casado y tienen sus parejas estables, sus visitas a la ría siguen siendo frecuentes aunque sólo por algunas horas al día; sin duda prefieren nadar en aguas más limpias. Gracias a eso, las barras de pan flotantes van disminuyendo pero ¿qué pasará si esta próxima primavera vienen a criar aquí no una sino once parejas de patos? Por si acaso creo que abriré una panadería junto al parque y en sólo unos meses podré retirarme a vivir de las rentas en una isla paradisíaca.

martes, 20 de diciembre de 2016

Si el anuncio tiene letra pequeña, la publicidad es engañosa

Hoy comparto con vosotros esta sencilla regla para saber si un anuncio nos está vendiendo un producto de forma honrada o si pretende hacerlo de forma engañosa porque la oferta tan atractiva que ofrecen no es tan atractiva en la realidad.

Cuando al ver un anuncio descubras un montón de letra pequeña al pie del mismo, tan pequeña que cuesta trabajo leerla, eso significa que te están engañando, o al menos eso es lo que intentan.

Puedes hacer la prueba con el próximo anuncio que llegue a tus ojos... y a partir de ese momento quizás te acostumbres a pasar por alto los anuncios de los embaucadores y prestar atención sólo a la buena Publicidad.


Una Guía para hacer buena Comunicación.

“La Comunicación en la industria farmacéutica”: https://amzn.to/3cShgD1

lunes, 19 de diciembre de 2016

Acabar con las cacas de perro en la calle es muy fácil

Todos estamos hartos de ver cacas de perro por las calles y en más de una ocasión hemos pisado alguna; y no digo nada si encima esos zapatos tenían la suela con hendiduras y hay que usar un palillo para ir sacándola de cada una de ellas. ¿Qué hacemos? ¿Un holocausto canino y muertos los perros se acabaron sus cacas? ¿Estado de excepción con el Ejército por las calles para que arresten a los dueños que no recojan las cacas y los manden a Guantánamo?... Creo que hay soluciones menos drásticas.

Los Ayuntamientos de muchas ciudades y pueblos tuvieron la genial idea de colocar dispensadores de bolsas para que los dueños las usaran para recoger las cacas de sus perros. La mayoría de esos dueños, personas educadas, las utilizaron y esas ciudades y pueblos ganaron en limpieza, higiene y confort para sus ciudadanos. Pero al cabo del tiempo volvieron a proliferar las cacas. ¿Qué pasó? Pues ni más ni menos que lo que pasa siempre: grandes ideas... que no tienen continuidad. Los Ayuntamientos empezaron a racanear en bolsas, reponiéndolas cada vez más tarde y cuando el dueño de un perro quería coger una ya no quedaban y con gran dolor de su corazón allí se quedaba esa plasta en la acera. ¿Qué iba a hacer? ¿Volver corriendo a su casa a por una bolsa de la compra (de esas que ya no dan en los supermercados salvo que la compres) y regresar al mismo lugar para recogerla? Esa idea de los Ayuntamientos fue la peor posible: acostumbraron a los dueños de los perros a que tuviesen siempre a mano esas bolsas, y cuando ya se habían acostumbrado dejaron de reponerlas con asiduidad. Hoy en día, cualquiera que se pasee por esas ciudades y pueblos de dispensadores vacíos, verá muchas cacas por la calle y algunos dueños de perros que portan como un tesoro un buen puñado de bolsas ya que tuvieron que estar atentos, de madrugada, a que el empleado de la limpieza las repusiera para lanzarse corriendo a por un buen manojo de ellas y así lograr que al menos su perro no ensuciara la calle. Doy fe de ello. Aquí en Madrid algunos lunes (sólo algunos) los jardineros reponen las bolsas en los dispensadores a primera hora de la mañana... a media mañana ya no queda ni una.

Por lo tanto, acabar con esta situación es muy fácil: O bien se da orden (y material) a los empleados de la limpieza para que repongan a diario las bolsas en aquellos dispensadores en donde se hayan acabado, o bien se retiran del mobiliario urbano y se sustituyen por unos letreros que digan algo así: “La recogida de las cacas de los perros es responsabilidad de sus dueños que deberán comprar las bolsas correspondientes en... (indicar el tipo de establecimientos en donde se puedan encontrar)”.

Como se ve no hacen falta ni multas ni campañas de concienciación, sino sólo un poco de coherencia.

sábado, 17 de diciembre de 2016

¿Hay alguien más dentro de nosotros?

Hoy os voy a hablar de un libro inédito que casi nadie ha leído. No es que sea una gran obra literaria pero sí que tiene interés por el tema que plantea y por el hecho de haber sido escrito por dos jóvenes que apenas rebasaban los 20 años de edad. Me refiero a “El tercer yo”.

