Ante esta pregunta que ahora está dando tanto que hablar, la respuesta no pude ser más sencilla y rotunda: Nooo. ¿Por qué? La razón es bien sencilla: nuestro Sistema Nacional de Salud está casi en la bancarrota y si no tiene dinero para lo más básico ¿cómo vamos a pretender que ahora se lo gaste en esto?
Pero además hay que considerar otros factores no menos importantes. Por una parte, el hecho de fumar es voluntario, no es algo que te impongan o que tengas que padecer quieras o no, por lo cual también debe ser voluntaria tu decisión de dejarlo o de seguir afrontando en cada caso sus consecuencias tanto de salud como económicas.
Y sobre todo tener en cuenta un dato que no se debe olvidar: el coste del tratamiento de dejar de fumar lo amortiza cualquier fumador con lo que se ahorra en comprar tabaco durante unos pocos meses; a partir de ahí su economía familiar se verá notablemente incrementada (tanto es así, que tal como está la situación en España, las personas que dejen de fumar serán de las pocas que vean cómo sus recursos económicos mensuales aumentan a partir de ese momento).
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