miércoles, 12 de enero de 2011

Contra la Ley del tabaco, mejor “imaginación” que “insumisión”

Ya he apuntado en otras ocasiones que la represión es un buen estímulo para la imaginación y así las épocas de dictadura han propiciado grandes obras literarias, cinematográficas, etc. Ahora, con la entrada en vigor de esta Ley y los primeros conatos de insumisión habría que hacer un doble llamamiento a los fumadores:
1.- Su libertad para fumar no debe anular la libertad de no respirar su humo a quien no lo desee.
2.- Frente a las barreras que les ponen, en vez de “insumisión” (que perjudica a quien no desea fumar y a quien la infringe porque le caerá una multa) deben dar paso a la imaginación.

Y yo, que no soy fumador (aunque un día muy lejano lo fui) les doy desde aquí algunas ideas a los hosteleros para que atraigan a esa clientela fumadora para que se gaste el dinero en sus establecimientos pero sin infringir la Ley y sin molestar a nadie:

- Abrir terrazas con estufas (tal como se hace en otros países en el más crudo invierno y con excelentes resultados. Yo he visto en Bruselas, en peno invierno, terrazas llenas de gente al calor de esas estufas)
- Ofrecer, incluso, unas mantitas a quienes se sienten allí.
- Ofrecer a los clientes el préstamo de un abrigo para que puedan salir a fumar (es lo mismo, pero al revés, de lo que sucede con los Ice bar que proliferan por Europa, te dan un abrigo para que puedas entrar a esos locales donde la temperatura es de -6ºC)
- Colocar alguna repisa en el exterior, para que puedan apoyar sus vasos los fumadores.
- Colocar en los platos de los aperitivos unos enganches (los he visto en otros países) que permiten colgar la copa y dejar, por tanto una mano libre para fumar.
- Ofrecer cigarrillos electrónicos para entretenerse con ellos mientras se esté en el interior o bien hacer ofertas tipo, por ejemplo: bebida, tapa y cigarrillo electrónico por X euros).
- Organizar campeonatos de dardos en donde la diana sea alguno de los responsables del Gobierno que ha puesto en marcha esta Ley y dar como premio cigarrillos electrónicos.
- Vender papeletas de rifa en donde el premio sea un tratamiento para deshabituación tabáquica.
- Hacer un descuento –por ejemplo del 10% en el precio de la consumición que hagan- a los clientes que permanezcan más de media hora en el interior del local sin salir a fumar, sean estos fumadores o no.
- Y, por supuesto, recordar a todos los clientes, a través de carteles y cuantos medios de comunicación sean posibles, que “lo que importa no es el tabaco, sino la economía, so tontos”

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