¿Es el voto nulo una opción? Interesante pregunta a la que yo no tengo repuesta, pero someto a la consideración de los lectores. En vez de dejarnos guiar… pensemos por nosotros mismos. Voten muchos o pocos el día 9 va a salir el mismo número de diputados y senadores, las únicas variaciones que pueden darse están en la proporción de los mismos que pueda alcanzar cada partido.
No votar: Si la participación es baja, se favorece a los partidos minoritarios, que tendrán más posibilidades de arrancar algún escaño más. Por otra parte, siempre se achacará esa baja participación a la climatología (buena o mala), al conformismo, etc., por lo que todos los partidos políticos justificarán la misma con cualquier motivo excepto con el hecho de que muchos ciudadanos están hasta las mismas narices de todos ellos.
Votar en blanco: Es el colmo del conformismo. Es reconocer que se es un borrego; se obedecen las órdenes y se va a votar, pero se reconoce que la propia opinión no vale un pimiento, por lo que se prefiere dejar el resultado final en manos de los demás.
Votar a un partido: Aquí hay que considerar tres modalidades (a) Votar al partido que más nos gusta para que gane o para que saque el mayor número posible de escaños que le hagan tener voz y hasta poder decidir en determinados asuntos. Es la más optimista y constructiva (b) Votar “contra”, es decir, como la victoria va a estar en manos de uno de los dos partidos mayoritarios, se trata de votar al menos malo, al que menos nos desagrada de los dos, para así evitar que gane el otro (c) Votar a un partido superminoritario, de esos que se presentan a cientos y sólo sacan unos cientos o unos pocos miles de votos y que se quedan muy lejos de poder sacar siquiera un escaño. Es algo así como hacer un voto testimonial; un “yo estuve allí, pero no me ha servido de nada, sólo para hacer bulto”.
Pero ¿hay alguna otra alternativa? ¿Nos hemos planteado seriamente qué representa el voto nulo?
Votar nulo: Es ir a votar pero introduciendo en el sobre cualquier elemento ajeno a la inmaculada papeleta oficial, que haga considerar a la correspondiente mesa electoral que ese voto no es válido. Ejemplos son: escribir cualquier cosa encima de la papeleta (“Viva Cartagena” “¿Me das tu teléfono, chati?” “Aupa Atleti”, o cualquier mensaje político o del signo que sea; y no hay por qué ponerse borde ni insultar a nadie). También se puede introducir en el sobre un recorte de periódico, un trozo de papel higiénico, el envoltorio de una chocolatina, el recorte de una ovejita, etc. ¿Cuál será el resultado de esta acción? Pues constará que hemos votado y que la participación ha sido alta manteniéndose sus proporciones de resultados, sin embargo si el número de votos nulos fuese muy alto quedaría patente que no se trataba de errores, sino de una forma de protesta.
Bien, como estamos en vísperas de reflexión, reflexionemos.
No votar: Si la participación es baja, se favorece a los partidos minoritarios, que tendrán más posibilidades de arrancar algún escaño más. Por otra parte, siempre se achacará esa baja participación a la climatología (buena o mala), al conformismo, etc., por lo que todos los partidos políticos justificarán la misma con cualquier motivo excepto con el hecho de que muchos ciudadanos están hasta las mismas narices de todos ellos.
Votar en blanco: Es el colmo del conformismo. Es reconocer que se es un borrego; se obedecen las órdenes y se va a votar, pero se reconoce que la propia opinión no vale un pimiento, por lo que se prefiere dejar el resultado final en manos de los demás.
