jueves, 14 de febrero de 2013

La no verdadera historia de San Valentín


Se llamaba Sancho de nombre de pila, aunque para abreviar le llamaban San. Como su primer apellido era Valentín, todos le conocían como San Valentín y hasta se creían que era santo. Tenía un amigo que estaba federado en la Federación de Tiro con Arco y se pasaba todo el día emulando a Guillermo Tell pero él prefería el sobrenombre de Cupido ya que Cupido tenía alas y él se llamaba en realidad Ángel. La mayor obsesión de Ángel, o sea de Cupido, no era quedar campeón de España de tiro con arco sino conseguir que Valentín aprendiese el tiro con arco, pero a Sancho, o sea a San, o sea a Valentín, le deban miedo las armas y mucho menos disparar en lugares donde hubiera personas. Por eso, y tras las insistencias de Cupido, San Valentín se fue a practicar el tiro con arco a una huerta. Disparó las flechas de su amigo Cupido (envenenadas de amor) en plan Karina, o sea, sin ton ni son, y claro, así fue la cosa, las flechas fueron acribillando al azar a todo lo que se le ponía por medio. Fruto de ello nació el amor entre una zanahoria y una naranja y fruto de ello nació lo que veis en la fotografía. Al principio quedó asustado, pero luego, cuando les dio un mordisco comprobó que estaba bueno y le llamó "multizumo". Entonces volvió a coger el arco y disparó contra todo tipo de frutas y verduras... y desde entonces se venera a San Valentín (que ni es santo ni tiene buena puntería) como el patrón de los zumos multifrutas. Así que hoy, como es el día en que conmemoramos estos acontecimientos os deseo un “Feliz Día de San Valentín” mientras levanto mi copa de zumo y brindo con vosotros. ¡Venga! ¡Ahora toca que os deis un besito!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me acabo de enterar: San Valentín casaba en Roma a los soldados que lo deseaban, en contra de la voluntad del emperador, que prefería que no tuvieran familia, porque así rendían más. Por eso fue condenado a muerte.
MC