miércoles, 20 de mayo de 2020

Marisa no me devolvió mi libro “Victoria”


Se llamaba Marisa (no recuerdo su apellido) y pasamos muy buenos momentos, aunque fugaces, durante nuestra juventud.  Un día le presté la novela de Knut Hamsun “Victoria” y no me la devolvió, en realidad no volvimos a vernos después de aquello.

Pero la novela en sí no me importa, sí en cambio todo lo que compartimos y entre esas cosas hubo una muy especial: nuestros poemas. Pocas cosas hay comparables a la emoción que siente un poeta cuando comparte e intercambia poesías con una poetisa. Y en el libro “Todo Poesía” se incluyen algunas de las poesías que un día, hace ya muchas décadas, intercambiaron estos dos poetas.

¿Cómo olvidar aquellas palabras/emociones/sentimientos de Marisa?:
“Te digo adiós y acaso te quiero todavía…”
“Él, al que yo hubiese amado tanto…”
“He murmurado tu nombre en la noche helada…”
“Sobre la tarde, tristemente, hay dolores de ausencia…”
“Todos los pájaros han cesado de  cantar, todas las flores han muerto, por un sol demasiado ardiente…”
“Luego, después de ahora, nada; y sentirás deshacerme por tus dedos, la sangre negra del tiempo muerto, las esencias no medibles de las cosas…”
“Porque te añoro y me añoras, te canto mis añoranzas…”

Quede constancia, pues, que aquellos poemas que Marisa y yo compartimos, forman ahora parte no sólo de mi historia sino también del libro que recoge mis más de 60 años como poeta en ejercicio.

Todo Poesía”, de Vicente Fisac
Disponible en Amazon (www.amazon.es) en ediciones digital e impresa.

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