¿Y los ciudadanos? A esos ni caso; simplemente se les
entretiene con este circo. A cualquier ciudadano no le debería importar que los políticos a los que vota hablen bien o mal, tengan gracia o no; lo que debería
importarle es que hagan bien las cosas. Pero no, aquí la cosa es diferente: se
aplaude a rabiar a los que hablan bien, con chispa y con ideas afines a las de
cada uno, y no se presta atención a lo que hagan o dejen de hacer después. Los
ciudadanos se fijan en las palabras no en los hechos. Y normalmente, las
palabras de los políticos no se corresponden con los hechos.
Da vergüenza leer luego en los periódicos frases como
“excelente discurso de...” como si hablar fuese su misión. Por eso, reproduzco
el chiste que sacaba ayer El Mundo y animo a todos los jóvenes a que se vayan a
trabajar a cualquier país europeo donde cualquier político que no cumple lo que
dice... simplemente dimite.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo. Me quedo con la portada de El Periódico de hoy: http://img.kiosko.net/2013/02/21/es/elperiodico.750.jpg
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