miércoles, 12 de marzo de 2008

Ni ángeles, ni demonios


Los laboratorios farmacéuticos no son esos entes diabólicos que aparecen en muchas películas y comentarios de prensa, que se inventan enfermedades, sacan al mercado medicamentos que no sirven para nada, y experimentan con los seres humanos como si fueran conejillos de indias, buscando como único objetivo ganar dinero.

Los laboratorios farmacéuticos son compañías comerciales que invierten el dinero de los accionistas (el tuyo también, si quieres invertir ahí) para descubrir medicamentos que aporten ventajas sobre los ya existentes y ayuden a mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes. Como contrapartida esperan unas ventas suficientes como para recuperar la inversión realizada y poder seguir investigando.

Entonces ¿por qué esa obsesión (o demagogia) de pedirles que sean ONGs y hagan todo eso sin esperar obtener ningún beneficio económico a cambio?

¿Por qué se le pide a los laboratorios que regalen sus medicamentos al tercer mundo y no se pide lo mismo a las granjas avícolas o a los productores de carne? ¿Por qué las compañías de alimentación, las de textil, las empresas de depuración y suministro de agua, etc. no envían sus productos y servicios gratis –o a precio simbólico- al tercer mundo tal como se les pide a las farmacéuticas? Incluso para la vida y la salud es más esencial la alimentación y el agua potable que los medicamentos. Bueno, pues aún así, las farmacéuticas destinan más recursos en ayuda de esos países que cualquiera de las compañías de otros sectores..

¿Por qué tienen entonces tan mala imagen? Pues muy sencillo, porque tradicionalmente y por muchos años han sido y son –salvo excepciones- empresas mudas que no mantienen una línea abierta de comunicación con los medios y con la sociedad. Cuando uno se esconde de los medios de comunicación se transmite una imagen negativa, la de alguien que tiene algo que ocultar y se sea o no malo, esa es la imagen que se da. En el otro extremo, tenemos laboratorios –como Novartis- que sí hacen muy bien las cosas, incluida la comunicación. Este sería el ejemplo a seguir.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece un comentario atinado. Pregunto: ¿Por qué las empresas enmudecen? ¿Por qué tú hablas de ello pero lo haces desde el anonimato?

Anónimo dijo...

Tienes razón. ¿Sabías que a alguien que conozco lo amenzaron -con represalias económicas- por hablar? Pero lo más cobarde es que ese perjuicio económico con el que amenazaban no lo iba a padecer el que se atrevió a opinar, sino alguien cercano y que no tenía culpa de nada. Así que será mejor lanzar aquí las opiniones y que sean los periodistas y medios de comunicación quienes las muevan.

Blanca dijo...

Sinceramente, mi imagen de los laboratorios farmacéuticos es bastante mala, siendo suave... y creo que no es culpa de las "personas humanas"... sino de los laboratorios que, independientemente de su secretismo, hacen cosas que tienen un tufillo bastante poco ético. Por ejemplo, comprar la voluntad de los médicos mediante "pagos a cuenta" en forma de Congresos, viajes con sus "mujeres" a paraísos exóticos...

Este tema da para escribir horas: genéricos, ensayos en el tercer mundo, partidas de medicinas caducadas, pegas a la comercialización de medicinas baratas, pagos a gobiernos... qué se yo...