Ahora que ya se acercan las elecciones al Colegio de Médicos de Madrid y se rumorea que uno de los candidatos puede ser el doctor Montes o gente próxima a él, pongamos las cosas en su sitio. El –a su pesar- famoso doctor Montes no es ningún héroe (como lo han manejado desde el PSOE) ni ningún villano (como lo han querido presentar desde el PP). Es simplemente un médico menos restrictivo a la hora de aplicar sedaciones para evitar sufrimientos a los pacientes. El informe del Colegio de Médicos de Madrid demostró “mala praxis” en alguno de los casos, aunque no se pudo demostrar que dicha “mala praxis” hubiera sido la causante de dichas muertes. Pero, por desgracia, en todas las profesiones –como están ejercidas por seres humanos- hay casos de mala praxis (es decir, errores, equivocaciones…) y lo que no se puede es criminalizar y estigmatizar por esa causa. Errores los tenemos todos.
No creo que el doctor Montes sea ninguna eminencia, pero tampoco un asesino. Ha sido, simplemente, el arma arrojadiza entre dos partidos rivales y sus correspondientes séquitos de periodistas que han hecho un juicio paralelo. Unos lo han condenado antes del juicio. Otros lo han convertido en héroe. Y mientras tanto, a él y a la gente de su equipo les han hecho la vida (profesional y familiar) imposible, y eso es difícil de restaurar ahora. Por eso, tampoco me extraña que él se preste al juego de ser un héroe a fin de ver recompensado de alguna forma el daño que le han hecho.
No es mi ídolo, ya digo, pero si me veo en el trance de una larga agonía prefiero que sea él, o médicos como él, quienes me ayuden a pasar al otro barrio y que nadie se empeñe en regalarme unos días de sufrimiento.
No creo que el doctor Montes sea ninguna eminencia, pero tampoco un asesino. Ha sido, simplemente, el arma arrojadiza entre dos partidos rivales y sus correspondientes séquitos de periodistas que han hecho un juicio paralelo. Unos lo han condenado antes del juicio. Otros lo han convertido en héroe. Y mientras tanto, a él y a la gente de su equipo les han hecho la vida (profesional y familiar) imposible, y eso es difícil de restaurar ahora. Por eso, tampoco me extraña que él se preste al juego de ser un héroe a fin de ver recompensado de alguna forma el daño que le han hecho.
No es mi ídolo, ya digo, pero si me veo en el trance de una larga agonía prefiero que sea él, o médicos como él, quienes me ayuden a pasar al otro barrio y que nadie se empeñe en regalarme unos días de sufrimiento.
1 comentario:
Hombre, Vicente... o sea, que no es tu ídolo, pero "que te atienda el Dr. Montes".
Si muchos médicos en España fueran de otra manera y no como son, seríamos un país moderno y no la pura hipocresía de siempre.
Las niñas no pueden abortar en la sanidad pública porque objetan... pero en sus clínicas privadas sí pueden... las sedaciones terapéuticas en la Seguridad Social se miran con lupa en las comunidades gobernadas por la derecha, pero si quieren morir con dignidad, vas a una clínica privada y, además, mueres con privacidad...
Doble rasero, se llama éso.
No se trata ni de ser héroe ni villano. Se trata de ser un profesional que hace lo que tiene que hacer y no hay derecho que ningún político dirija la moral de nadie y menos por cuestiones electoralistas, como ha sido el caso del Severo Ochoa, auténtico escarnio para Aguirre, Lamela y el de la melenita...
El día en que en España deje de mandar la Conferencia Episcopal, ese día habremos entrado en la modernidad, carajo, que aún tenemos que estar defendiendo a Galileo...
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