“El tercer yo” es una obra de teatro que nunca llegó a representarse y que fue escrita en torno al año 1968 cuando sus dos autores, Pedro Fuentes y Vicente Fisac, aún no habían cumplido los veinte años de edad, habiendo permanecido escondida y desconocida por todos hasta este momento en que –gracias a esta edición- ponemos a disposición de todos los lectores.

Se dice que todas las personas tenemos dos “yo”, el que mostramos a los demás y el que guardamos para nosotros mismos. Sin embargo, en alguna ocasión excepcional como la presente, puede aflorar un “tercer yo” que nos hace cambiar todas nuestras expectativas ante la vida.

Construida en tres actos, y en dos momentos consecutivos (la noche de un sábado y la tarde del domingo siguiente) se estructura en una secuencia de escenas que van fundiendo a negro (como si de una película se tratara).

Sobre un original argumento, la obra nos habla de la familia, del amor, de la incomunicación entre las personas mayores y entre las generaciones, del egoísmo y de la superficialidad con que todos nos comportamos, y de la necesidad de comprender el sentido trascendente de la vida.

Hay disponible suna edición digital y una edición impresa en este enlace: 

viernes, 16 de diciembre de 2016

Si te metes con los poderosos...

En el nauseabundo mundo de la política podemos ver cómo el poder establecido no consiente que nadie le cuestione y cuando esto sucede toma sus medidas contundentes. Ejemplos recientes hay muchos. Por ejemplo, cuando el juez Elpidio Silva acusaba a Blesa (un gran amigo del expresidente Aznar) de forrarse de manera ilícita, la respuesta de los poderes en la sobra fue muy sencilla: apartar de por vida de la carrera judicial a ese juez, que ahora solo puede ganarse la vida como un simple abogado. Otro ejemplo: en la historia interminable (ya os diré cómo terminará) del juicio a Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina, el fiscal (cuya misión como la de todos los fiscales es acusar) se ha dedicado a defender a los acusados, especialmente a la hija del ex rey. Más ejemplos: Cuando la jueza que llevaba el caso de la cúpula del PSOE en Andalucía (que se quedaba para ellos con el dinero que debería ir destinado a los cursos de formación de los parados) estaba acumulando ingentes cantidades de pruebas contra ellos, la respuesta fue igualmente sencilla y previsible: se la apartó del caso. Y esto es tan así, que hasta en el mundo del deporte vivimos casos similares: Cuando se destapó el escándalo de los futbolistas que desviaban a paraísos fiscales los ingresos por sus derechos de imagen para evitar pagar impuestos, y entre estos futbolistas estaba Cristiano Ronaldo, la Hacienda pública dijo que los investigaría (a todos menos a él) y un juez dijo que se prohibía seguir hablando mal de él (así es el poder del presidente del Real Madrid).

Visto lo cual, me voy a tomar un antiemético y voy a salir a dar un paseo con mi perro para que me despeje el aire fresquito del invierno.
(PD.- ¿Sabéis cómo acabará el juicio contra Urdangarín y Cristina? Muy sencillo: ella inocente y él culpable pero como ya ha pasado tanto tiempo, el delito ha prescrito y por lo tanto puede seguir choriceando como hasta ahora).

jueves, 15 de diciembre de 2016

Acabar con las pintadas es muy fácil

A todos nos disgusta contemplar cómo las fachadas de las casas se llenan continuamente de pintadas que son auténticas mamarrachadas. Es cierto que hay algunos artistas urbanos que realizan en ellas auténticas obras de arte dignas de ser preservadas, pero la mayoría son simples gamberros que no tienen ni puñetera idea de arte. Y de igual forma vemos cómo esas pintadas permanecen tiempo y tiempo sin que nadie las borre, hasta que un día alguien se decide a frotar y frotar con disolventes hasta que al cabo de unas horas sólo se aprecian unos restos pálidos de lo que pintarrajearon allí. Ni que decir tiene que a las 48 horas como mucho ya han pintarrajeado de nuevo esa pared. ¿Cómo acabar con ellas? ¿Borrándolas todos los días? ¿Poniendo unos pit bull atados a esas paredes por las noches para que despedacen a los intrusos? ¿Contratando guardias privados de seguridad para que vigilen todas las noches? ¿Colocando minas antipersona? Noooo. Es mucho más fácil.

Hay dos sistemas. El primero y mejor, aunque no siempre puede aplicarse, es plantar enredaderas o yedra o cualquier otro tipo de vegetación que tape por completo esas paredes. Al quedar completamente cubiertas por una capa vegetal (la yedra, por ejemplo, es muy barata y crece muy deprisa) será imposible pintar en ellas, pero es que además hace bonito y así resulta que cualquier pared cubierta de vegetación es más bonita que sin ella y encima ayuda a mejorar la calidad del aire que respiramos.

