lunes, 2 de noviembre de 2015

Una fábrica llamada cuerpo

Nuestro ser externo, mente objetiva (o como queramos llamarlo) es algo así como la recepcionista de una fábrica llamada cuerpo. Esta fábrica tiene cinco puertas de entrada (vista, oído, olfato, tacto y gusto) y a través de ellas llegan cada día multitud de materiales a los que llamamos “experiencias”.

Nuestro ser externo comete muchos errores (¡cuántas veces nos hemos dado cuento de que los sentidos nos engañan!) y por eso necesita pedir consejo siempre a nuestro ser interno, mente subjetiva, alma... o como queramos llamarlo.

Ambos, el físico y el mental, deben trabajar siempre juntos y en armonía.


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