Cuando
uno emprende un viaje lo mejor es ir ligero de equipaje. Esto lo habrás
comprobado muchas veces; cuantas más cosas lleves a un viaje, más engorroso te
resultará todo. Cuando partimos hacia el otro lado sucede igual. Si tienes tu
alma en paz, te será más cómodo el viaje. Pero ¿qué pasa con aquellos que han
dejado pendiente algún asunto importante y están obsesionados con ello?
Cuando
se está obsesionado con algún proyecto importante sin acabar o con asuntos
pendientes que has dejado sin aclarar o resolver, es normal que no quieras
morir sin haberlo solucionado.
Pero
no estás solo. Tienes ayuda. Para ayudaros en dicho trance hay guías especiales
que nos ayudarán a entender la nueva situación y sucede, algunas veces, que estamos
tan absortos y concentrados en nuestra realidad física y en nuestros problemas
cotidianos, que no somos capaces de percibir esa ayuda espiritual que nos llega
desde el exterior.
Como
siempre se ha dicho: “Una excesiva concentración emocional en la realidad
física, puede frenar el desarrollo espiritual posterior”.
El yo que somos, el yo que nos gustaría ser… ¿y si hubiese un tercer yo?...
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