Ahora bien, como no siempre es posible plantar yedra u otro tipo de vegetal que cubra esas paredes, hay otra solución: tener preparados unos buenos botes de pintura del mismo color que la pared y cada mañana, cuando al levantarnos veamos que han pintado algo, coger un rodillo y pintar encima para hacerlo desaparecer. Hay que tener en cuenta que a esos gamberros lo que les gusta es ver después sus gamberradas y mostrarlas orgullosos a sus amigos. Si se acostumbran a comprobar cómo a la mañana siguiente bien temprano ya no queda ni rastro de su pintada, acabarán por aburrirse y dedicarse a otra cosa o marcharse a otro lugar. Yo incluso recomendaría poner un letrero que diga algo así: “Queridos graffiteros: Mañana temprano borraremos todo lo que hayáis pintado esta noche, así que si no queréis trabajar en balde y perder el tiempo, id a otra parte”.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Otra vez la Superluna

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Noooo, es... ¡la "Superluna!¿Te acuerdas de todo lo que habló hace cuatro semanas de la “Superluna”, esa imagen un 10 por ciento más grande de lo normal y con mucho más brillo de nuestro satélite. La gente se puso como loca mirando al cielo y muchos de ellos hicieron fotografías (bastante malas, por cierto, puesto que para hacer una buena fotografía de la Luna hace falta una buena cámara y sobre todo un trípode). Fotos y fotos de esa “Superluna” se compartieron en las redes sociales. La gente se mostraba entusiasmada sobre todo porque había hecho algo insólito: mirar al cielo (el 99% del tiempo miran a la pantalla de su iPhone y el 1% restante a su ombligo). Estaban convencidos de haber sido testigos de un hecho excepcional que no volvería a repetirse hasta 70 años después.


Pues bien, no era para tanto la cosa. Parece ser que no saben que la Luna se mueve de forma uniforme, que hace cuatro semanas estuvo en su punto más cercano, pero que hoy mismo, día 14 de diciembre, con esta nueva luna llena, nuestro satélite sigue estando muy cerca, sólo un poquito más lejos que hace cuatro semanas; así que hoy también tenemos superluna y todo aquél que quiera mirarla puede hacerlo y a ver si así, de una vez, se da cuenta que existe un apasionante mundo fuera de la pantalla de su iPhone.

martes, 13 de diciembre de 2016

La censura políticamente correcta

La creciente corriente del pensamiento “políticamente correcto” que cada vez nos ata más a unos cánones preestablecidos, no ha surgido por generación espontánea sino que obedece al deseo de las clases dominantes del planeta por tener una legión de borregos que acepten sin rechistar cuanto se les impone.

Si lo pensáis bien, esa corrección política es algo totalmente infantil: pretende que las cosas negativas desaparezcan si les cambiamos el nombre o simplemente las callamos. Se niega el derecho de la libre expresión, de la disparidad de criterios, de la contraposición y debate sobre ideas contrapuestas... Por el contrario, la corrección política nos marca qué debemos pensar, qué debemos decir, qué debemos callar... y por si no te habías dado cuenta, lo que es o no es políticamente correcto no nos lo indica nuestro propio razonamiento individual sino que viene impuesto por las élites gobernantes.

En realidad, eso que llamamos corrección política, no resiste el más somero análisis: cada persona tiene una distinta sensibilidad y lo que a unos escandaliza a otros no les afecta lo más mínimo... es decir, lo ofensivo no está en el hecho o la palabra en sí sino en el receptor y sin embargo son las élites gobernantes la que nos dictan qué es o no es políticamente correcto. En otras palabras: nos imponen una nueva censura que, en esta ocasión, trata de censurar nuestro libre pensamiento.

No se puede decir “negro” sino que hay que decir “afrodescendiente” o “de color”. ¿Cambiando la palabra dejarán de ser racistas lo que sean racistas? Pues no. No se pueden hacer chistes de tartamudos, ni de cojos, ni... de nadie que padezca algún defecto físico. ¿Significa eso que al censurar este tipo de chistes van a llevar una vida mejor esas personas? Pues no. Yo diría que incluso todo lo contrario porque no hay nada mejor ni más sano que saber reírse de uno mismo. Es la tolerancia y el respeto lo que se debería promover, en vez de la represión.

Pero como todo esto viene de arriba, cada vez se irá agrandando la censura... hasta que algún día –como ha sucedido en Estados Unidos- la gente se harte y vote a su Trump de turno.

lunes, 12 de diciembre de 2016

¿Qué es lo políticamente correcto?

Eso que se llama “lo políticamente correcto” se está adueñando de nuestra sociedad, hasta tal punto de exageración que adquiere todo su valor esta conversación que encontré en Internet. 

Le pregunta una hija a su madre: “¿Qué significa ser políticamente correcto?”. 

Y la madre le responde: “Renunciar a tu propio criterio para conseguir la falsa aceptación de una mayoría de imbéciles”.

