jueves, 28 de mayo de 2020

El poeta que escribió en tercera persona


Lo normal es que un poeta escriba en primera persona, contando sus sentimientos, emociones, vivencias, pensamientos… Sin embargo alguna vez sucede algo extraño y alguien, un ser incorpóreo, quizás ese ser a quienes los poetas llaman “Musa” toma el mando y le dicta al poeta lo que debe trasladar al papel.

Esto es lo que sucedió y quedó reflejado en el libro “Yo soy Alma”. Una tarde cualquiera de verano, el autor sintió el impulso de ponerse a escribir un poema, pero se dio cuenta que no era él quien lo estaba escribiendo, sino que era ella, una chica incorpórea que decía llamarse Alma, quien le estaba dictando esos poemas que hablaban de la historia y los sentimientos de ella.

Una tarde tras otra, en aquellas horas de siesta, el poeta se ofreció gustoso a ser la herramienta que Alma utilizase para contar su historia a través de unos poemas. Como el poeta se dejaba llevar y la voz de Alma era muy fuerte, el resultado fue que después, cuando el poeta revisó aquello que había escrito comprobó que estaba perfecto, que no necesitaba ningún retoque; algo que como todos sabéis no es lo normal porque todos cuando escribimos y luego repasamos lo que hemos escrito, solemos hacer algunas correcciones.

La historia que nos cuenta Alma es muy peculiar. Pasó su infancia y juventud encerrada en un colegio, pero encontró en sus amigas la familia que nunca tuvo y la fuerza para seguir adelante. A través de los versos y también a través de la prosa, nos cuenta sus cosas, sus emociones, sus juegos… y en medio de todo aquello podemos mirar sus ojos y conocer también sus íntimos deseos: “es con chicas con quien sueño”. Ella es feliz con sus flores y sus versos, con su extraña familia y las amigas con quienes comparte alegrías y recuerdos. Y también, de vez en cuando, le gusta… mirar al cielo.

Yo soy Alma & Algo así”, de Vicente Fisac.
Disponible en Amazon (www.amazon.es) en ediciones digital e impresa.

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