Las grandes editoriales, al dictado de los intereses políticos y económicos de aquellos a quienes se deben, llenan (es un decir) de becarios y recién licenciados sus plantillas de reporteros. Con responsabilidades por encima de su recién estrenada capacidad, con horarios de trabajo exhaustivos, y con salarios míseros, los nuevos periodistas se machacan en beneficio de sus editores pensando, quizás, si algún día podrán llegar al salario de alguno de los popes del periodismo.
Ese es el panorama que se ofrece a los estudiantes de periodismo. ¿Alguna otra salida? Afortunadamente sí que hay otras salidas: trabajar en Agencias de Comunicación, o en Gabinetes de Prensa de empresas e instituciones, dos áreas estas en constante expansión y en donde, al menos, los salarios son algo más gratificantes. O incluso montar su propio medio.
¿Qué queda para el lector? Una redacciones faltas de experiencia y sobradas de directrices ideológicas y económicas, a las que llegan unas informaciones –cada vez mejor preparadas- por parte de los periodistas que han conseguido trabajar en Agencias y Gabinetes. En tanto en cuanto tomen esas informaciones y logren publicarlas con la menor contaminación posible, mejor será lo que le llegue al lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario