Querida Bibiana: Esta/este veza/vez voy a darte trabaja/trabajo. Si lo tuya/tuyo es luchar por la igualdad/el igualdado, aquí tienes una oportunidad/un oportunidado de ora/oro.
Como ya me cansa tener que duplicar todas las palabras en masculino y femenino, seguiré en el idioma que hasta hace unas semanas teníamos un porrón de millones de habitantes: La Federación de Sanidad de Comisiones Obreras ha convocado para mañana día 20 una manifestación ante la sede oficial del presidente del Gobierno de Andalucía en apoyo y solidaridad con las trabajadoras de las Clínicas Pascual que, según el sindicato, han sido expedientadas y amenazadas con despidos por haber preferido utilizar pantalones en lugar de la faldita corta del uniforme. ¡Ahí te quiero ver, ministra! Y si consientes que despidan a esas trabajadoras, invito a todos los hombres que trabajen en Clínicas Pascual a presentarse en el trabajo con pantaloncitos cortos, mostrando también su muslamen. Si ahora resulta que es obligatorio que las mujeres muestren sus piernas en el trabajo, que lo hagan también los hombres. ¡Por la igualdad!
4 comentarios:
Vaya por delante, que estoy radicalmente en contra de que obligue a unas trabajadoras a vestir de forma diferente por ser mujeres.
Yo no concibo que haya ropa diferente de trabajo, excepto por necesidades reales del mismo, -diferentes colores, para diferentes zonas, diferentes calzados por seguridad, etc.-. Alguien que, necesariamente, ha de utilizar un uniforme de trabajo debe de exigir que este sea el más ideal para el mismo, y obviamente para le personal sanitario no es el ideal uno que lleve falda, sino incluso al contrario es mucho más incomodo, -se puede enganchar con más facilidad que un pantalón, a la hora de agacharse es mucho más incomoda, etc.-.
Pero hay unas preguntas que dejaré abiertas:
¿Puede haber elección de diferentes uniformes de trabajo? ¿En base a que criterios?
¿Se puede “sancionar” a un enfermero que lleve falda?
Démosle al sentido común su sitio y los que intentan imponer sin ninguna tolerancia un ejemplo.
Desde es sur un seguro admirador de ustedes…
Pues a mi las mujeres siempre me han dicho que tengo unas piernas bien bonitas y eso que soy hombre.
Es aquí donde me viene el lío ahora. No sé si debo ponerme falda para ir a trabajar y lucirlas como tantas mujeres (que muchas bien que lo hacen, no nos engañemos)o debo seguir fiel a la clásica desigualdad de los hombres que les impide trabajar ni siquiera con pantalones cortos. Más que nada por que no quedan nada bien con la obligada corbata de la que no nos libramos ni a 40ªC a la sombra.
Pese lo que le pese a la ministra, la falda no me la pongo, no sea que en un descuido se me acabe viendo no la miembra, sino el auténtico miembro.
No dirías lo mismo si fueras escocés...
Lo único que no me creo es lo de que nuestro recuerdo te acompañará por aquella maravilla de sitio. Vicente, descansa también de nosotros.
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