La próxima vez que te pregunten o te plantees qué es lo políticamente correcto... acuérdate de esta respuesta.

domingo, 11 de diciembre de 2016

La Ley de Wien está equivocada

Según la Ley de Wien, la energía que recibimos del Sol tiene su máximo de intensidad en 555 nanómetros (nm), y en condiciones de baja iluminación la visión escotópica tiene su máximo en 508 nm. Sin embargo, un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ofrece una nueva teoría, señalando que no solo depende de la energía sino que también hay que tener en cuenta como variable la entropía de la radiación, una magnitud termodinámica relacionada con la cantidad de información que podemos percibir del entorno.

Como las longitudes de onda (colores) no tienen todas la misma información, la visión humana se ha adaptado a aquellas que le proporcionan mayor información; es decir, el ojo humano se concentra en aquello que le reporta mayor información sobre su entorno. En otras palabras: vemos lo que nos interesa ver. Y así es en todos los órdenes de nuestra vida.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Comunicar es muy fácil....jajajaja

Decía hace unos años un directivo internacional del laboratorio AstraZéneca: “Comunicar es muy fácil; sólo tienes que decir lo que quieres”. Afortunadamente este directivo trabajaba en el área de producción y sus opiniones a este respecto no eran compartidas por el máximo responsable –entonces- de la compañía, Tom McKillop, para quien la Comunicación (con mayúscula) era un valor estratégico de la compañía y así lo extendió e impulsó en todas las filiales alrededor del mundo. Predicando siempre con el ejemplo (él era siempre el primero en estar disponible para los periodistas), con una actitud proactiva hacia los medios de comunicación, potenció los departamentos de Comunicación en la compañía en cada uno de los países en que estaba presente la misma y les animó a trabajar unidos y compartir experiencias para la mejora continua de su actividad. Fueron años dorados (1999-2006) para la industria farmacéutica y aquél laboratorio, situado como el tercero más grande del mundo, se convirtió en una empresa modelo en la que todo el mundo quería trabajar.

De mi experiencia en aquella empresa, en la que desarrollé la mayor parte de mi trayectoria profesional (24 años, en concreto), viviendo adquisiciones, escisiones, fusiones, cambios de nombre y todo cuando puede acontecer en el devenir de una compañía comercial, hay mucho que merece ser compartido.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Inglés para la supervivencia

Como correspondía a su nuevo cargo de cabeza visible del grupo ICI en España, Alfredo Rubín se instaló en Barcelona y al poco tiempo creó un Comité de Comunicación de todas las empresas del grupo ICI en España: ICI España, ICI Mevisa, Stahl Ibérica, SES Ibérica, ICI Farma e ICI Zeltia. Periódicamente nos reuníamos para tratar de aunar esfuerzos y potenciar la imagen corporativa del grupo. En estas reuniones coincidía con la secretaria de Alfredo Rubín, Matilde Casals, quien me dijo en una ocasión “El Sr. Rubín ha dicho que es una pena que no sepas inglés, porque sería muy bueno para tu carrera dentro del grupo”. Yo me quedé con la copla y decidí que tenía que aprenderlo. Me apunté a un curso de inmersión total en inglés que se desarrollaba durante una semana en régimen de internado (dos alumnos por profesor, ocho horas diarias de clase y el resto del tiempo hablando siempre en inglés) en un pueblo de Segovia. Le comenté a Enrique Portús que quería hacer ese curso aunque yo estaba dispuesto a pagármelo (300.000 pesetas) y él aceptó que lo hiciese aunque para ello utilizase una semana laboral. Aquello se tradujo en que por fin pude “soltarme” en inglés e incluso viajar a una reunión internacional en Manchester para hacer una chapucera presentación en inglés pero que causó muy buena impresión. Tanto fue así, que pocos meses después, Portús decidió que otro compañero, el jefe de Producto Carlos Palomar y yo, fuésemos a hacer otra semana de inmersión a ese mismo lugar, aunque esta vez pagado todo por la empresa. Esa segunda semana de inmersión no me dejó tan buen recuerdo (en cuanto a progresos) como la primera, y así se lo conté a sus responsables, los cuales me ofrecieron otra semana “gratis total” (tanto para la empresa como para mí) al cabo de unos meses. Fue así como esas tres semanas repartidas en poco más de un año, me permitieron defenderme en inglés.

Mientras tanto, los planes iniciales de la multinacional por dividir el mundo en áreas geográficas como unidades de negocio (una de ellas era “Iberia”) se vinieron al traste y decidieron todo lo contrario: en vez de unidades regionales que agrupasen a todos los negocios, harían unidades de negocio que abarcasen todos los países. Esto significaba en la práctica la desaparición de ICI España y por lo tanto estaba de más la figura de Alfredo Rubín. Sin embargo, no eran aquellos tiempos de tratar a la gente como números y de despedir sin más motivo que el capricho o la ineficacia de gestión del superior, y por ello le buscaron un acomodo digno como presidente de ICI Farma aprovechando que el hasta entonces director general de ese laboratorio se jubilaba.

