Aunque yo no he sido nunca partidario de la liturgia, es
decir, de la parafernalia, del adorno, de los símbolos, sino que he preferido
del fondo a las formas, debo reconocer que para muchas personas la liturgia
resulta muy útil. Esos rituales y ceremonias están hechos para que la parte
física del ser humano pueda entender o al meno percibir algo de lo que se le
está transmitiendo, ya que el ser físico hay que hablarse en un lenguaje
físico.
Para muchas personas, toda esa parafernalia resulta útil
para la evolución de sus almas, al permitirles morar en un mundo de realidades
simbólicas y recibir de esa manera mensajes inspiradores que aumentan su
percepción de Dios.
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