Y esta vez, el creerse en posesión de la verdad, ha costado 36.000 euros. Que se lo digan a Jiménez Losantos. Se puede y se debe dar la opinión sobre cualquier tema, pero siempre debe hacerse (especialmente en medios de comunicación) de una forma respetuosa y sin pretender ser el dueño de la verdad absoluta. En este caso, había el agravante de la reiteración (persecución, obsesión... como queráis llamarlo), y había además el punto grotesco de arrogarse la capacidad de decir lo que presumiblemente pensaba el otro. Si ese otro no dice lo que piensa... ¿cómo van a saberlo los demás?
No está mal esta lección y el hecho de recordarnos a todos que no debemos ser “fundamentalistas” de nada. Humildad, tolerancia, comprensión... y si se quiere, pues a decir también opiniones atrevidas, pero siempre desde la humildad y sin intentar hacer creer a los demás que se es el dueño de la verdad absoluta, porque esta no existe.
Esta es mi opinión, y lo más probable es que yo esté equivocado, al igual que todos vosotros penséis lo que penséis.
5 comentarios:
Estoy de acuerdo con el contenido del escrito, salvo con que no existe la verdad absoluta. Sí existe, pero se encuentra solamente en Dios. Jesucristo dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Seguro que es cierto.
Estoy de acuerdo con el contenido del escrito, salvo con que no existe la verdad absoluta. Sí existe, pero se encuentra solamente en Dios. Jesucristo dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Seguro que es cierto.
¡Caraxus! despues de leer lo de Jesucristo, me he quedado sin argumentos...
En la vida todo es relativo y temporal... lo que piensas hoy que es verdad puede ser mentira pasado mañana y viceversa. Y desde luego, siempre sin insultar... a la razón, cosa que determinados gurús de la información no han aprendido. ¿O es que no lo llevan en su carga genética? Aún dudo...
Pues yo creo que no te equivocas. Me ha encantado tu entrada Vicente.
Un fuerte abrazo
La Fe y la Verdad...
La VERDAD está compuesta de millones de pequeñas verdades que la forman, y si no pensemos en el mito de la caverna de Platón..., pero, tras está reflexión, creo que los límites de la libertad de expresión están bien definidos y circunscritos por los derechos de las personas a quienes atañen esas informaciones.
Difícil equilibrio, que depende de que "sector de la verdad" lo enfoque o desenfoque.
Desde el sur un seguro admirador de ustedes...
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