Yo había cumplido ya 10 años en el sector agroquímico, me había realizado en el mundo de la comunicación general, sentía de nuevo la llamada del sector farmacéutico... y allí tenía ahora a una persona que me conocía perfectamente. Así que ni corto ni perezoso (era Navidad) le envié una felicitación navideña muy especial: estaba toda ella escrita en inglés y le explicaba que me había preparado, que ahora ya sabía hablar inglés, y que estaba dispuesto a trabajar con él si así lo quería.

Los acontecimientos se sucedieron entonces muy deprisa. Rubín me llamó y me dijo que se alegraba mucho y lo tendría en cuenta. Poco después, me volvía a llamar para decirme que en marzo de ese año el grupo ICI se dividiría en dos, por una parte se quedaría la parte química (que se seguiría llamando ICI) y por otra se crearía un nuevo grupo para la parte de biociencia, que se llamaría Zéneca. Era la oportunidad ideal para contar en el sector farmacéutico con mis servicios, pero primero tenía que hablarlo con mi actual director Enrique Portús. Así lo hablaron y no hubo ningún problema en que yo cambiase de empresa dentro del mismo grupo. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

De la publicidad médica a la publicidad general

Quizás venga a cuento decir ahora cómo fue mi incorporación a Zéneca Farma. En el año 1993 y tras 12 años trabajando como Jefe de Promoción en la industria farmacéutica, primero en Latino Syntex y luego en Sideta, tras un breve paso por Bristol Myers Squibb, sentía que debía ampliar mis horizontes y probar lo que daba de sí mi creatividad en el mercado general después de tanto tiempo en un mercado tan cerrado y regulado como era el farmacéutico. Fue así como vi un anuncio en El País en el que ofrecían un puesto de Jefe de Publicidad en una empresa de agroquímicos. Mandé mi currículo y comencé a pasar fases, llegué al final y me eligieron.

La empresa en cuestión era Zeltia Agraria, participada al 50 por ciento por el grupo español Zeltia y el grupo británico ICI (Imperial Chemical Industries). Al poco tiempo de llegar, cambió la dirección de la empresa pasando a ocupar ese puesto Alfredo Rubín, un hombre “hecho a sí mismo”, que empezó como botones en esa empresa, que a base de esfuerzo aprendió todo lo necesario para dirigir una gran empresa e incluso con la ayuda de un curso por correspondencia aprendió a hablar inglés con una gran soltura.

Conté con su apoyo y confianza para desarrollar mi trabajo, y conté igualmente con un presupuesto que llegó a rebasar (y estamos hablando de los años 80) los 200 millones de pesetas. Inicialmente tenía como ayudante a Javier Cebrián y como secretaria a Aurora, y poco después pude contratar a otra persona en una elección a través de El País, que resultó todo un éxito tanto a nivel personal como profesional: Carmen Iglesias.

A lo largo de 10 excelentes años pude dar rienda suelta a mi creatividad haciendo todo tipo de campañas publicitarias utilizando todos los medios (radio, prensa, televisión, publicidad exterior, publicidad directa, promociones, etc.). Al poco tiempo la parte británica, ICI, compró el 100 por cien de las acciones y la empresa pasó a llamarse “ICI Zeltia”, lo que supuso el cambio de nombre, logotipo y colores corporativos.

Pero al pertenecer de lleno a una multinacional, empezó a sentirse la influencia de la central desde donde se apostaba claramente por la potenciación de la identidad corporativa. Fruto de ello fue el ascenso de Alfredo Rubín como Director de ICI España, que agrupaba todas las empresas del grupo ICI en nuestro país y que supuso su traslado a Barcelona. Le sustituyó en la dirección Enrique Portús, un antiguo compañero que trabajaba como Jefe de Producto primero y como Director de Marketing después, a quien yo admiraba y quería. Tanto con Alfredo Rubín como con Enrique Portús, tuve siempre abiertas las puertas de su despacho y la confianza plena para que pudiera desarrollar mi trabajo.

Cuando yo decidí que –además de la Publicidad- había que aprovechar a los medios de comunicación por la vía informativa para que informaran de nuestras actividades y productos, e implanté un Gabinete de Prensa, ellos me dieron su apoyo aun cuando conllevaba la poco grata tarea para ellos de tener que conceder de vez en cuando entrevistas a los medios o hacer alguna declaración a los periodistas. Eso de dar la cara ante los medios no era lo suyo, no se sentían cómodos, pero aceptaban que eso redundaba en beneficio de la compañía y en consecuencia se podía contar con ellos. Como a esa faceta de Gabinete de Prensa sólo podía dedicarle un poco de mi tiempo, puesto que mi rol era el de Jefe de Publicidad, las solicitudes para que se enfrentasen a los periodistas sólo eran esporádicas.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Epílogo de un partido único en la historia

Y ya para terminar este serie de documentos rescatados de la hemeroteca, que comencé a publicar el pasado 28 de noviembre, traigo aquí como colofón el Editorial que escribí en el número 10 de la revista “Información al Día”, correspondiente al mes de julio del año 2000, que recogió todo lo aquí reflejado. En este Editorial se explica bien cuál fue la razón de esta sinrazón que, a fin de cuentas, espero os haya divertido.

