Hace unos días nos dejó uno de
los personajes más grandes que ha pasado por nuestro país: Emilio Aragón, alias
Miliki. Me gustaría decir que “se ha escrito mucho sobre esto”, pero no es
cierto, se ha escrito muy poco. Quizás sea porque leí una definición muy buena
de él, “Trabajador de la felicidad”, y esas dos palabras tienen muy mala imagen
en este país. “Trabajador” es un término en desuso, porque desde hace décadas
se ha implantado el modelo del mínimo esfuerzo y vivir a costa de; eso ha
provocado la ruina y ahora los que de verdad quieren trabajar no encuentran ni
dónde ni en qué. “Felicidad” es otra palabra que ha desaparecido del panorama;
la gente está a acostumbrada a consumir, a gastar en cosas absolutamente
innecesarias tan sólo por aparentar y estar a la última, y ha olvidado las
cosas sencillas que son las que dan verdaderamente la felicidad.
Por eso Miliki, era un rara avis que ha levantado el vuelo, y
los más dichosos serán aquellos que puedan ir muy pronto a acompañarle.
¡Milikiiii, esperameeee!
1 comentario:
Muy ingeniosa tu despedida de Miliki, pero mejor es...que te espere muchos años.
MC
Publicar un comentario