Algunos
piensan que el cielo está allá arriba, en lo más alto del azul y las nubes de
nuestra atmósfera; otros piensan que está en otros planetas; otros creen que
está en otras dimensiones… pero todo esto es porque estamos condicionados por
nuestro mundo físico y nos resulta imposible concebir cosas que choquen con las
leyes físicas. Por ejemplo, somos incapaces de comprender conceptos como
infinito o eternidad; pensamos que todo tiene un principio y un fin… y un lugar
específico. Y a eso vamos…
Lo
que llamamos cielo, el lugar al que iremos después de muertos (de muerto
nuestro cuerpo, no nosotros), no tiene ninguna ubicación específica. Es un
entorno –por llamarlo de alguna manera- que existe en este mismo lugar en donde
estamos ahora, con la particularidad de que no somos capaces de percibirlo.
Hay
muchas realidades y todas coexisten de forma conjunta aunque sólo seamos
capaces de percibir una sola, aquella en la que estamos. Cuando morimos, nos
despojamos de esa esclavitud, de esa ceguera de lo material y lo físico, y es
entonces cuando podemos sintonizar con esas otras realidades y comprender a
dónde hemos ido.
Hay países que no parecen de este mundo…
“Reflejos de Islandia”: https://amzn.to/3lqpINE
Hay países que no parecen de este mundo…
“Reflejos de Islandia”: https://amzn.to/3lqpINE
No hay comentarios:
Publicar un comentario