¿FELICES VACACIONES? ESTE AÑO MÁS QUE NUNCA

Como siempre, al acercarse estad fechas, es habitual desear a todos nuestros familiares y amigos unas felices vacaciones; no en vano se arrastra el esfuerzo acumulado a lo largo del año, del trabajo por sacar adelante la familia y los negocios, venciendo las dificultades que, ya sean grandes o pequeñas, se van añadiendo cada día. Este año, sin embargo, nuestro deseo de unas felices vacaciones va a tener un alcance mucho más lejano que el de nuestro círculo habitual de familiares y amigos.

Cuando alguien celebra algo, dicha celebración suele constituir un agasajo egocéntrico del que disfrutan los más directamente interesados. ¿No sería bueno que también pudiese llegar la alegría de esa celebración a los menos afortunados, a los que padecen las enfermedades, las catástrofes naturales o incluso las provocadas por el hombre, como son las guerras?

AstraZéneca así lo ha entendido, transmitiendo desde su Dirección Ejecutiva a todos los empleados alrededor del mundo la sugerencia de celebrar el primer aniversario de la compañía con un evento que reportase un beneficio social. Al igual que sus fármacos llevan la salud y la calidad de vida a millones de enfermos, su celebración de aniversario podía convertirse también en otro acto de ayuda humanitaria.

En cada país, las organizaciones de AstraZéneca han buscado diferentes caminos para que la ayuda a los más necesitados sea la verdadera celebración de su misión como compañía farmacéutica. En el caso de España, la celebración de un partido de fútbol benéfico ha servido de punto de referencia para divulgar –apoyados en el entusiasmo de sus empleados- la necesidad de ayuda que precisan numerosos colectivos, representados en esta ocasión por Médicos del Mundo y su proyecto de gestión sanitaria integral para los miles de personas que han perdido todo en las recientes inundaciones que asolaron Mozambique.

Es también necesario agradecer el apoyo y colaboración prestado por instituciones públicas y privadas, proveedores, clientes y amigos de AstraZéneca, que han hecho posible el éxito de esta iniciativa. Por eso este año, más que nunca, las vacaciones serán más felices para todos, porque ese deseo no se ha quedado sólo en palabras; se ha hecho realidad para miles de personas que allá en Mozambique van a poder mejorar el estado crítico de su situación sanitaria.

martes, 6 de diciembre de 2016

Un partido de Guinness

Durante estos últimos días hemos traído de nuevo a la actualidad, rescatándola de la hemeroteca, la amplia crónica de un partido único en la historia, tan único que merecería entrar con todo derecho en el libro Guinness de los récords. Y si no, juzguen ustedes mismos:

Los espectadores que acudieron al estadio del “Cerro del Espino” pudieron contemplar un espectáculo que ha hecho historia. Si no, veamos algunos de sus insólitos récords:

- Por primera vez en la historia un partido de fútbol acabó con empate a 8-1. Sin contar los goles (algo realmente difícil sin calculadora) el partido reflejó un empate en simpatía, entusiasmo y solidaridad.

- Nunca en un partido entre Selecciones había debutado un jugador tan joven: Guillermo, de seis años (ni Pelé debutó tan joven) y encima marcó el gol del honor tras recorrer medio campo sorteando a los contrarios.

- Jamás se había formado una selección tan numerosa como la de AstraZéneca: 32 jugadores!!!

- Ninguna Selección ha tenido jamás un equipo médico tan equilibrado como la de AstraZéneca: Santiago Herranz (médico), Teresa Díaz (enfermera) y Andrés Lafuente (¡veterinario!).

- Por primera vez en la historia un jugador se proclama máximo goleador de su equipo, habiendo marcado un solo gol y en propia puerta.

- Ningún jugador que marcase en propia puerta ha sido tan largamente ovacionado por todo el estadio como Pepe Gutiérrez, quien marcó el gol más bonito de la tarde.

- El equipo de AstraZéneca, que se proclamó subcampeón del torneo, sólo pudo ser superado por el equipo campeón (no había más).

(Y mañana, para terminar esta serie, el Epílogo que explica bien la razón de esta sinrazón).

lunes, 5 de diciembre de 2016

Opiniones del árbitro

El colegiado de Primera División, Mejía Dávila, destacó la limpieza del partido: “Ha sido un partido no muy competido porque había una clara superioridad por parte de uno de los equipos, pero la verdad es que he estado fenomenalmente auxiliado en las bandas y el partido ha sido bastante limpio”

Precisamente en una de las bandas estaba auxiliado por el juez de línea de Primera División, Manuel Ortiz, y en la otra por quien parece querer tomar su relevo: Manuel Ortiz, hijo. “Me ha parecido –destacó el primero- que los chicos de AstraZéneca se nota que dedican muchas horas al trabajo y poco al entrenamiento. Se les ha visto mucha voluntad, mucho empeño, pero poco acierto”.