Votar a un partido: Aquí hay que considerar tres modalidades (a) Votar al partido que más nos gusta para que gane o para que saque el mayor número posible de escaños que le hagan tener voz y hasta poder decidir en determinados asuntos. Es la más optimista y constructiva (b) Votar “contra”, es decir, como la victoria va a estar en manos de uno de los dos partidos mayoritarios, se trata de votar al menos malo, al que menos nos desagrada de los dos, para así evitar que gane el otro (c) Votar a un partido superminoritario, de esos que se presentan a cientos y sólo sacan unos cientos o unos pocos miles de votos y que se quedan muy lejos de poder sacar siquiera un escaño. Es algo así como hacer un voto testimonial; un “yo estuve allí, pero no me ha servido de nada, sólo para hacer bulto”.
Pero ¿hay alguna otra alternativa? ¿Nos hemos planteado seriamente qué representa el voto nulo?
Votar nulo: Es ir a votar pero introduciendo en el sobre cualquier elemento ajeno a la inmaculada papeleta oficial, que haga considerar a la correspondiente mesa electoral que ese voto no es válido. Ejemplos son: escribir cualquier cosa encima de la papeleta (“Viva Cartagena” “¿Me das tu teléfono, chati?” “Aupa Atleti”, o cualquier mensaje político o del signo que sea; y no hay por qué ponerse borde ni insultar a nadie). También se puede introducir en el sobre un recorte de periódico, un trozo de papel higiénico, el envoltorio de una chocolatina, el recorte de una ovejita, etc. ¿Cuál será el resultado de esta acción? Pues constará que hemos votado y que la participación ha sido alta manteniéndose sus proporciones de resultados, sin embargo si el número de votos nulos fuese muy alto quedaría patente que no se trataba de errores, sino de una forma de protesta.
Bien, como estamos en vísperas de reflexión, reflexionemos.
2 comentarios:
Tu nivel de excepticismo hacia la democracia me inquieta, amigo.
A ver... la democracia es el sistema participativo menos malo de los conocidos y lo suficientemente antiguo como para pensar que no es tan malo si ha resistido el paso del tiempo...
Los políticos no son más que un reflejo de la sociedad de la que emanan. No va la sociedad por un lado y "la clase política" por otro, como si fueran compartimentos estancos... no, no, no... es que la sociedad española es así, amigo mío... ¿no te gusta?... pues es lo que hay...
Voto:... veamos... soy de la opinión de que el acto de ir a votar en unas elecciones es de extrema importancia, porque nos avala para la posterior crítica que podríamos hacer a los políticos que no cumplen y sobre todo, porque he vivido, exactamente igual que tu, épocas en las que mi opinión no contaba, ni me la pedían... y en muchos casos me podían dar con el mazo en el coco si me atrevía a darla... así que la ejerzo cada vez que me dan oportunidad como una gran fiesta para mi persona.
¿Qué vota cada cual? Cada cual que vote lo que quiera, según su honesto saber y entender, su ideología, sus inquietudes... incluso su escepticismo... pero hacer dejación de este derecho me parece que es como tirar al cubo de la basura nuestra palabra, pensamiento y obra...
Por otra parte, pensar que los votantes somos como borregos... me parece una "boutade" achacable a tu ironía secular... No lo somos, Vicentorrillo. Yo no me considero perteneciente a la clase ovina, salvo para sugerir que soy tan suave como el vellón de una ovejina, pero de ahí a suponer que vamos como corderos al matadero, sin pensar en lo que hacemos... me parece un poco excesivo y no me creo de ninguna manera que los españoles seamos un rebaño. Incluso el voto nulo es una opción tan válida como cualquier otra y posiblemente la más crítica, o la ejercida por el más crítico de los votantes. Adelante con el voto nulo si es la opción elegida...
Pero nunca, nunca, la abstención. Porque nos debe importar a todos nuestro pasado, presente y futuro... y abstenerse es el reflejo de la insolidaridad más supina.
Un abrazo y perdón por la extensión.
Totalmente de acuerdo. Ya digo que la opción "Votar a un partido" es la "más optimista y constructiva". Así que yo animo a votar. Otra cosa es que me parezca bien contemplar todas las opciones antes de decidirme por una.
Ves, pero así da gusto, con cariño y con humor.
El blogmaster
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