(Mañana, los increíbles hitos históricos de aquél partido).

domingo, 4 de diciembre de 2016

Opiniones de los entrenadores

Pantaleón, el que fuera Campeón de Europa con el Real Madrid (1959-1960) en aquél equipo en el que también jugaban Di Stéfano, Puskas y Gento, tuvo la oportunidad de dirigir al equipo de AstraZéneca y se mostraba asombrado por la potencia del rival: “Se nota la superioridad por parte de los médicos. Yo preguntaría si son de verdad médicos, porque son muy buenos, como para jugar en plan profesional. De todas formas ha sido un espectáculo muy bonito”.

El otro entrenador de AstraZéneca, el exportero del Real Madrid, Agustín, tuvo que recurrir a la astucia para marcar el gol del honor: “¡Son una banda! Ni haciendo trampas éramos capaces de meter ninguno, así que tuvimos que sacar al enano, que ha sido la mascota, el que nos ha hecho el gol”. Sin embargo lo importante era el fin que se perseguía y ahí sí que huno empate: “Muy bonito todo, sobre todo por el significado que tiene este acto”.

En el otro banquillo, el exjugador del Atlético de Madrid y de la selección española, Adelardo, se mostraba radiante: “Muy entretenido, muy bien jugado por ambas partes, pero como yo esperaba mi equipo ha sido muy superior y prueba de ello ha sido el resultado. Estaban más conjuntados y son más jóvenes, y eso se nota mucho en estos partidos”.

(Mañana, las opiniones del árbitro)

sábado, 3 de diciembre de 2016

Opiniones de los jugadores

El capitán del equipo, el exjugador del Rayo Vallecano, José María Sánchez Escobar, estaba agotado, “cuando yo jugaba tenia pelo, así que fíjate si hace tiempo de eso”, pero no por la adversidad del resultado: “En realidad estábamos controlando el partido, lo que pasa es que no nos ha acompañado la suerte”.

Para la otra estrella del equipo, el exjugador del Racing de Santander, Gelucho, la clave había estado en el banquillo: “Yo creo que hemos jugado un gran partido, pero al final nos han goleado. Creo que tácticamente los entrenadores han fallado, porque tenemos un excelente equipo. Habrá que entrenar un poco más, pero creo que es necesario un cambio de entrenador porque Agustín ha estado francamente mal”.

Otro jugador, Ramón Estiarte, no pudo dar su diagnóstico favorito, el gol. En su defensa alegó la buena educación de su equipo: “No nos hemos dejado ganar porque fuesen médicos, pero hemos ido con cuidado con las faltas”, y añadió que “el partido ha sido bueno, la finalidad buenísima, pero la forma nuestra un poquitín baja”.

También recogimos las declaraciones del máximo goleador, Pepe Gutiérrez, aunque por hacer a su nombre (Pepe) marcó en propia puerta (pp): “El gol lo he metido porque defendía, era el único que defendía, y eso también tiene su mérito. Para que lo metan ellos, lo marco yo. Me pueden dar el premio al gol más bonito porque lo he dado en un escorzo y creo que merece la pena”.

(Mañana, las opiniones de los entrenadores).

viernes, 2 de diciembre de 2016

Las opiniones de los directivos

En la crónica de aquél partido se recogían las opiniones de los protagonistas a pie de campo, tanto en el descanso del partidos como al final del mismo. Aquí dejamos constancia las opiniones de los directivos:

En el descanso, a pesar del 5-0 la confianza en el equipo era total. Para Francina Bertrán, directora Financiera, “el disimulo de la potencia de AstraZéneca está provocando que los médicos se confíen, para luego en la segunda parte demostrar todo lo más que podemos dar”. También era optimista la directora de Recursos Humanos, Valle Rodríguez, quien confiaba ciegamente en su equipo: “estamos muy fuertes. El equipo demuestra que está motivado y va a por todas, atacando continuamente. No nos han metido nada más que cinco. Esto es superable”. Y desde luego que fue superable, porque en el segundo tiempo se llegó hasta los ocho goles.

Para el presidente de AstraZéneca, Carlos Trias, esta era una experiencia nueva: “jamás en mi vida había aguantado un partido durante los 90 minutos”, a pesar de lo cual se mostraba satisfecho. Cuando el director de Desarrollo de negocio, Manuel martín, manifestó su descontento, “con este equipo no vamos a ningún sitio, ni para desarrollar el negocio ni para nada”, Carlos Trias salió en defensa de su equipo: “No estoy en absoluto de acuerdo con esto. Yo creo que para el desarrollo del negocio es lo que necesitamos: cuando estamos jugando con médicos, tenemos que saber perder”.

(Mañana, las opiniones de los jugadores).

jueves, 1 de diciembre de 2016

La crónica del partido

El partido tuvo dos tiempos bien distintos: mientras en la primera parte los goles caían en la portería de la derecha, en la segunda parte lo hicieron en la de la izquierda. La selección entrenada por Adelardo se mostraba compacta, ejerciendo un dominio absoluto del balón, con pases certeros y triangulaciones en corto. Por el contrario, la selección entrenada por Agustín y Pantaleón buscaba con inocencia el domino del balón (mas bien, buscaba el balón), así como la oportunidad de dar algún pase que –aunque fuese pensando egoístamente- no fuese dirigido al contrario sino a alguno de sus compañeros. El equipo buscaba con generosidad la portería contraria, pero también con generosidad entregaba
el balón al contrario. Mientras algunos jugadores (pocos) daban muestra de su clase, otros eran una pesadilla para el centro del campo rival (más que nada por lo que estorbaban) y algunos eran una pesadilla incluso para ellos mismos.

En las bandas se notó la alegría, no de la música, sino del aire que dejaban los espacios abiertos para el ataque rival. Mientras tanto, los goles iban cayendo de todas las facturas y nadie era capaz de auditar la situación. Sin embargo, el público estaba volcado con su equipo y los comentaristas de excepción, Ana de Miguel y Nacho Alegre, ponían la fiesta en las gradas.

Finalmente, Agustín y Pantaleón tomaron una heroica decisión e hicieron debutar al jugador más joven de la historia del fútbol mundial: Guillermo. Este joven jugador (seis años), nieto de un Campeón de Europa (el exjugador del Real Madrid, Pantaleón), controló el balón en el centro del campo, sorteó a uno, dos , tres contrarios, hizo un dribling, esprintó, se escoró a la izquierda y con el empeine de la bota derecha cruzó el balón lejos del alcance del cancerbero y ¡tui, tui! el esférico besó la malla. Un gran gol que levantó al público de sus asientos.

Al final, tras el resultado de empate a 8-1, otro veterano del Real Madrid, Atienza, se unió a la entrega de trofeos para estos dos quipos que se fundieron  como uno solo para festejar el triunfo de esta iniciativa que supo transformar unos goles en ayuda humanitaria para los más necesitados.


(Mañana, las opiniones de los directivos).

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Las alineaciones

Selección de Médicos del Mundo (camiseta amarilla y pantalón azul):
Álvaro Minuesa, Luis González, Fernando Collado, Benedicto Crespo, Rafael Oria, Ángel Álvaro, José María Monge, Rafael Morales, Pablo González, Arturo Molina, Raúl Barco, Manolo Cidoncha, Isidoro Garzón, Enrique Canser, José Luis Mora, Nicolás Llinas, Jesús campo, José Iturzaeta, Martí Guadaño, Ferrán Morell, Miguel de la Barrera.
Entrenador: Adelardo.

Selección de AstraZéneca (camiseta morada y pantalón blanco)
Javier “Gigante” Domínguez
Juan Carlos “Atrapagoles” Rodríguez
Ángel Blanco “Gelucho”
José María “Rayo Vallecano” Sánchez Escobar
Zoilo “Zorro” Rodríguez
Francesc “Pulmón” Aldea
Ramón “Diagnóstico” Estiarte
Carlos “Conexión” Barcina
Paco Morales “El hombre radioactivo”
Pepe “Protón” Gutiérrez
Joaquín Rodrigo “El músico del área”
Alberto “Pulverizador” Ceniza
Fernando “Todoterreno” García Martínez
Pepe “Oui” Francés
Ramón “Artista” Velázquez
Alberto “Terminator” Fernández
Zaid Nakhuda “La perla de Oriente”
José Antonio “Tornado” Paniagua
Ricardo “Corazón de León” García
Juanjo “Super-chip” López
Martín “Cazagoles” Costales
José Luis Zalve “El Zalvador”
Javier Nuevo “El debutante”
Carlos López “Super López”
Paco “Fantástico” Lires
Humberto “La Plaga” Bovio
Onofre “Epidemia” Vegazo
Tim Jones “El tigre de Gales”
Jorge “Gallego” González
Ignacio “Financiero” Rodríguez
Fernando “Recursos” Rincón
Fernando García “El expreso de AstraZéneca”

Entrenadores: Pantaleón y Agustín.

Colegiados: Mejía Dávila, Manuel Ortiz y Manuel Ortiz jr.

Estadio: “Cerro del Espino”, de Majadahonda, cedido por los clubs Rayo Majdahonda y Atlético de Madrid. Jueves 22 de junio de 2000 a las 20,00 horas.

(Mañana, la crónica del partido).